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“Estiércol de los cerdos sobre la cabeza de nuestros padres”

Asociaciones republicanas dirigen una carta a Macron para que detenga la instalación de una granja porcina sobre un campo de refugiados republicanos.

En la población francesa de Septfonds (Tarn-et-Garonne) existió un campo de concentración llamado Camp de Judes, bien conocido en el país vecino. Allí dieron con sus huesos, y nunca mejor dicho, miles de republicanos españoles exiliados en Francia en 1939, tras la Guerra Civil. En aquel lugar, los refugiados fueron sometidos a las más penosas condiciones. Joseph González Ocaña, presidente de la asociación Memoire de L’Espagne Républicaine y miembro del Centro de Investigación y de Interpretación de la Memoria de la España Republicana (CIIMER), atesora una lista de 24.998 apellidos de quienes pasaron por allí. “Pero ese número no es exacto, porque solo cuenta a los que salieron”, explica. “La lista de los que entraron fue destruida, y así está admitido, al finalizar la Segunda Guerra Mundial”.

En este momento, existe el plan de construir en los terrenos del Camp de Judes una granja porcina en la que se prevé criar alrededor de 6.550 cerdos al año. Así lo denuncian desde CIIMER, y por esa razón, González Ocaña, en representación del centro, ha escrito una carta a Emmanuel Macron, presidente de la República francesa.

Excrementos contra el respeto

La presencia de miles de cerdos, el hedor que conllevará, el esparcimiento del estiércol previsto en las comunas de Septfonds y de Montalzat, entre otras, mancillaría ante los visitantes de Francia, de España y de toda Europa, la memoria de los difuntos. Los excrementos porcinos son incompatibles con el obligado respeto hacia los que han sufrido en estos lugares. Permitir la realización de este proyecto sería contradictorio respecto a las decisiones que fueron tomadas detenidamente, anteriormente, por el Estado, por las que se han inscrito el Monumento conmemorativo y el ‘Cementerio de los Españoles’, así como la Estación de Borredon en la lista del Patrimonio. Sería una ofensa hacia los cuerpos que yacen todavía en estas tierras en las que se quiere proceder al esparcimiento”, denuncia González Ocaña en su escrito a Macron.

Al teléfono, se queja de que “aquí nos estamos enfrentando a la tendencia actual de los historiadores, que los llaman ‘campos de internamiento’, y pronto acabarán llamándolos ‘campos de vacaciones’”. González Ocaña recuerda que el ministro de Interior de entonces, Albert Sarraut, ya los llamó “campos de concentración”, tal como consta en los documentos y medios de comunicación de la época. Sin embargo, y ahí está la esencia de la denuncia, el relato institucional –y en cierto sentido académico– francés insiste en que la denominación de “internamiento” o “albergue” sustituya a “concentración”. Protesta González Ocaña: “A eso se le llama revisionismo histórico. Allí hubo violencia, maltrato, muertos… Lo que quieren es limpiar la idea”.

30.000 internos

La estación de Borredon a la que hace referencia la carta se ha convertido en un centro de referencia de la memoria, que recuerda cómo 16.000 republicanos españoles llegaron al lugar entre el 5 y el 12 de marzo de 1939. En 1996 se levantó allí un monumento conmemorativo, y así consta inscrito desde septiembre de 2011 en la Lista complementaria de los Monumentos y de los Lugares históricos del Patrimonio Nacional francés.

El agravio que supone la instalación de una granja de cerdos en dicho terreno afecta sobre todo a la memoria republicana, pero no solo. Por el Camp de Judes pasaron alrededor de 30.000 personas desplazadas, de las cuales el 90% eran españolas. Sin embargo, también cayeron allí no pocos judíos. Como informan desde el CIIMER, “a partir de 1942, las personas de origen judío que habían estado internadas en Septfonds fueron entregadas a los alemanes para su deportación a los campos de exterminio en territorios dominados por el III Reich”.

En su libro Exiliados republicanos en Septfonds (Ed. Catarata), José Antonio Vidal Castaño, doctor en Historia Contemporánea, lo describe como un campo de concentración cruel. Narra en una entrevista cómo llegó hasta allí “atraído por la existencia de un ‘cementerio español’, donde reposaban decenas de republicanos españoles, muertos como consecuencia de enfermedades ocasionadas por epidemias, falta de higiene, condiciones insalubres, etc”. Efectivamente, de todas las personas que fallecieron en aquel encierro, 81 están enterradas en el Cementerio de los españoles.

Estiércol sobre nuestros padres

La amarga queja de González Ocaña hace referencia a la memoria de sus mayores, que es la de muchos de sus conciudadanos, descendientes de republicanos españoles exiliados en Francia. “Estiércol de los cerdos sobre la cabeza de nuestros padres… ¡Ni hablar!”. Por tal motivo han iniciado una recogida de firmas contra el establecimiento de la granja porcina.

