Internacional
Teresa Aranguren: “Trump y Netanyahu son dos supremacistas”
Entrevistamos a la periodista y escritora Teresa Aranguren a propósito del 70 aniversario de la Nakba o 'catástrofe', la fecha más importante del calendario en Palestina.
A las 21 horas de este lunes 14 de mayo, cuando se cumplen 70 años de la proclamación del Estado de Israel, ya se contabilizaban más de 50 muertos palestinos (entre ellos seis menores) y 2.400 personas heridas por los disparos del Ejército israelí en el marco de las protestas contra el traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén desde Tel Aviv.
La decisión de Washington se hace realidad solo un día antes de que el pueblo palestino recuerde, como cada 15 de mayo, los 70 años de la Nakba (‘catástrofe’, en árabe), el exilio forzoso de miles de palestinos tras la ocupación israelí de su territorio. Con este motivo, entrevistamos por correo electrónico a Teresa Aranguren, periodista y escritora con una amplia -y galardonada- trayectoria cubriendo Oriente Medio y el conflicto de Palestina e Israel, y autora de Palestina. El hilo de la memoria y Contra el olvido.
Se cumplen 70 años de la Nakba, ¿por qué es importante destacar esta fecha?
Porque la memoria es el medio más eficaz para desmontar la falacia de la propaganda sionista que siempre ha pretendido ocultar el crimen de la limpieza étnica llevada a cabo en Palestina, durante los meses previos y posteriores a la creación del Estado de Israel. La memoria y los datos, porque todo ello está documentado: el número y los nombres de las más de 400 localidades palestinas destruidas y borradas del mapa, las fechas y los métodos de cada ataque y cada matanza, el número de expulsados, en junio de 1949 Naciones Unidas tenía registrados ya a 940.000 refugiados de Palestina… Todo está documentado y también eficazmente tapado.
En su libro Contra el olvido mostraba imágenes poco conocidas de una Palestina previa a 1948. ¿Por qué?
Uno de los elementos claves de la propaganda sionista fue presentar Palestina como un territorio desértico y vacío que ellos convirtieron en un vergel. Es el famoso eslogan de “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra” que aún hoy mucha gente se cree. Es una gran mentira fácilmente desmontable, simplemente acudiendo a los censos de población y los registros de propiedad de la tierra tanto de la época otomana como la del mandato británico a partir de 1917. Pero la propaganda a veces es más poderosa que los hechos y los datos, por eso Sandra Barrilaro y yo, hago la precisión porque el libro no es sólo mío, pensamos en la fuerza de la fotografía para desmontar la mentira. El libro recoge cientos de fotografías desde finales del XIX a 1948 que muestran una sociedad viva y diversa, con campesinos, pescadores, comerciantes, gente rica y cosmopolita y gente trabajadora, los vemos en su cotidianidad, en una fiesta familiar, de excursión… Sonriendo a cámara sin saber aún que todo su mundo iba a ser arrollado y que hasta su existencia iba a ser negada, como si nunca hubieran existido.
¿Cómo explica que la comunidad internacional siga permitiendo que la población palestina en la diáspora siga sin poder ejercer el derecho al retorno, reconocido desde la misma ONU?
Porque la ONU, cuya existencia yo defiendo totalmente, tiene grandes limitaciones, la principal es que refleja el desequilibrio de poder en el mundo. Israel cuenta con el respaldo incondicional de EEUU, como antes tuvo el de Gran Bretaña, y hay un evidente doble rasero a la hora de hacer cumplir las resoluciones de la ONU. Israel incumple todas las que se refieren a Palestina, desde la 194, que recoge el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares y a ser indemnizados por los bienes usurpados, hasta la última sobre la ilegalidad de todos los asentamientos judíos en territorio palestino ocupado. Pero no pasa nada. Ni una medida de presión, ni una condena tajante. Hay una vergonzosa complicidad de las grandes potencias, especialmente de EEUU, en la catástrofe que se abate sobre Palestina.
La inauguración de la embajada de EEUU en Jesuralén justo la víspera del aniversario, ¿a qué obedece?
La decisión de Donald Trump es un ataque no sólo a los derechos y a las vidas de los palestinos, sino a los principios del derecho internacional y a Naciones Unidas. El mensaje es: “lo hacemos porque podemos”, y que nadie se atreva a oponerse a nosotros. Donald Trump y Benjamin Netanyahu son dos supremacistas que confían en el poder de la fuerza y no quieren cortapisas a ese poder. Son un gran peligro no solo para el pueblo palestino sino para el mundo.
Dicha apertura ha causado en las primeras horas decenas de muertos palestinos, ¿qué puede suceder a partir de ahora? En términos generales, ¿en qué situación se encuentra el conflicto palestino-israelí?
Lo más terrible de lo que pasa, y lleva décadas sucediendo en Palestina, es que puede pasar sin que pase nada. Esta no es la primera ni por desgracia será la última matanza que el Ejército israelí lleva a cabo contra la población palestina. Y mucho me temo que, como en ocasiones anteriores, la reacción de la comunidad internacional, y en concreto de la Unión Europea, no pasará de una declaración de tibia condena y ninguna medida concreta. Nada que lance un mensaje contundente al Gobierno israelí, que le haga saber que su política de violación sistemática de los derechos humanos tiene repercusiones, por ejemplo la ruptura de los acuerdos comerciales preferentes con la Unión Europea, o la llamada a consultas de embajadores… La impunidad permite que se repita y se perpetúe el crimen.
