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La agenda de Theresa May

"Corbyn, cuyo liderazgo ahora nadie discute, no hubiese imaginado mejor escenario hace un par de meses", reflexiona el autor.

Theresa May

En el Reino Unido es tradición que en la apertura del Parlamento la reina lea en la Cámara de los Lores un discurso escrito por el Gobierno en el cual se detalla lo que pretende realizar a lo largo del año, el discurso que fija la agenda anual. Esta vez quien formará gobierno será la conservadora Theresa May con los 10 votos de los ultranacionalistas irlandeses del DUP (acuerdo conocido como Coalición del Caos), quienes gobernaban en Irlanda del Norte en coalición con los unionistas del Sinn Fein hasta que se rompió el acuerdo del Gobierno autónomo del Ulster. En teoría, si no hay un nuevo acuerdo ya, Londres debería asumir las competencias de esta autonomía, aunque tampoco sería la primera vez, ya que desde los acuerdos del Viernes Santo de 1998 la autonomía ha estado suspendida otras cuatro veces, sumando varios años de suspensión. El discurso principalmente ha girado en torno a tres temas: inmigración, terrorismo y Brexit.

En cuanto a la inmigración, se va a reducir el número de personas extranjeras que pueden recibir asistencia del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) y se va hacer pagar a otros extranjeros parte de sus tratamientos, ya que calculan que el 2% del presupuesto del NHS se gasta en «turismo sanitario». Los conservadores siguen teniendo como objetivo reducir la inmigración neta a menos de 100.000 personas al año, aunque el cómo se verán afectados los inmigrantes comunitarios sigue siendo una incógnita.

En el tema del terrorismo lo que Theresa May propone es un endurecimiento de las penas por estos delitos, medidas para bloquear el acceso desde Internet a «propaganda venenosa» y la posibilidad de imponer sanciones internacionales (como congelación de activos o embargos) al margen de la ONU y la UE. Tras los atentados de Manchester y Londres este tema ha pasado a ser una prioridad aún mayor.

Sobre el Brexit, Theresa May tiene previsto aprobar ocho leyes, siendo la principal la que convertirá en británicas las leyes comunitarias ahora vigentes (Repeal Bill). Se recuperarán competencias en inmigración, pesca, agricultura y aduanas; y se aprobará una ley de Comercio Internacional para poder firmar acuerdos de libre comercio con otros países.

Otras iniciativas legislativas serán: la creación de una comisión de investigación (dirigida por un juez) sobre el incendio de la Torre Grenfell donde murieron al menos 80 personas, una reforma de los planes de salud mental, la prohibición de las escandalosas comisiones que los caseros y las agencias de alquiler cargan sobre los inquilinos, la creación de una red de puntos de recarga para coches eléctricos, la introducción del «derecho al olvido» en Internet, y el compromiso de llegar a un gasto del 2,0% en Defensa, tal y como sugiere la OTAN.

También hay que tener en cuenta las leyes que la reina no ha mencionado que se vayan a cambiar. Así pues, el recorte en comidas escolares, los permisivos planes sobre el fracking, el «impuesto a la demencia» (por el que la gente tendría que pagar incluso por su casa por los cuidados recibidos en vida) y otros recortes como las ayudas a la calefacción tendrán que esperar tiempos mejores para los tories. Tampoco dijo nada sobre el prometido tope que una familia debería pagar por su factura de electricidad y gas. Cabe destacar también que, aunque sí se mencionó la inminente visita de los reyes de España al Reino Unido, no se dijo nada sobre la visita de Donald Trump, que estaba prevista para «después del verano», lo que alimenta los rumores sobre su posible cancelación o retraso.

En total, serán 27 las nuevas leyes que el gobierno pretende aprobar y, para ello, se ha fijado un plazo de dos años, por lo que en principio no habría apertura del Parlamento el año que viene. Pero, dadas las circunstancias, quizá lo más probable es que en cuanto los conservadores encuentren un sustituto para May se convoquen otra vez elecciones. Una inestabilidad política inusual en el Reino Unido y que llega en plenas negociaciones para su salida de la Unión Europea. Corbyn, cuyo liderazgo ahora nadie discute, no hubiese imaginado mejor escenario hace un par de meses. Mientras, la Unión Europea tiene que negociar un Brexit lo más suave posible con los conservadores, sin apretarles tanto como para que puedan perder unas posibles elecciones anticipadas, ya que la alternativa de Corbyn causaría escalofríos en las cancillerías europeas ante la posibilidad de que plantee una alternativa a la austeridad sin las cadenas de las leyes comunitarias que «blindan» el neoliberalismo.

Luis Miguel García es socio cooperativista de La Marea.

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