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Pantomima Full, Albert Rivera y la ginebra rosa

"El problema es que la clase media aspiracional, trabajadores enajenados de su identidad, asumen que votar a Ciudadanos es estar un pasito más cerca de todo eso que ansían".

Alberto Casado y Rober Bodegas son el dúo que da vida a Pantomima Full, vídeos de un minuto de duración de algo que podríamos denominar como humor sociológico. Miles de personas comparten sus nuevas entregas a través de las redes sociales y no es de extrañar porque son realmente divertidos. El éxito de su propuesta reside en lo bien que han situado el espejo, uno en el que se reflejan todos los estilos de vida, tendencias y valores al alza de nuestro momento.

Le dan a todo: al canallita, al runner, al experto en vinos, a Malasaña, al emprendedor o al padefo. El personaje en cuestión, interpretado alternativamente por Casado y Bodegas, se sitúa frente a la cámara en una especie de entrevista en la que desgrana sus aficiones, dejando perlas como «El café de Italia es… Yo flipaba… Yo me tomaba todos los días cuatro o cinco. Ni punto de comparación» a lo que un superyó justiciero responde silenciosamente en grandes letras «experto en obviedades».

Su humor es naturalista, sin exageraciones, sin tirar del histrión o la caricatura, tan solo seleccionando aquellas frases más hirientes que pronuncia el festivalero o el aficionado a la filosofía de desguace, que pronunciamos todos. Porque, al final, lo que retrata Pantomima Full son los consensos en torno a lo diario, lo pautado sobre las modas, los sentidos comunes de lo aspiracional. Es buen síntoma que, en una época donde nuestras identidades frágiles se construyen a base de suplementos de tendencias, el público sepa reírse de sí mismo, de esa propuesta que convierte a la vida cotidiana en una competición de estupideces con apariencia sofisticada.

Si hace cuarenta años los jóvenes escapaban del sopor de lo asalariado a través de las contraculturas, una forma de dotar a su identidad de unos códigos semi-secretos y unas liturgias generalmente alrededor de lo musical, en nuestro momento la extensión de la juventud hasta más allá de los cuarenta, como un chicle anestesiante, es uno de los motivos por los que necesitamos de este tipo de superficiales y a la vez obsesivos modos de vida. Eso y un sistema cultural al servicio del orden capitalista que requiere encapsularnos a todos en la gran tribu urbana de la clase media aspiracional.

Nunca nos parecimos tanto, nunca fuimos tan homogéneos en nuestra vulgaridad consumista, por lo que nunca necesitamos tanto fingir diferenciarnos, ser diversos, mediante todo un catecismo de values & lifestyles. Lo interesante es que, en esta sociedad post-crisis, tras el derrumbe de la clase media material lo único que queda es su sombra, un fantasma de lujos de bajo coste como Uber, la ginebra rosa y la suscripción a la HBO.

Una de las peores consecuencias de este panorama es que el cosmopaletismo ha contaminado hasta a las actividades más sencillas y placenteras de la vida con el virus del consumismo anhelante. Para comer, beber y follar ahora se necesita todo un complicado código de prescripciones, de reglas pensadas por efectivos marketeros y redactores expertos en especulación cultural. El mecanismo es sencillo y benéfico para el negocio: con añadir la coletilla premium todo cuesta diez veces más. Por contra para nuestro bolsillo, nuestra tranquilidad y para la estabilidad mental de los más ambiciosos ha sido un desastre.

En esos teatrillos de la cercanía en que se han convertido las campañas electorales, donde cada candidato intenta parecer gente besando a niños, practicando deportes o enseñando su casa en las revistas del corazón, Albert Rivera protagonizó un maravilloso reportaje en Vanity Fair donde posaba jugando al billar, arremangado, mirando seductor a cámara. Desde luego quien pensó la escena acertó de pleno ya que retrató el sueño húmedo de cualquier cargo medio con casa unifamiliar en Majadahonda.

