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El Estatuto del Artista: el ejemplo francés
Las características propias de cada profesión empujan a la creación de alternativas sindicales en todo el mundo.
Los profesionales del espectáculo, tanto técnicos como artistas, tienen un trabajo marcado por su carácter temporal. Cada proyecto concreto tiene una duración determinada y durante ese tiempo el trabajador tendrá derechos laborales. ¿Pero qué pasa después? ¿Y si no consigue encadenar un proyecto con el siguiente? La temporalidad e intermitencia del sector hacen necesario un régimen propio que permita el acceso de estos trabajadores a derechos laborales, a la jubilación digna o a la formación de sindicatos.
El Congreso de los Diputados ha creado una subcomisión que se encargará de redactar el Estatuto del Artista, una medida que todos los partidos incluían en su programa electoral. En Francia existe un régimen específico desde 1936, nacido junto con la industria del cine. Entonces resultaba muy difícil convencer a cualquier técnico de perder su estabilidad en los teatros para trabajar en una película, que duraría unos meses. Después el trabajo en los teatros también flaqueó y, poco a poco, la legislación evolucionó para proteger a los artistas. Más de 250.000 personas se benefician de este régimen en el país vecino.
Para llegar al estatus de «intermitente del espectáculo» es necesario haber trabajado al menos 507 horas durante un periodo de 12 meses consecutivos. Cumplidos esos requisitos, el trabajador recibirá una ayuda económica cada vez que finalice un contrato que le permita mantenerse hasta el siguiente. «Es básicamente la simulación de un sueldo», explica Óscar Lozano, actor en París desde hace dos años que trata de conseguir las preciadas 507 horas. «No es un camino de rosas, lograr el estatus es siempre motivo de celebración entre los artistas», añade.
El año pasado, el Gobierno francés tuvo que dar marcha atrás al pretender recortar 185 millones de euros del régimen. Los «intermitentes» protestaron con la huelga y la ocupación de los principales teatros públicos de Francia durante varios días. Óscar, que estuvo en las manifestaciones, explica que “los intermitentes del espectáculo han desarrollado una maquinaria de lucha también intermitente pero extremadamente eficiente: va desde el descifrado de los textos legales y los talleres de autoformación hasta la ocupación de teatros”. Para él, Francia es el modelo del que debería partir España para elaborar su Estatuto, pero no debería quedarse allí: “Lo prioritario es bajar el IVA cultural, abrir centros públicos de creación a la escala de Francia y subvencionar el arte creyendo en su valor de transformador social”.
REINO UNIDO
Un «súper sindicato» educativo
Un «súper sindicato» para crear una voz más fuerte. El National Union of Teachers (NUT) y la Association of Teachers and Lecturers (ATL), dos sindicatos educativos de Reino Unido, se han unido para combinar recursos y reforzar su presencia en todos los ámbitos: desde campañas para proteger la educación hasta acciones para defender las condiciones laborales de los profesionales. Según explican, la nueva organización, que ha adoptado el nombre de National Education Union, nace como un sindicato preparado para hacer frente a los desafíos actuales «capaz de expresarse con autoridad como representante de los profesionales de la educación». Consideran que, además de suponer un ahorro económico, la unión dará más fuerza y poder ante las negociaciones con el Gobierno y los empresarios. M. H.
LATINOAMÉRICA
Sindicatos de mujeres para mujeres
La discriminación laboral a la que las mujeres llevan enfrentándose desde hace siglos y su olvido por parte de las grandes centrales sindicales ha llevado a colectivos tradicionalmente dominados por los hombres a organizarse en sindicatos específicos. En Latinoamérica han surgido en los últimos años bastantes ejemplos. En Bolivia destaca la Asociación de Mujeres Constructoras (Asomuc), que denuncia la desigualdad con la que son tratadas entre los albañiles. En Ecuador, se creó el pasado año el Sindicato Nacional Único de Trabajadoras Remuneradas del Hogar (Sinutrhe). Y en Colombia, la Unión de Trabajadoras del Servicio Doméstico (UTRASD) es el primer sindicato con componente étnico, al centrarse en las denuncias de las mujeres de origen afro. M. H.
ACUERDO MUNDIAL
Sindicatos contra el cambio climático
La Confederación Sindical Internacional (CSI) abandera una campaña mundial denominada Sindicatos por el clima con la que promueve un acuerdo global para una transición justa hacia un nuevo modelo sostenible. «Este es el desafío más significativo al que se enfrentará el mundo en los próximos 30 años, pero tenemos que empezar ya o perderemos el combate contra el cambio climático, con terribles consecuencias para todos los trabajadores y trabajadoras y para sus comunidades», advierten. En la reciente Cumbre de Marrakech, la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, manifestó a los gobiernos su preocupación: «Millones de trabajadores/as y de familias siguen dependiendo de una economía basada en los combustibles fósiles. Son ellos los que han generado la energía necesaria para la prosperidad actual. Hay que trabajar en un plan que garantice trabajo decente para todos ellos». M. H.