Opinión
El no-Gobierno y su realidad inventada
"Han construido un sistema básico de vida/comunicación según el cual se elimina la realidad", escribe Fallarás.
Las últimas declaraciones de Rajoy y su banda –no diré los “últimos hechos” porque lo de hacer no es lo suyo– han acabado de convencerme. Y no bromeo en absoluto: este tipo no nos gobierna. Así, sencillamente. Hará otras cosas, quién sabe: andar deprisa, leer prensa deportiva, dejarse grabar de vez en cuando, acudir a un lugar al que aún llamamos Parlamento, y así. Pero no gobierna. Ni él ni nadie de estos que conocemos y que, más o menos, con cierta frecuencia le rodean.
No me refiero a que su Gobierno actúe mejor o peor, sino a que no es eso exactamente lo que se dedican a hacer. ¿Qué, pues? Difícil describirlo. Algo así como un teatro básico en el que basta con asomar la cabeza un par de veces a la semana –si eres ministra de Sanidad, puedes reservarte y aparecer solo en manis de derechas–, abrir la boca y dejar que escape un lugar común, “por activa y por pasiva”. Tiene su intríngulis, y quienes asistimos al espectáculo en primera fila lo sabemos.
Con objetivo de evitar sobresaltos, han construido un sistema básico de vida/comunicación según el cual se elimina la realidad –incluso puede que hayan desechado la idea misma de “realidad”– y se crea una narración que la sustituya. Para que dicha narración inventada por aquellos que no nos gobiernan funcione, esa a la que ellos llaman “realidad” e incluso “nueva realidad”, resulta imprescindible que la escriban cada día de forma breve y esquemática, pero contundente. Después, se la reparten y aquellos encargados de asomar la cabeza durante esa jornada la repiten con mucha circunspección, sea cual sea el entorno o tema para el que hayan sido reclamados.
Lo llaman “argumentario” y su no-realidad sirve igual para quienes no nos gobiernan y para quienes tampoco hacen de oposición.
Todo lo anterior sería impensable sin la participación entusiasta de los medios de información. Pero es que cuando un Gobierno ha pasado directamente a no gobernar, se da por hecho que los medios informativos tampoco informan. Oiga, sin aspavientos. A estas alturas, en las que quienes debían informar siguen manejando la posibilidad de que el “M. Rajoy” de los Papeles de Bárcenas no sea “Mariano Rajoy”, no cabe el aspaviento.
Bueno, todo lo anterior sencillamente hay que saberlo. Es así. Y a poco que rasques te das cuenta de que ese pasmarote –sea cual sea— que suelta su cagarruta argumentaria del día ante una cámara o micrófono, no tiene ni necesidad de ni capacidad de gobernar un país. De la misma forma que un día aparece por fin la prueba de que los empresarios les pagaban para participar en el reparto de lo NUESTRO, y como si tal cosa.
Pero tengo miedo. Soy antigua y todavía necesito saber quién roba, quién permite el robo, quién construye el robo y quién alimenta a los ladrones… quién inventa la mentira.
Y, sobre todo, quién nos gobierna. Y no lo digo en broma, que con miedo se bromea mal.
Han construido lo que les interesa. El problema somos nosotros que les seguimos el juego. La pregunta es, ¿Somos imbéciles o aspirantes a «chorizos» sin plaza fija?
Vivimos una realidad distópica bajo la aplicación de «la doctrina del shock» con técnicas ya usadas por Ronald Reagan/Margareth Tatcher en el pasado (conviene releer a Naomi Klein)…
En la agenda paralela o posreal se introducen asuntos absurdos sin ningún sustento real para abrir debates ajenos a verdadera agenda neoliberal.
El último capítulo que se está gestando es «la teoría de los hackers rusos y sus contrapartes venezolanas» introducida hace unas semanas por el tabloide de régimen «elpais» y en boca de los voceros de «la banda genovesa» estos últimos días…
Hasta que una nueva historia «cocinada» de posrealidad sustituya a la anterior, mientras la decadencia y el expolio continúan.
Muy buen comentarío. También es necesario un apunte, la existencia de una comunidad de votantes profundamente orgullosa de su incultura, muy fanática hacia determinados temas como la religión, la patria, el futbol, su partido, etc, sumidos en la cultura del consumo. Esto es, una sociedad profundamente conformista y maleable. Yo no soy una persona culta, ni excesivamente intelectual, quiero decir que no hace falta mucho para darse cuenta, solo la actitud de querer saber y para eso hace falta cierto inconformismo. A la pedagogía social imperante le importa un carajo todo esto, ya sea en centros de formación, ya sea en lo medios de difusión. Yo, hay veces que no doy crédito del nivel de estupidez que puede alcanzar la población de un país.
La principal estrategias de información,es, nosotros seremos malos pero lo demás es peor. Y es una mentira que ha calado realmente.Para mi los verdaderos culpables de todo, son los que no votan,el éxito de su estrategia radica en que la gente con espíritu crítico,y con capacidad de opinar por si mismos,no vote,porque saben que ese tipo de gente no abunda entre sus votantes,y no cabe duda de que lo han conseguido.Tienen a está gente esactamente haciendo lo que ellos quieren,y la culpa la tiene la gente no ellos ,porque al final es la gente la que decide mantenerlos en el poder,la culpa no la tienen los políticos sino la gente que los elige.O más bien hoy en día la que decide no elegir.La gente que es de izquierda pero no votan ,que es como decir que soy marinero pero no voy en barco.
Asi es, no creo que sea cuestión de cultos, intelectuales ni estupidos, es simplemente una falta de lucidez general.
L’ESTACA. Que viva l’estaca
https://www.youtube.com/watch?time_continue=29&v=OfVOpPkMdPk