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70 años de la Nakba: Un álbum de fotos contra el olvido
Escenas de la vida cotidiana en Palestina antes de 1948 desmontan el mito de que esta tierra estaba deshabitada.
[Artículo publicado en #LaMarea35]
«Antes de ser problema, Palestina fue simplemente Palestina, lo cual es sin duda una obviedad, pero una obviedad olvidada. Y ese olvido no es fortuito sino programado«, escribe la periodista Teresa Aranguren en Contra el olvido (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo). Esta obra, que lleva por subtítulo Una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba, 1889-1948, es un álbum que tiene el valor de un «acta notarial». Muestra la vida de los habitantes de esta tierra antes de la Nakba o «desastre», como se conoce a la expulsión de la población palestina llevada a cabo durante los meses previos y posteriores a la proclamación del Estado de Israel.
Las imágenes seleccionadas para este libro por la fotógrafa Sandra Barrilaro no dejan lugar a dudas. Desmienten de una manera sobrecogedora la gran mentira que describe Palestina como «una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra». «En realidad ese eslogan sionista no refleja una descripción sino un propósito, el de ‘vaciar’ Palestina de sus gentes«, argumenta Aranguren.
Esta tierra no sólo estaba habitada, sino que resultaba especialmente viva. Las fotografías «nos revelan la inocencia de unos gestos cotidianos, absolutamente ajenos a lo que se les venía encima, sin ni tan siquiera imaginar que serían los últimos, en muchos sentidos», explica Barrilaro. Así, se suceden los retratos de colectivos tan distintos como la plantilla de la radio palestina, la del hospital de Hebrón, un equipo de fútbol o una escuela para ciegos. Sorprenden las imágenes de las empleadas de aduanas y la de las integrantes de la delegación que en 1938 participó en la Primera Conferencia de Mujeres Árabes de El Cairo, donde se apoyó la revolución palestina y se pidió el boicot a los productos británicos. Pero, sobre todo, para un occidental «es impactante darse cuenta de que muchas de esas fotos podrían ser las de sus abuelos. La sociedad palestina de los 20 y 30 no era muy diferente de la española de esa misma época«, dice Aranguren. Difícil distinguir si las gentes que sonríen a la cámara están comiendo en un campo cerca de Haifa o en Córdoba celebrando un perol.
Trabajo colectivo
Para recopilar el material, las autoras contaron con la ayuda del profesor Johnny Mansour y sus parientes en Haifa. Al principio, la mayor parte de las fotografías que les llegaban eran de la burguesía urbana, la única que podía permitírselas. Por ello, las autoras completaron la selección con otras pertenecientes al archivo del hotel American Colony de Jerusalén, conocido como Colección Matson y formado por 22.000 imágenes. Éstas fueron cedidas a la Librería del Congreso estadounidense, han sido digitalizadas en su mayoría y hoy son de libre acceso desde su página web. Muchas de ellas recuerdan la vida de los 418 pueblos destruidos de Palestina, según el recuento de Walid Khalidi. Sus nombres también aparecen en este libro. Contra el olvido.
El fin de la tranquilidad de una familia cristiana
Los Effara, de Haifa, pudieron viajar y retratar su cotidianiedad, como este paseo en bicicleta. También su sufrimiento, como puede verse en las imágenes de cuando ser refugiaron en un monasterio, en 1948. Su casa fue ocupada por una familia judía.
Talleres de la Unión de Mujeres de Ramala
Entre las imágenes preferidas por Teresa Aranguren destaca la de esta chica «con una trenza preciosa trabajando en un telar» de la denominada Arab Women’s Union of Ramallah en los años 30.
Y este también es cristiano
https://pbs.twimg.com/media/DdTuA_QX0AATYBK.jpg
La fotografía es de la manifestación y reciente matanza cometida por los psicópatas sionistas
Las personas que aparecen en la foto son cristianas. Esa imagen no era la mayoritaria en Palestina en esa época.
Libertad para Palestina!
Y donde estan esos ciudadanos/as ahora? Por qué el atuendo occidental que usaban en los comienzos del Siglo XX ha derivado en el siglo XXI en atuendo islamista? Es sorprendente la radicalización de la región… y trágica!