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Una pirámide optimista en nuestra burbuja
"La satisfacción por los avances feministas sucede en un ámbito estanco y satisfecho donde conviven opiniones y vidas idénticas".
Primero fueron la huelga y las manifestaciones del 8 de marzo. Después llegaron las protestas tras la sentencia en el juicio a La Manada. Paralelamente, los movimientos en redes #MeToo, #YoSíTeCreo y #Cuéntalo. Medios de comunicación del mundo entero miraron hacia España. Las españolas miramos hacia España. Los españoles hicieron lo mismo. Y llegaron los periodistas.
El periodista está en la cincuentena y trabaja para una de las grandes cadenas españolas de radio. Es un hombre al que conozco, un buen profesional de largo recorrido. Llega contento, llega felicitándome en un gesto que abarca mucho más, felicitándonos “a todas”. Mientras toma asiento y prepara los bártulos, se congratula de “los últimos cambios”. Va dejando caer frases como “algo ha cambiado” y “esto no tiene vuelta atrás”. Yo pienso en la burbuja.
Nosotros, él y yo, nos movemos, nos informamos, dialogamos, pensamos, dentro de un espacio estanco, no un espacio físico, sino una burbuja virtual llena de palabras, reflexiones, imágenes u opiniones similares, si no idénticas.
Hay otras burbujas que no son esta en la que habitamos mi entrevistador y yo. Me gustaría decírselo. Me gustaría comentarle que yo no estoy muy contenta, y mucho menos satisfecha. Claro que para eso tendría que explicarle lo de la burbuja. No tengo claro qué sucede en otras burbujas, por ejemplo esa donde habitan los hombres que han difundido los datos de la víctima de La Manada, o en aquella otra donde los hombres que odian a las mujeres vomitan su bilis y la publican. Ignoro dónde flota la burbuja de la que se nutren las estadísticas donde consta la vigilancia de los jóvenes a sus novias a través de las redes. Y como no sé nada de esos otros compartimentos estancos en los que se relacionan gentes parecidas con vidas parecidas y opiniones parecidas, me callo.
Acabo de leer en un artículo de otro colega que “el feminismo ha ganado la batalla de la opinión pública”. Tanto el autor de dicha afirmación como esa “opinión pública” a la que alude comparten burbuja conmigo y mi entrevistador. O sea, existe una burbuja virtual y estanca donde nos movemos el feminismo, la opinión pública que apoya el feminismo, los hombres que denuncian la violencia contra las mujeres, esas mujeres y una recua de periodistas dedicados a describir nuestra propia burbuja.
Pero las violaciones aumentan, las agresiones aumentan, los hombres a la caza de víctimas aumentan, aparecen nuevas formas de violencia machista, nuevas formas de discriminación, se difunden datos sobre nuevos y perversos modos de control a la pareja… Mientras la satisfacción alborota la vida en el interior de nuestra pequeña burbuja de seres similares compartiendo idénticos asuntos.
Lo que sucede después ya lo conozco. Lo conozco tanto que le he puesto nombre: la pirámide optimista. Se refiere a las personas, en su inmensa mayoría hombres, que se acercan a una mujer para celebrar los “avances” del feminismo y de la lucha contra la violencia machista. Quieren creer en esos avances –“qué bien todo, ¿no?”– y su alegría es honesta. Hasta tal punto lo es, que sobre ella necesitan construir su propia narración. Mi entrevistador la sigue al pie de la letra, pero no hace falta un periodista para enfrentar la pirámide. Basta cualquier compañero con buenas intenciones. Me ha sucedido con amigos, algún político, familiares… Y sí, todos ellos hombres.
Así funciona.
La pirámide optimista:
El hombre pregunta.
El hombre que pregunta ofrece su interpretación.
El hombre que pregunta y ofrece su interpretación espera de la preguntada confirmación cerrada.
El hombre que pregunta ofrece su interpretación y espera de la preguntada confirmación cerrada, declara sentirse optimista sin haber recibido confirmación cerrada ni abierta.
El hombre que pregunta ofrece su interpretación, espera por parte de la preguntada confirmación cerrada y declara sentirse optimista sin haber recibido confirmación cerrada ni abierta, exige entonces optimismo a la mujer que aún no ha respondido.
No soy optimista. No sé lo que sucede en otras burbujas. Sí sé que me da miedo.
Por supuesto el primer signo de retroceso imperdonable es el govern de la Generalitat catalana, inperdonable, injustificable. Obsceno.
Pero no vale ser pesimista y desconocer los grandes pasos a nivel popular, de mobilización y mediático. Todo lo demás costará, los cambios reales, legislativos, de poder…
Pero el camino ha comenzado.
Solo hay retrocesos hembristas en la ley.
Las feministas de igualdad para hombres y mujeres, brillan por su ausencia
Es muy dificil romper esa burbuja ya que nadie quiere escuchar argumentos y realidades que están fuera de que a uno le gusta, y mucho mas dificil aun porque los medios mainstream no dan voz a nada que no sea politicamente correcto.
El debate es imposible y de esta manera todos creen tener razón y que todo está bien.
Mientras tanto en Toronto un tipo a matado a 10 personas con una furgoneta porque decia que las mujeres no le hacian caso, sin problema, le ponemos la etiqueta de misogino y podemos volver a nuestra burbuja, mejor que la realidad no nos impida disfrutar de un momento de paz.
Para esto habría que encontrar gente dispuesta a debatir y que tenga una mente abierta, dispuesta a escuchar, yo particularmente soy anti feminista y me encantaria poder hablar con alguien feminista sin que me aplasten bajo el peso de mil etiquetas.
Optimismo? Porqué?? Ni siquiera un gobierno de ultima creación como el de la Generalitat, con Quim Torra al frente, que habla de implementar la República, ésa que nos traerá prosperidad e igualdad social, NO CUMPLE LA PARIDAD por la que tanto aboga y lucha el feminismo. Falta por ver quienes serán los Consellers pero me temo q de las 12 o 13 Consellerias…no creo que hayan más de 4 Conselleras.El 35% . Ése es el optimismo!!! Tal vez se hubiera más paridad como algo natural, tal vez digo, la violencia machista iría en desuso. Poco a poco pero retrocediendo espacio a costa del empuje de una verdadera igualdad social de géneros. No creo que pueda llegar a verlo. Nací en el 53 y sigo viendo cómo mujeres mucho más jóvenes siguen en el Me Too, igual que yo, igual q nuestras madres, abuelas, bisabuelas….y así hasta el origen de los tiempos.
Optimismo? Porqué?
En un mundo donde asistimos a una inquietante deriva hacia lo reaccionario, es recomendable cierta prudencia en el optimismo, sí