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‘La Cifra Negra’: un documental sobre violencia institucional

'La cifra negra', documental ganador del Premio del Público al mejor largometraje en el 16º edición del Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, está enfrentando problemas para distribuirse. La cinta, dirigida por Ales Payá, denuncia los casos de tortura institucional

Fotograma del documental La Cifra Negra sobre abusos policiales y violencia institucional

El 27 de enero de 2013, una joven que volvía de una discoteca en Córdoba fue abordada por varios policías de paisano. Buscaban a los responsables de varios robos por la zona, de los que, casualmente, ella había sido también víctima. No llevaba la documentación encima porque se la acababan de robar. Fue esposada e introducida en el coche patrulla. Entre risas, los agentes condujeron de forma temeraria dando tumbos para que la detenida se golpeara contra la mampara de cristal del vehículo. Se rompió la nariz y sangraba gravemente, pero no quisieron llevarla a un hospital. “Hija de puta, no te quejes más, que te vas a quedar encerrada en el calabozo”,  denuncia que le dijeron. Al salir, fue ella misma quien llamó a una ambulancia.  Su caso fue denunciado ante el Comité Contra la Tortura de la ONU después de que la Fiscalía lo rechazara. El Ministerio de Justicia español contestó a la ONU que “no había pruebas”, a pesar de los testimonios de la víctima y los partes médicos. 

Este caso, junto a miles más, podrían convertir el documental La Cifra Negra en una serie de televisión de varias temporadas. El filme lleva meses girando por salas de todo el Estado, a pesar de haber sido vetado en muchas otras con diferentes excusas, pues muestra una incómoda realidad de la que poco se sabe o se quiere saber. Entre varias historias conocidas, como la del director del diario vasco Berria, Martxelo Otamendi, o los abusos contra las personas que tratan de saltar la valla de Melilla, hay múltiples historias desconocidas: muertes en centros de menores, violaciones, palizas interminables o humillaciones de todo tipo. La Cifra Negra nos muestra algunas de las que ocurren en los CIEs, en comisarías, en las prisiones, en manifestaciones o en plena calle, con una crudeza que pone la piel de gallina. Sobre todo pensar que alguien pueda disfrutar haciendo daño a otra persona. Sobre todo cuando el perpetrador se supone que vela por nuestros derechos y le pagamos todas y todos por ello. Y más cuando en contadas ocasiones, estos abusos acaban en condena o, al menos, en juicio. 

El documental dirigido por el joven eldense Ales Payá, utiliza la dramatización de algunos casos con conocidos actores, y cuenta también con la participación de varios expertos en derechos humanos. También jueces, abogados y un representante del Sindicato Unificado de Policía (SUP) dan su opinión sobre un fenómeno demasiado desconocido, pero preocupantemente habitual e impregnado de impunidad. Enfrentarse de nuevo al torturador, aunque sea ante un juez, explica el miedo de muchas víctimas a denunciar, sumado a las escasas condenas por este tipo de abusos. 

Sobre el título, Payá explica de donde viene la idea: “La cifra negra es un término que se utiliza en criminología para referirse a los delitos que no se pueden cuantificar porque no han sido denunciados ni hay datos oficiales. En este caso nos referimos a la cifra negra de la violencia institucional. Lo que hemos retratado y los que han recogido las organizaciones a las que hemos consultado son solo la punta del iceberg”. 

La mayoría de los casos que expone el documental han sido recogidos en el registro de la Coordinadora para la Prevención y la Denuncia de la Tortura, una plataforma que trata de denunciar y visibilizar estas prácticas en España. Esta coordinadora se puso en marcha en noviembre de 2004, y desde entonces lleva exigiendo al Estado herramientas eficaces para prevenir estas prácticas, tratando de movilizar a la sociedad civil y concienciar a la opinión pública documentando y denunciando todos los casos que recogen. 

Para su portavoz, Jorge del Cura, el documental La Cifra Negra es muy necesario porque permite visualizar casos concretos. “No es lo mismo ver y oír a las víctimas que un informe frío”. Además, este trabajo es uno de los que por primera vez abarca varios ámbitos y circunstancias donde se producen estos casos. El director de la cinta explica la clasificación por contextos que retrata el documental: prisiones, centros de menores, movimientos migratorios (fronteras y CIEs), aplicación de la ley antiterrorista en el período de incomunicación, movilizaciones sociales y otros contextos que no se puede etiquetar, “mayoritariamente casos que ocurren en una diligencia policial rutinaria que acaba derivando en vulneración de los derechos humanos”.