Israel se presenta como la única democracia de la región y abandera derechos y libertades mediante su participación en eventos como Eurovisión, etc. ¿Cuáles son sus principales apoyos? ¿Hasta qué punto su imagen se ve dañada por campañas como las del BDS (boicot, desinversión, sanciones)?
La democracia o es un valor universal, es decir que o se aplica a todos, o es una falsa democracia. En Israel hay partidos políticos, libertad de prensa, de manifestación, de reunión… Como también la había en Sudáfrica, pero sólo para los ciudadanos blancos de Sudáfrica. En Israel hay democracia para los ciudadanos judíos, no para los ciudadanos árabes (los palestinos que no fueron expulsados en el 48) que tienen sus derechos limitados, son ciudadanos de segunda o tercera categoría y, por ejemplo, no pueden conmemorar la Nakba, porque es delito hacerlo. Y por último, está la población palestina de los territorios ocupados, incluido Jerusalén oriental, sometida a un atroz régimen de apartheid en Cisjordania y a un cruel bloqueo en Gaza.
Arabia Saudí, Egipto y otras naciones árabes mantienen un discurso antisionista. Sin embargo, actúan en favor de Israel. ¿Qué aliados le quedan a Palestina en el mundo árabe y a nivel internacional?
Es triste decirlo pero la población palestina no cuenta con aliados reales. Cuenta con el respaldo moral y legal de las resoluciones de la ONU, pero con ninguna fuerza que obligue a que se cumplan. Cuenta con la solidaridad de los pueblos árabes pero no con la de sus gobiernos, alguno de ellos como el de Arabia Saudí o el actual Gobierno egipcio son cómplices de la política estadounidense e israelí en la zona. Y luego está Europa, que en teoría tiene una visión más cercana del drama palestino y de la necesidad de aplicar el derecho internacional en la solución del conflicto, pero que en la práctica no hace nada. Nada que realmente la diferencie de EEUU. El seguidismo de Europa respecto a Estados Unidos en la cuestión de Palestina es vergonzoso y muy irresponsable.
Todos sabemos que Israel no podría tratar a sus vecinos como lo hace sin el apoyo incondicional de la superpotencia mundial.
TRUMP dice que no hay una «equivalencia moral» entre los israelíes y los palestinos, por lo que no concibe un proceso de paz en igualdad.
No es de extrañar, pues, que la administración Trump diera en seguida por cierto el supuesto «plan secreto nuclear» iraní que el presidente Netanyahu denunció en comparecencia del pasado 30 de abril aportando pruebas cuando menos discutibles y, en ningún caso, capaces de demostrar su denuncia.
Una filial de ACS, el grupo SEMI, también está envuelta en crímenes de guerra en la Palestina ocupada. En 2015, el grupo SEMI obtuvo un contrato para la electrificación de la red ferroviaria israelí y de la línea A1, que conecta Tel Aviv con Jerusalem. El trazado esta línea A1 incluye más de 6 kilómetros de red ferroviaria en territorio palestino ocupado y se construye en tierras expropiadas a dos municipios palestinos (Beit Iksa y Beit Surik). La participación en este proyecto por parte de la empresa SEMI constituye un crimen de guerra, ya que supone el pillaje de tierra y recursos de la población local por parte de una empresa privada.
El hombre no es perfecto. La mujer no es perfecta. La humanidad no es perfecta.Si la raza humana sobrevive es por algo. ¿Cuantas especies de animales y plantas se extinguen cada año en el planeta por la mano del hombre o sin esta?¿Cuantos pueblos y culturas han desaparecido a lo largo de los últimos siglos de historia? El hombre evoluciona pero para mal.Antes era esclavo con cadenas y hoy es es esclavo con hipotecas. Afortunadamente no todo son piedras en el desierto y las flores aunque escasas no dejan de florecer a la espera de convertir aquel desierto en un nuevo vergel.El hombre no es perfecto.La mujer no es perfecta. La humanidad no es perfecta.Evolucionamos por inercia.
El subcomandante de las Fuerzas Armadas israelíes, Yair Golan, en un discurso pronunciado el Día del Recuerdo del Holocausto afirmó que “hay vestigios de las espeluznantes tendencias de la Alemania nazi en el Israel actual” y que “no todo lo que hacemos es correcto”.
Para la Comunidad Internacional Israel siempre puede matar más.
España puede estar siendo cómplice de las atrocidades de Israel. Nos gustaría saber si las armas que España viene vendiendo a Israel durante años se han usado o se están utilizando contra manifestantes, incluidos niños y niñas, que no hacen más que pedir el fin de las políticas brutales de Israel hacia Gaza y una vida con dignidad.
Envíale al Gobierno español un mensaje muy claro: no queremos armas españolas para asesinar civiles, pongan fin a las exportaciones de armas españolas a Israel.
https://www.es.amnesty.org/actua/acciones/israel-gaza-may18/