Medio ambiente
Desinversión y desconfianza en la cumbre del clima de Macron
“Macron ha montado un gran espectáculo, pero los líderes políticos no tienen muchos resultados que mostrarnos al final de esta conferencia", sostiene Greenpeace.
El mundo se reunió en París el martes, en una cumbre convocada por el presidente francés Emmanuel Macron, para concretar medidas políticas para el cumplimiento del Acuerdo Climático de París. El tratado, alcanzado hace justo dos años, vincula a los países firmantes (todos menos Estados Unidos) a limitar el calentamiento global a 2ºC por encima de niveles preindustriales, con la ambición de dejarlo “bastante por debajo” de esa cifra. Las posibilidades de cumplir esos objetivos son muy escasas, pero no es totalmente imposible. Para conseguirlo se necesita una reducción dramática e inmediata de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.
Para involucrar al mundo financiero, Emmanuel Macron ha recibido en París a líderes nacionales y empresariales, con la intención de fijar normas que permitan dicha reducción.
El propio Macron abrió la cita en un tono pesimista. El exbanquero afirmó que “estamos perdiendo la batalla contra el cambio climático” y que “no estamos avanzando lo suficientemente rápido”, al tiempo que llamaba a la acción.
Desinversión
Ya el mismo martes, una oleada de instituciones y empresas anunciaban su compromiso, fuera total o parcial, de no seguir financiando proyectos de combustibles fósiles. Por ejemplo, el Banco Mundial anunció que no seguirá trabajando con proyectos de exploración y extracción de petróleo y gas a partir de 2019 (a excepción de proyectos individuales en países pobres). No obstante, su declaración no menciona proyectos de distribución de hidrocarburos u otros negocios como las refinerías.
Asimismo, AXA, la tercera mayor aseguradora del mundo, anunció que multiplicará por cuatro su inversión en energías renovables y dejará de financiar proyectos de carbón y arenas bituminosas (un tipo de material, que se halla sobre todo en Canadá, del que se extrae gas no convencional).
Finalmente, el banco holandés ING ha anunciado que planea reducir su financiamiento de la industria de carbón a “casi cero” para 2025.
En total, ha habido anuncios de mayor o menor envergadura por parte de inversores que representan un total de 26 billones de dólares (unos 22 billones de euros). El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, celebró la decisión, afirmando que “las finanzas son la diferencia entre ganar y perder la guerra contra el cambio climático”.
Crítica
A pesar de los anuncios, numerosos grupos ecologistas y activistas se han mostrado escépticos acerca de los resultados de la cumbre. Greenpeace celebró el anuncio del Banco Mundial, calificándolo de “voto de no confianza” hacia los combustibles fósiles, pero criticó el papel de los líderes políticos, incluyendo al organizador de la velada.
“Macron ha montado un gran espectáculo, pero los líderes políticos reunidos a las afueras de París no tienen muchos resultados que mostrarnos al final de esta conferencia. Europa está jugando muy por debajo de su potencial en la lucha contra el cambio climático, y las palabras vacías de Macron no van a significar una gran diferencia. En Bruselas, Francia lucha mucho más duramente por su industria nuclear que por una transición a las energías renovables y se abstiene cuando países como España o Polonia piden mantener subsidios para las plantas de carbón”, afirmó el director de la organización en la EU, Jorgo Riss.