Política

¿Qué es ser comunista hoy?

Daniel Bernabé plantea esta pregunta a Marina Albiol, Felipe Alcaraz, Marga Ferré, Esther López Barceló, Carmen G. Magdaleno y Maxi Nieto.

Foto: Marsel Minga.

Por qué soy comunista es el nuevo libro de Alberto Garzón, publicado por Península. Estoy convencido de que debió de existir un título similar en la América de los años cincuenta, salvo que ese trataría sobre las tribulaciones y el arrepentimiento de un buen ciudadano que cayó presa de la hidra roja.

El comunismo es uno de esos hechos históricos que, dependiendo del lugar y la fecha, tienen significados muy diversos. Asimismo, siendo una de las ideologías sobre las que más se ha escrito y pensado, es una de las más difíciles de definir. Hagan la prueba y organicen una reunión con cuatro o cinco comunistas, den pie a que hablen de su historia y al cabo de un rato tendrán un buen lío sobre la mesa.

La motivación del libro de Garzón, sin embargo, no es tan ambiciosa –y suicida– como pretender sentar las bases sobre lo que es el comunismo hoy. La obra está enfocada desde la necesidad de situar al marxismo (el sistema filosófico tras la hoz y el martillo) no como una curiosidad histórica acabada sino como un sistema de pensamiento vigente y válido para hacer política. Ya en la introducción la contraposición que se hace a lo especulativo del liberalismo y la lucha entre el mecanicismo en Marx contra su versión dialéctica así lo indican.

Por qué soy comunista es una crítica al sistema político y económico del capitalismo, no solo desde su vertiente ética, haciendo notar los desajustes que provoca en nuestra sociedad, sino haciendo patentes las contradicciones de un modelo organizativo ineficiente y poco democrático. Pero también intenta dar razones para despojar de autoridad a los cuidadores del museo, a esos sacerdotes que han transformado el marxismo en una herramienta mellada que se cita como un rabino haría con la Torah.

Se adivina que hay mucho del Garzón que conocemos en las páginas de la publicación, por su estilo divulgativo pero con contenido exigente. No es el texto más ligero que encontrarán en los anaqueles, pero sí una de las novedades que, además de los temas que trata, tiene la virtud de enseñar a pensar al lector en unas claves que no son las habituales. Ciencia, filosofía, clases sociales, Estado y una economía en crisis son los protagonistas que harán avanzar su argumento, uno pensado para hacer frente a las dudas que cualquier persona de izquierdas tiene a la hora de enfrentar el absurdo cotidiano.

Aprovechando la salida de libro pensamos en trasladar la misma pregunta que lo titula a diferentes personas que de una u otra forma tienen relación con el movimiento comunista. Pero luego caímos en la cuenta de que en la propia respuesta a por qué somos como somos, siempre se halla un matiz de complacencia: nadie habla mal de sí mismo, aunque sea en términos políticos. Por eso preferimos cuestionar qué tiene que aportar el comunismo hoy a epígrafes tan dispares como el municipalismo, el feminismo o la construcción europea.

Nuestras invitadas son Marina Albiol (1982), una de las diputadas del Parlamento Europeo que más combativas se ha mostrado frente al ascenso de la ultraderecha en el continente; Felipe Alcaraz (1943), histórico comunista, escritor y uno de los pocos parlamentarios que ha renunciado a su pensión vitalicia; Marga Ferré (1968), vinculada a la Fundación por la Europa de los Ciudadanos y secretaria de elaboración política de IU; Esther López Barceló (1983) es actualmente profesora, impulsora de iniciativas sobre memoria histórica y trabajó en el área de economía del Ayuntamiento de Madrid; Carmen G. Magdaleno (1986), responsable de comunicación en el grupo municipal de IU de Lugo, aunque también realiza un intenso trabajo de concienciación feminista en redes; por último, Maxi Nieto (1972), profesor en la Universidad Miguel Hernández de Elche y un original divulgador sobre las técnicas informáticas aplicadas a la economía planificada.

Pincha aquí para leer las siguientes entrevistas:

Marina Albiol, eurodiputada del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea.

Maxi Nieto, profesor en la Universidad Miguel Hernández.

Marga Ferré, secretaria de elaboración política de IU.

Esther López Barceló, profesora de Historia.

Felipe Alcaraz, escritor.

Carmen G. Magdaleno, responsable de comunicación en IU de Lugo.

 

 

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Comentarios
  1. Ser comunista demanda, entre otras cosas, tener una posición marxista sobre el deporte que hoy prácticamente no se aborda, no se le considera importante, y se tiene una posición positivista al respecto, En esa perspectiva de construir una opción alternativa , le presento el LIBRO “MARXISMO, DEPORTE, PODER Y GLOBALIZACIÓN” (2021). Es el Volumen Cuatro de la Serie Sociología Política del Deporte desde América Latina y El Caribe. Editado por el Centro Experimental de Estudios Latinoamericanos “Dr. Gastón Parra Luzardo” de la Universidad del Zulia, en Maracaibo-Venezuela. Si le interesa me avisa y con mucho gusto se lo enviaré
    Eloy Altuve Mejía, Investigador Jubilado Activo del Centro Experimental de Estudios Latinoamericanos “Dr. Gastón Parra Luzardo” de la Universidad del Zulia, en Maracaibo-Venezuela. Celular: + 58 412 6031285.

  2. ANTONIO GRAMSCI: ODIO A LOS INDIFERENTES.
    Lo que ocurre, el mal que se abate sobre todos, no se debe tanto a la iniciativa de los pocos que actúan, como a la indiferencia de muchos. Lo que ocurre no ocurre tanto porque algunos lo quieran, sino porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, deja de hacer, deja promulgar leyes que después solo la revuelta hará anular, deja subir al poder hombres que después sólo una sublevación podrá derrumbar.
    Creo que vivir es tomar partido. Quien verdaderamente vive no puede dejar de ser ciudadano ni de tomar posición. La indiferencia es abulia, es parasitismo, es cobardía, no es vida. La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la bola de plomo para el innovador y la materia inerte en la cual frecuentemente se ahogan los entusiasmos más esplendorosos.
    Me fastidian los lamentos de eternos inocentes de los indiferentes. Pido cuentas a cada uno de ellos; cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, que han hecho, y especialmente, que no han hecho, y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.

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