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Sobre Madrid Nuevo Norte: especulación y desigualdad
Alberto Mena, socio de la cooperativa editora de 'La Marea', opina que los presupuestos de reequilibrio territorial del Ayuntamiento de Madrid son insuficientes ante la llegada de grandes capitales.
La operación Nuevo Norte recientemente presentada por el Ayuntamiento de Madrid con los socios de Distrito Castellana Norte (BBVA y el grupo San José) pone fin a décadas de negociaciones infructuosas para definir el uso del terreno (propiedad de ADIF principalmente) que comprende la operación. La zona afectada está ubicada en la zona norte de Madrid, es una de las zonas más ricas de la ciudad, y hace frontera con las actuales cuatro torres edificadas en los terrenos de la vieja Ciudad Deportiva del Real Madrid que eran propiedad del Ayuntamiento y con el rascacielos Caleido todavía no construido. El papel del ayuntamiento ha sido el de negociar con los propietarios del suelo qué se iba a construir ya que es el encargado de modificar la clasificación del suelo.
El ayuntamiento de Madrid, con Manuela Carmena a la cabeza y Luis Cueto en la sombra, se ha mostrado orgulloso del resultado de la negociación, por lo que se entiende que lejos de presentarlo como un mal menor inevitable (los límites de la política los enuncian los políticos en el poder), lo presentan como proyecto bandera.
Se van a construir un total de 2.7 kilómetros cuadrados, de los cuales el 44% serán oficinas, el 37% serán viviendas y el resto equipamientos, cubrimiento de las vías de tren de Chamartín y zonas verdes. Las oficinas se construirán en grandes rascacielos (se proyecta la construcción del rascacielos más alto de Europa) creando una zona financiera al estilo la city de Londres. Se construirán 11.000 viviendas, de las cuales 2.100 serán de protección oficial (VPO) y otras 1.970 de libre asignación por el ayuntamiento (en principio irán dirigidas a alquiler social).
Las motivaciones del Ayuntamiento para promover el acuerdo (siempre ha tenido la opción de bloquearlo a la espera de un equilibrio de fuerzas favorable en el ministerio de fomento) las explica Luis Cueto (coordinador General del Ayuntamiento de Madrid, cargo asignado por la alcaldesa) en referencia a la atracción de empresas tras el brexit en una entrevista en El País:
(…) nuestra gran carta es la operación Madrid Puerta Norte. Si Madrid cierra bien la operación, tenemos un porfolio que enseñar a los inversores (…) Va a ser la carta de presentación de la oferta inmobiliaria más atractiva de Europa de los próximos años. Es un desarrollo inmensamente atractivo.
No hay lugar a dudas del planning del nuevo-nuevo ayuntamiento de Madrid; lanzarse a la dinámica neoliberal de atracción de capitales para que las grandes corporaciones fijen capitales y saquen plusvalías del suelo madrileño a costa de una ciudad que se resentirá de forma indefinida en un aumento de la desigualdad en una ciudad ya desigual.
El distrito de Chamartín es junto con el barrio de Salamanca y después de Barajas el que cuenta con mayor VAB (Valor Agregado Bruto -valor añadido generado por el conjunto de productores de un área económica-) y es el distrito con mayor RDP (Renta Disponible Bruta). Al otro lado se sitúan distritos como Villaverde, Puente Vallecas o Usera, con una renta 7.000€ menor de media.
Esta desigualdad se verá incrementada por la ciudad a dos velocidades cada vez más definidas: una que tiene el capital y el poder político (como ya está demostrando), y otra que languidece al ser abandonada por un modelo de ciudad que le da la espalda. De poco valen los presupuestos de reequilibrio territorial (unos 72 millones de euros) del ayuntamiento frente a la llegada de grandes capitales, que en caso de dar uso a los rascacielos, generara una dinámica de dependencia que hará imposible revertir el efecto Mateo -el rico se hace más rico y el pobre se hace más pobre–.
En caso de no dar salida a los rascacielos (a fecha de 2013, la torre de Bankia tenía ocupadas 5 de sus 45 plantas), se creará una ciudad fantasma al estilo de los PAUs que rodean la ciudad y que almacenan 263 mil viviendas vacías en la Comunidad de Madrid.
Miremos a otro lado o afrontemos el reto de confrontar a un ayuntamiento adaptado al establishment de forma meteórica. Quizá el asalto a los cielos ha sido mal interpretado por algunos, y sea hora de corregir el punto de mira.