Tras las múltiples condenas y advertencias de los organismos internacionales a España por no actuar ante estos graves hechos, Jorge del Cura insiste en que “debe ser la sociedad civil la que se movilice y obligue al Estado a cumplir las normas nacionales e internacionales. Denunciar y visibilizar los casos y las complicidades para que la sociedad tome conciencia y obligue a las instituciones, aunque los estados siempre van a tratar de evitarlo”.

Tortura y democracia 

“Democracia y tortura no son incompatibles. La cuestión es que el Estado demócrata los debería investigar, prevenir y sancionar, pero ningún Estado lo hace porque siguen creyendo que es una práctica útil para el control social”, explica Jorge del Cura. No solo esto, sino que estas prácticas son aprobadas por gran parte de la ciudadanía “para  proteger a la población”, tal y como reflejó Amnistía Internacional en una encuesta realizada en 2014. En España, concretamente, un 17% de los encuestados así lo considera. En Estados Unidos, este porcentaje alcanza el 45%. De hecho, recuerda del Cura, “las democracias son innovadoras en técnicas de tortura”. 

En 2015, Comité Contra la Tortura de la ONU, se mostró “seriamente preocupado ante informaciones según las cuales las autoridades españolas no investigan de forma pronta, eficaz, imparcial y completa las denuncias de actos de tortura y malos tratos cometidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, incluidas las denuncias de actos presuntamente cometidos durante el régimen de incomunicación y en los casos de uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.” 

Pero el Estado español parece impermeable al goteo de llamadas de atención de organismos internacionales y a las múltiples condenas. El Comité, además, advierte de que las autoridades realizarían “pocos esfuerzos para enjuiciar a los presuntos culpables”, y que dichas prácticas contribuyen a crear “una cultura de impunidad entre las fuerzas del orden”. 

¿Qué hacer entonces? “Hay que obligar a los estados, para que su coste sea mayor que los beneficios que puedan aportar estas prácticas”. Por esto, tanto del Cura como Payá remarcan la idoneidad de este documental. Según Payá, la gente está llenando las salas para verlo, pero también se han encontrado con las puertas cerradas en algunas filmotecas. Aunque no se especifique el motivo, el director sospecha que el contenido del documental incomoda. Las salas donde no se ha aceptado proyectar el documental son el Centro Galego de Artes e Imaxe de La Coruña, el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), el Centro Cultural La Alcazaba de Mérida, la Filmoteca Nacional en Madrid, “y esperando respuesta de otros centros que llevan meses sin ni si quiera contestar al teléfono”, afirma Payá. 

PRÓXIMAS PROYECCIONES

A pesar de todo, “La Cifra Negra” sigue su gira de presentación. Las próximas proyecciones serán las siguientes: 

Cáceres – Viernes 4 de mayo a las 20h en Espacio Solidario Anumbara. Presentación y coloquio.

Entrada libre. Pasaje Norba, local, Av. Virgen de la Montaña, 1. Cáceres.

Badajoz – Domingo 6 de mayo a las 19h en Residencia Universitaria Hernán Cortés. Presentación y coloquio.

Jaén – Lunes 7 de mayo a las 17h en la Universidad de Jaén.

Entrada libre. Paraje Las Laguinillas s/n. Salón de Grados I (verde) – Edificio C1.  

Coloquio posterior con el director e Ignacio F. Benítez Ortúzar y Guillermo Portilla Contreras, catedráticos de Derecho Penal en la Universidad de Jaén.

Granada – Miércoles 9 de mayo a las 19h en la Facultad de Ciencias del Trabajo, Aula San Jerónimo.

Entrada libre. C/ Rector López Argueta, s/n. Granada.

Presentación del director y coloquio con Jesús Montes, miembro del área de cárceles de APDHA Granada y de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura.

Sevilla – Jueves 10 de mayo a las 20h en Cinesur Nervión Plaza. Presentación y coloquio.

Avda. Luis de Morales, s/n. Sevilla

Presentación del director y coloquio con Salva miembro de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA).

