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“Hay sentencias que también son agresiones”
"Miles de mujeres –y muchísimos hombres– salieron de nuevo a la calle, a aquellas mismas calles donde dejaron claro, hace poco más de un mes, que ya estaba bien, que hasta aquí habíamos llegado".
«Hay sentencias que también son agresiones», decía ayer una pancarta improvisada en una cartulina rosa. La llevaba una chica en la concentración contra la sentencia de La Manada celebrada en Sevilla, posteriormente convertida en manifestación.
Y entonces se me vino a la cabeza otra sentencia, ocho años atrás, en la que un juez absolvió a un hombre acusado de maltratar a su pareja. El juez no la creyó. No había vídeo. Solo el testimonio de la mujer, que ¡atención! había explicado los hechos durante el juicio con «excesiva parquedad» y con «escasísima pasión», según la valoración del juez. Un día antes de notificar el fallo a las partes, el hombre la mató en plena calle, en Pinos Puentes (Granada). «Hasta que no me maten no me van a creer», se podía leer en otra pancarta este 26 de abril de 2018, con letras negras y Rojas sobre un trozo de cartón, que portaba otra chica.
En el caso de La Manada ocurre justo lo contrario y es, por ello, incluso más sangrante. El presidente del tribunal José Francisco Cobo y la magistrada Raquel Fernandino sí creyeron a la víctima: «La denunciante sintió un intenso agobio y desasosiego, que le produjo estupor y le hizo adoptar una actitud de sometimiento y pasividad, determinándole a hacer lo que los procesados le decían que hiciera, manteniendo la mayor parte del tiempo los ojos cerrados», rezan los hechos probados. Sin embargo –y eso es lo incomprensible humanamente hablando– no calificaron esos mismos hechos en los que describían que la chica se había sentido intimidada y violentada como un delito de agresión sexual o violación.
¿Qué hubiera pasado si la chica no hubiera cerrado los ojos, si hubiera puesto resistencia física? Esa contradicción entre los hechos probados y el fallo, junto al «¿y qué tiene que hacer una víctima de violación para que lo consideren violación?» es lo que ayer sobrevolaba en las concentraciones convocadas en toda España. Miles de mujeres –y muchísimos hombres– salieron de nuevo a la calle, a aquellas mismas calles donde dejaron claro, hace poco más de un mes, que ya estaba bien, que hasta aquí habíamos llegado. «No es abuso, es violación», coreaban dos hombres de mediana edad en mitad de un grito seco, rotundo, sostenido por mujeres. «Basta ya de justicia patriarcal», se sumaba un joven ataviado con una camiseta del Betis. «No es un caso aislado, es el patriarcado», sonaba al unísono.
Lo que se estaba pidiendo ayer en las calles de España –en Madrid pasó incluso por el Congreso– no era un endurecimiento de las penas. Se estaba pidiendo simplemente justicia. Con el Código Penal en una mano y el sentido común en la otra. Se estaba pidiendo igualdad. Porque sin igualdad no hay justicia. La reacción ante esta sentencia y el voto particular del magistrado Ricardo Javier González González –sin comentarios– ha demostrado que el 8-M sigue vivo y que nos queremos vivas. «No es No», llegó a repetir en doce ocasiones en un tuit, este 26 de abril, la Policía: «Estamos contigo». Algo impensable hace ocho años, cuando nadie salió a la calle contra la sentencia de Pinos Puente. Cuando de algunas comisarías mandaban a la víctima a su casa, a que se lo pensara mejor con su marido.
#NoesNo#NoesNo #NoesNo#NoesNo#NoesNo#NoesNo#NoesNo#NoesNo#NoesNo#NoesNo#NoesNo#NoesNo
ESTAMOS CONTIGO
?091— Policía Nacional (@policia) 26 de abril de 2018
«A las mujeres» (1936), canción anarquista –
https://www.youtube.com/watch?v=aXV2P5eeV5c
Ha de ser obra de la juventud
romper las cadenas
de la esclavitud.
Hacia otra vida mejor
donde los humanos
gocen del amor.
Debéis las mujeres colaborar,
en la hermosa obra de la humanidad;
mujeres, mujeres, necesitamos vuestra unión
el día que estalle nuestra grande revolución.
Hermanas que amáis con fe la libertad
habéis de crear la nueva sociedad…
El sol de gloria que nos tiene que cubrir
a todos en dulce vivir.
Por una idea luchamos,
la cual defendemos
con mucha razón.
Se acabarán los tiranos,
guerras no queremos
ni la explotación.
Todos nacemos iguales,
la naturaleza
no hace distinción;
comunistas libertarios,
luchad con firmeza
por la revolución.
Hermanas que amáis con fe la libertad
habéis de crear la nueva sociedad…
Más allá de repasar el código penal y utilizar los recursos que posibilita la ley al Juzgado Superior de Navarra y el Tribunal Supremo , al unísono y desde ya , hay que DOTAR DE FORMACION EN GENERO , años administradores de la justicia : los jueces. Resulta inaudito y contradictoria la sentencia final en esta primera instancia : una mujer SOMETIDA , NO ES VIOLADA ,SINO QUE SE «ABUSA DE ELLA».
El voto particular de uno de los jueces no es el resultado de una charla entre colegas machistorros , no.¡¡¡ Es un voto particular ARGUMENTADO EN 300 PAGINAS !!! Este jurista se desliza en síntesis faltando el respeto a muchas personas Y AGREDIENDO , DE NUEVO , A LA VICTIMA. Es incompatible el hacer de ese juez con el concepto de JUSTICIA.
No es de recibo que 2 individuos de los sentenciados , Guardia Civil y Militar , no sean condenados con más contundencia que sus compañeros de «caza» : se supone que «están para proteger «.
Solo se pide HUMANIDAD Y SENSIBILIDAD. AMBAS SON PARA LAS PERSONAS , INDEPENDIENTEMENTE DE QUE SEAN MUJERES U HOMBRES.