Imaginen, tras una extenuante jornada de oficina en Azca, habiendo revisado un par de balances, después de tareas tan ingratas como reírse de una feminista por Twitter o elegir risotto en el gastrobar, llega el momento del descanso del guerrero. Y qué mejor que una partida de billar en el sótano del chalecito, bebiendo una cerveza artesana mientras que tu mujer te contempla admirada. De ahí a comprar el clearblue media un paso. Feria de las vanidades versión ibérico-acomplejada, ya saben, rojigualda en lo político, star-spangled banner en lo sentimental.

Si existe un partido equivalente a los geles de placer o a los polos con la marca demasiado visible, ese es Ciudadanos. Es fácil imaginar a Rivera, Arrimadas o Villacís jugando a las startups, recomendándote la mejor cocina thai de Covent Garden o diciendo con soltura la palabra cardamomo en el after-work. Efectivamente, como diría mi padre, son un cromo. Todos menos el pobre Girauta, que parece el conserje del campo de golf al que, de vez en cuando, la upper-class le permite tomarse algo con ellos. Siempre es buen negocio tener cerca a alguien con las manos duras para que te arregle un grifo, te sirva el suntory o te espante al pobre en su mismo lenguaje.

Que Ciudadanos suba en las encuestas se debe a la coyuntura españolista del otoño, al permanente masaje industrial de los medios y a un PP al que solo le queda ya la respiración asistida del gobierno y su naturaleza de pilar de régimen. Pero que Ciudadanos permanezca, más allá de lo que lo hizo su correlato experimental de UPyD, se debe a que si los magentas basculaban alrededor del conflicto vasco, los naranjas partiendo de un lugar parecido expresan con precisión a esa clase media aspiracional tan bien retratada en Pantomima Full.

Este hecho, que puede resultar obvio y hasta ofensivo para los que nos juntamos por aquí, es sin embargo, fuera de lo risible, su mayor ventaja. A Ciudadanos no le haría falta un equipo de comunicación porque todo el sistema cultural de estilos de vida se encarga de promocionarlos cada vez que las tendencias colonizan hasta el más pequeño rincón de nuestra vida. La tecnología de consumo como ansiolítico, las comedias ligeras de situación, los libros de autoayuda, los columnistas políticamente incorrectos, las hamburguesas gourmet, las incubadoras de emprendedores, Cárdenas y Motos o el nacionalismo popular deportivo hacen campaña por Ciudadanos en cada golpe de actualidad.

El problema no es que el del billar de Majadahonda vote a Ciudadanos, que la clase media real simpatice con ese partido. Eso es lo esperable. El problema es que la clase media aspiracional, trabajadores enajenados de su identidad, asumen que votar a Ciudadanos es estar un pasito más cerca de todo eso que ansían. En el fondo, la unidad de España importa bastante menos que imaginarse conduciendo el SUV que lleva tu jefecillo.

Una parte de eso llamado gente es perfectamente consciente de los conflictos que les rodean, del paro, los recortes y todo lo demás, no así de sus causas profundas. Lo que implica que piensen que la mejor forma de solucionarlos no es mediante la acción colectiva, sino intentando la escapatoria individual, la escalada del dispuesto. Este es el trágico precio que paga el asalariado con pretensiones por no haber escuchado nunca a Martha Reeves & the Vandellas: nowhere to run to, baby, nowhere to hide.

La última clave es si la izquierda sigue pensando que la única forma de ganar elecciones es tratar de seducir a ese electorado que mide su dignidad por el precio de sus calcetines. Puede que cargar frontalmente contra todo el sistema cultural sea hoy un suicidio, tanto como tratar de competir en respetabilidad con alguien como Rivera. En las elecciones generales de 2016 se abstuvieron casi diez millones y medio de personas, más que los votantes de cualquier partido. ¿Esa enorme cantidad de votantes están más cerca de vivenciar el conflicto diario, con desesperanza y nihilismo, o de caer arrebatados por este absurdo campo de sueños?

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Comentarios
  1. Todos cuñaos menos los iluminaos de la burbuja de Malasaña. Conviene recordar que por Vanity Fair también han pasado los mesías de la izquierda Iglesias y Garzón, pero claro, eso no es postureo elitista porque es el que concuerda con tus values y tu lifestyle pijoprogre. Pobres obreros, no se enteran de lo que es cool.