Cartagena – Viernes 11 de mayo a las 19h en Asociación de Vecinos Sector Estación. Presentación y coloquio.

Entrada libre. Avda. América, 11. Cartagena.

Barcelona – Viernes 11 de mayo a las 18:15h en la Cinétika. VIII Festival de Cinema Anarquista de Barcelona.

Entrada libre. Rambla de Fabra i Puig, 32. Barcelona

València – Lunes 14 de mayo a las 19:30h en el Centre Social Okupat Anarquista l’Horta (CSOA L’Horta) 

Entrada libre. Carrer de Diógenes López Mechó, s/n Benimaclet (València)

Murcia – Martes 15 de mayo a las 20h en Neocine Centrofama. Presentación y coloquio.

C/ Puerta Nueva, s/n.

Elda – Jueves 17 de mayo a las 19:30h en Fundación Paurides. Presentación y coloquio.

Entrada libre. C/ Cardenal Cisneros, nº 1. Elda (Alicante).

Alicante – Viernes 18 de mayo a las 20:15h en Sala Miguel Hernández. Presentación y coloquio.

Entrada libre. C/ Ramón y Cajal, 4. Alicante.

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Comentarios
  1. LOS VERDADEROS TERRORISTAS, por Carlo Frabetti.
    Siento el mayor respeto por todas y cada una de las víctimas de los atentados de ETA (o de cualquier otra organización), y a algunas las admiro; pero no puedo decir lo mismo de la Asociación de Víctimas del Terrorismo como grupo de presión al servicio de -o manipulado por- la derecha más reaccionaria (la coalición PP-PSOE-Ciudadanos). Su mismo nombre es tendencioso y excluyente, en la medida en que ratifica el inadmisible discurso del poder, que llama “terrorismo” a toda forma de violencia disidente y nunca aplica el término a la violencia institucional, al terrorismo que con más propiedad se puede y se debe llamar así: el terrorismo de Estado.

    Las principales víctimas del terrorismo (mejor dicho, las víctimas del terrorismo principal, pues todas las víctimas son igualmente importantes, venga de donde venga su dolor) son la madre y los hermanos de José Couso, los familiares de Lasa y Zabala, los miles de torturados y torturadas por las fuerzas de seguridad, los cientos de presos políticos dispersos y sus allegados… Pero esas otras víctimas, invisibles y silenciosas (o más bien silenciadas), no se constituyen en asociaciones legales ni organizan congresos, ni podrían hacerlo si quisieran.
    El torturador y asesino de Lasa y Zabala, Rodriguez Galindo, está en su casa, y algunos, en su día, lo aclamaron al grito de “¡Torero!” (aunque en eso no les faltaba razón: al fin y al cabo, un torero es un asesino con un vistoso uniforme).
    Una de las principales demandas de la AVT y de algunos sectores de la extrema derecha: el cumplimiento íntegro de las penas por parte de los presos políticos (“Que se pudran en la cárcel”, para decirlo con las palabras de un conocido criminal de guerra y ex presidente del Gobierno español). Cuesta creer que quienes esto demandan no se den cuenta de la aberración moral que supone considerar que matar por una idea es más grave que hacerlo por dinero. ¿Hay algo más inhumano que quitarle la vida a una persona por un fajo de billetes? Y sin embargo a algunos les parece normal que un atracador convicto de asesinato se beneficie de una reducción de condena, pero quieren que quienes mataron por sus ideas (y arriesgaron por ellas la vida) “se pudran en la cárcel”. Una cosa es pedir justicia y otra clamar venganza. Y cuando la venganza se clama desde el poder y sus aledaños, se deshonra a las víctimas y se envilece su causa.
    También quiere la AVT que haya vencedores y vencidos. Y los habrá, no les quepa duda. Vencerá la invisible hermandad de las víctimas del terrorismo de Estado, la de quienes, enfrentándose a todas las oligarquías y a todos los imperialismos, luchan por el derecho de autodeterminación de las personas y de los pueblos. Serán vencidos los beneficiarios políticos del odio y la crispación, los gestores del miedo, los verdaderos terroristas.
    http://insurgente.org/carlo-frabetti-los-verdaderos-terroristas/

  2. De todas formas, hay mucha gente que, en nombre de la solidaridad también hace auténticas barbaridades.

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