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La agenda (no oficial) de España
Estas son las prioridades urgentes que el Gobierno debe acometer para avanzar hacia un país comprometido con el desarrollo de las personas y con la protección del planeta.
La Agenda 2030 es una ruta hacia un país comprometido con el desarrollo de las personas y con la protección del planeta. «Los agujeros negros de la globalización están dejando a mucha gente al margen del sistema, desdibujando las fronteras tradicionales que separaban el Norte del Sur. Grandes masas de la población mundial se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Ya no son víctimas de la explotación y de la opresión, sino de la cultura del ‘descarte’. Han dejado de ser ‘explotadas’ para convertirse en ‘población sobrante’. Nuestro deber es saber identificar y prestar atención a quienes sufren exclusión por ser mujeres, por pertenecer a minorías culturales, por tener identidades sexuales diversas o por defender ideas políticas perseguidas», denunció el presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, Andrés Rodríguez Amayuelas, en el Congreso de los Diputados.
Con un informe de Oxfam Intermón y Unicef como base, la coordinadora señala las prioridades urgentes que España debe acometer para avanzar en esta ruta hacia la igualdad y el compromiso.
1. Lucha contra la pobreza
El 28,6% de la población española vive en riesgo de pobreza o exclusión social, una cifra que en el caso de la infancia escala a más de uno de cada tres niños o niñas (34,4%) y señala debilidades estructurales del sistema de protección.
2. Hacer frente a la desigualdad
El quintil más próspero de la ciudadanía española acumula una riqueza que multiplica por 86 la del quintil más pobre, la precariedad laboral ha hecho mella en una generación completa. El 48% de las personas menores de 25 años están desempleadas y más del 13% de las personas con empleo siguen atrapadas en la exclusión social.
3. Sostenibilidad
Un desafío es reducir la huella ecológica y su impacto en terceros países, especialmente en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. España ha aumentado sus emisiones un 19% respecto a niveles de 1990, el impacto de las cadenas de aprovisionamiento en la explotación de recursos oceánicos, la deforestación y el acaparamiento de tierras. Es necesario avanzar en el uso de materiales ecológicos, la economía circular, el reciclaje y la reducción de la obsolescencia acelerada de productos.
4. Igualdad entre mujeres y hombres
La diferencia de ingresos entre hombres y mujeres se situó en el 35,7% en España en 2014, según Eurostat. El reparto de cargas familiares y el trabajo doméstico no remunerado, además de la participación en la vida pública y los puestos de representación y decisión siguen siendo tareas pendientes.
5. La política de cooperación en el centro de la acción exterior
Desvinculada de intereses comerciales, de seguridad o de control migratorio, es necesaria una ruta adecuada y viable para alcanzar el 0,7% de la RNB para AOD, como se definió en la Agenda de Acción de Addis Abeba. La implementación de la agenda debe ser algo transformador y no un producto de marketing político o empresarial. Por ello es fundamental tener mecanismos adecuados de coherencia de políticas para el desarrollo sostenible y de rendición de cuentas y comunicación.
Se nos olvida la más importante:
El despertar del sueño borreguil.
El silencio del pueblo, que el propio Julio Anguita confiesa que es lo que más miedo le da.
El segundo paso sería desmanipularse de la manipulación mediática (incluídos medios como el País y la Ser y que los socialistas de base parece que no quieren ver que han pasado al servicio del capital) y empezar a aprender a pensar y a reflexionar del por qué de los problemas que tenemos.
El hilo nos conducirá hasta la Memoria Histórica, ahí hay gato encerrado, de ahí parten la mayoría de los problemas que afectan a día de hoy al país. Será necesario desenmascarar la impostura de nuestro ayer para empezar a enmendar errores y andar hacia un futuro más prometedor.
Primer paso: Despertar del pueblo para no permitir que este gobierno, siervo bien pagado del capital, le siga manipulando a conciencia y conveniencia.