  2. ¿Sabes que ‘La Marea’ rechaza la publicidad sexista y la del Ibex35? (me da la risa).

    En cambio, clasismo todo el que queráis.

    Resumen del artículo: Los obreros son idiotas y votan mal.

    Y el autor aún se preguntará por qué y le echa la culpa a 500 cosas. Nunca había visto a tanta gente fallar el tiro de esta manera. Los obreros no os votan porque los insultáis, porque sois unos snobs y porque sois exactamente lo mismo que criticáis, pero por algún tipo de narcisismo extraño no sois capaces de verlo. Vosotros no os dáis cuenta, y ellos sí.

    ¿Quién es el listo ahora?

    • Que Ciudadanos suba en las encuestas se debe a la total manipulación mediática de los Españistanes, así como a incultura e ignorancia.
      Por incultura no me refiero a no tener estudios pues gente sin estudios puede ser culta, me refiero a no tener criterio o cosecha cultural propia ni interés por tenerla, con tener futbol, repetir que todos los políticos son iguales y que tienen la culpa de todo lo malo que pasa en el mundo y ocuparse más bien para mal de los problemas del prójimo, y consumir a tope el que lo pueda hacer, pues ya se sienten realizados.
      «La paja en el ojo ajeno y la viga en el nuestro» porque al españistán le falta la honestidad de analizarnos y juzgarnos a nosotros mismos y le sobra la arrogancia fruto de la propia ignorancia.

  3. Daniel, y a ti, que te gusta? Que es lo que haces con tu ocio tan diferente de los cosmopaletos? Nunca consumes? Jaja…

    Has vivido en un pueblo de Castilla sin comodidades cosmopaletas? Sabes lo que es un bar de pueblo? Sabes lo asqueroso que es y lo generalmente mal que se come? Sabes lo que es ver sólo «arquitectura» rural de mierda (el 80 o 90% de los pueblos de españa)? Eso podría ser lo antagónico al cosmopaletismo.. Eres un romántico utópico miope más?

    Lo que parece que te jode (cuya articulación te hace sentirte inteligente e ingenioso) es que paletos nuevo ricos hagan lo mismo que tu, lo cual entiendo. Pero esto se llama progreso y no tendría que joder. Pero lo que igual te repatea es que ese progreso en España no va acompañado de educación (en toda su dimensión), por lo que hay un buen número de gente progresada que sigue muy paleta y maleducada. En otros sitios la gente avanza al unísono que su cartera.

    Pero me meto contigo porque tu reacción es típica de aqui y mala para todos en el sentido de que no priorizais bien; lo importante no son los matices sino el que España avance, y si puede ser, bien y definitivamente: que haya oportunidades para prosperar, que permitan una economía flexible y liberal (no como ahora que es básicamente socialismo), que se acaben las oligarquías y los chanchullos (que se acaban cuando liberalizas y se puede competir de verdad), que se acaben los criticones para que todos puedan sentirse libres…. Y que bajen los jodidos impuestos!

    No creo que Ciudadanos sea el partido «perfecto» (lo hay?), pero sin duda es muuucho mejor que el resto. Da exactamente igual que Rivera o Arrimadas jueguen al billar, beban ginebras bobas, o les mole majadahonda. Lo que importa es que consigan algo mejor para todos.

    • Pues parece que te ha molestado precisamente porque te has visto identificado en ese cosmopaletismo. Pero lo que dice muy poco de tu conocimiento es decir que el liberalismo traerá el fin de los chanchullos y la igualdad, eso solo lo dicen los ricos o los que creen serlo porque saben de su situacion de superioridad.

    • Me gustaría conocer algún ejemplo en que el liberalismo no ha llevado a una crisis, o deslocalizar más empresas o a precarizar el empleo.

  4. En este país se ha perdido la conciencia de clase y pocos se reconocen pobres. Los trabajadores deben sacarse el dedo del culo, mirarse al espejo y pensar.

  5. El independentismo es la mejor evidencia del problema de la izquierda española. Ciudadanos es claramente la opción mejor colocada, porque es la más férrea contra el independentismo, y más siendo de origen catalán.

    La izquierda española no puede ubicarse como la catalana, y menos aun ser tan duros con el uso del nacionalismo catalán, como lo ha sido con el uso del nacionalismo español.