“Señor presidente de la República”, concluye su carta el Centro de Investigación y de Interpretación de la Memoria de la España Republicana, “por esos motivos, para volver al sendero de la dignidad, le pedimos que intervenga para impedir la puesta en marcha de este proyecto”.

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Comentarios
  1. Y éso que Francia hasta la fecha ha sabido honrar a los republicanos españoles más que esta España franco-fascista que se niega a pedir perdón por el pasado cuando el gobierno francés ha pedido perdón en varias ocasiones a los republicanos españoles reconociendo lo mucho que hicieron en su lucha contra el fascismo en España y luego en Francia.
    Quien haya visitado las ciudades y pueblos del sur de Francia, Tarbes, Pou, Oloron, Toulouse, le habrá sorprendido ver esculturas y calles dedicadas a los republicanos españoles y a la república española.
    En Toulouse me sorprendió que muchas de las canciones que canta la izquierda francesa y los sindicatos en las protestas y manifestaciones son las republicanas españolas que se cantaban durante la guerra. A ellos les sorprendía que en España no se cantaran.
    El neoliberalismo no tiene ética ni valores, y Francia, aunque más despacio, también involuciona.

  2. no permitir este tipo de desprecios hacia los republicanos españoles, creo que contribuye al esclarecimiento de los hechos, cosa que como ya es sabida ni España ni Francia ni el resto de Europa parece que le preocupe gran cosa. Parece que dijeran aquello de «Virgencita que se quede como está»

  3. Tendremos que resistir . No harán esa porquerìa .
    Respect et mémoire à ceux qui ont résisté et combattu le faschisme.

    • Más que ignorar yo diría borrar, ocultar para siempre. De ello sabemos mucho en España, porque aquí el fascismo sigue conservando la influencia que tuvo durante el franquismo.

  4. Cristina, me pregunto si en ese pedazo de tierra existen todavía restos sepultados de los refugiados republicanos. Si es así, esto debiera ser razón suficiente para considerar ese espacio intocable, al menos hasta que que no se haya desenterrado, identificado y devuelto todo vestigio.

    • Contestanto a tu comentario:

      Señor Presidente de la República:
      Solicitamos que intervenga para impedir que se cometa un crimen contra la Memoria Histórica en un Lugar Histórico de Tarn-et-Garonne: el Lugar en el que se encontraba el campo de concentración de Septfonds (Tarn-et-Garonne, Judes) puede estar mancillado por la
      ampliación de una ganadería porcina familiar que prevé criar de aquí en adelante 6500 animales al año.
      En este terreno, requisado en marzo de 1939 para convertirlo en campo de concentración han sido encerradas aproximadamente 30.000 personas, en condiciones infrahumanas y sin juicio; el 90% eran soldados del Ejército republicano español, otros eran soldados del ejército polaco y otros eran civiles judíos. Muchos de los ”internados” murieron en ese campo de concentración sin que sepamos todavía hoy en día donde fueron sepultados. 81 personas están enterradas en el Cementerio de los Españoles restaurado desde 1978.
      Un Monumento conmemorativo fue erigido en 1996. Ha sido inscrito en la lista
      complementaria de los Monumentos y de los Lugares históricos del Patrimonio nacional en septiembre de 2011 gracias al tesón de las asociaciones que han creado el CIIMER (Centro de
      Investigación y de Interpretación de la Memoria de la España Republicana) cuya sede se encuentra en la Estación de Borredon (Montalzat) donde traían a los soldados y civiles que recluían en el campo de concentración. Esta estación y el Cementerio de los Españoles han sido
      simultáneamente inscritos en el Patrimonio.
      La presencia de miles de cerdos, el hedor que conllevará, el esparcimiento del estiércol previsto en las comunas de Septfonds y de Montalzat, entre otras, mancillaría ante los visitantes de Francia, de España y de toda Europa, la memoria de los difuntos.
      Los excrementos porcinos son incompatibles con el obligado respeto hacia los que han sufrido en estos lugares. Permitir la realización de este proyecto sería contradictorio respecto a las decisiones que fueron tomadas detenidamente, anteriormente, por el Estado por las que se han inscrito el Monumento conmemorativo y el Cementerio de los Españoles así como la Estación de Borredon en la lista del Patrimonio. Sería una ofensa hacia los cuerpos que yacen todavía en estas tierras en las que se quiere proceder al esparcimiento.
      Señor Presidente de la República, por esos motivos, para volver al sendero de la dignidad, le pedimos que intervenga para impedir la puesta en marcha de este proyecto.
      Joseph GONZALEZ OCAÑA
      Presidente del Comité de Animación del CIIMER
      (Centro de Investigación y de Interpretación de la Memoria de la España Republicana)
      Apoyamos también la petición del siguiente colectivo: http://chn.ge/2BX3RZT

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