    Con miedo a empeorar lo que hay, al final el votante se encuentra un partido que aunque sea por razones nacionalistas, se opone a un movimiento que puede empeorar su situación y agrandar las diferencias con una de las zonas, y esto es importante, más prosperas de España.

    ¿Dejaría la izquierda que La Moraleja gestionara sus recursos independientemente de Vallecas?, ¿las zonas comerciales o de producción, de las zonas donde habitan los obreros o consumidores?

    • das en el clavo, el independentismo duele en Esp no solo por razones sentimentales y de carácter nacionalista (q también). Ese apelar a la unidad y a la soberanía del pueblo español esconde razones económicas. Ciertamente, sin Cat, Esp tendría verdaderos problemas de viabilidad económica. Cuando se acusa a los independetstas de insolidaridad con otras zonas del estado, no se tiene presente q hace tiempo q se dieron cuenta q solo los queremos por eso. Cat no cuenta como parte del proyecto español, sino es como motor económico. La lengua y la cultura siempre han resultado molestas y, a pesar del peso económico, el peso político soiempre d e Cat en el estado ha sido siempre testimonial. Si las cosas siguen así, al fina se van a ir.Tiempo.

      • Cataluña no es motor ya de nada, si lo fue es porque desde antes de tiempos de Franco y durante la dictadura se favoreció su industrialización para acallar las voces burguesas y anarquistas (antes de la guerra civil) nacionalistas.
        Franco quiso españolizar la zona y fueron muchas industrias e inmigrantes que eran mirados mal por la clásica burguesia catalana, todo este batijurrillo y la ayuda del PP y el PSOE para seguir gobernando nos ha llevado a esta situación de pseudo nacionalismo adoctrinado, que se mira en Francia y se identifica con ella, mientras Francia considera a los catalanes como «españoles folloneros» que para más inri se quieren quedar con el sureste de Francia (comportamiento más español que el Quijote).

  6. Sensacional articulo, de lo mejor que he leído en mucho tiempo, expresa de manera clara lo que pienso desde hace años y explica porque no hay manifestaciones ni revueltas en las calles

  7. Os habéis marcado una falacia del muñeco de paja del recopón. El problema de la izquierda es que está enfangada en debates posmo sobre opresiones individuales y ha olvidado la lucha de clases. En ese panorama, muchos obreros prefieren al que les ofrece un trabajo de mi3rda que al que les habla de espacios no mixtos, lenguaje inclusivo y nosecuantas historias más.

  8. A ver si los equivocados van a ser los raritos enteradillos intelectualoides que piensan que son los listos y los demás gilipollas; encienden su tablet, lo llenan todo de mierda de plástico (como la mayoría) y se sienten justicieros comunistas; se olvidan de Maduro o argumentan que el velo es parte de la cultura islámica.

  9. Si, es obvio que nos dejamos seducir por el brillo, y no reparamos en sus consecuencias ciutadans ahora ciudadanos, es como la marca España un bluf , ya sabemos lo que pasa con todos los patriotas escondidos tras un trapo llamado bandera , espero que la gente con aspiraciones piense en el bien de todos y dejamos de ser paletos y nos convertimos en seres inteligentes

  10. Me apunto a lo que dice el artículo de marras,es la revolucion neocon,liberal-contrareformista y conservadora con algún guiño al progresismo del siglo XIX. Alea jacta est

  11. No conozco al dúo humoristico del artículo (cosas extrañas que pasan al vivir voluntariamente en una burbuja), en cualquier caso, me ha gustado la foto crítica que hace el artículo, pero me quedo especialmente con el último párrafo y concretamente con esto: «En las elecciones generales de 2016 se abstuvieron casi diez millones y medio de personas, más que los votantes de cualquier partido. ¿Esa enorme cantidad de votantes están más cerca de vivenciar el conflicto diario, con desesperanza y nihilismo, o de caer arrebatados por este absurdo campo de sueños?».
    Gracias

  12. Ha merecido la pena leerlo sólo por frases como:
    – cosmopaletismo
    – espantar al pobre en su mismo lenguaje
    – padefo.

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