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Theresa May fracasa y Jeremy Corbyn se consolida como alternativa
Los conservadores logran la victoria pero pierden la mayoría absoluta. Jeremy Corbyn logra el mejor resultado del laborismo en 20 años
MADRID// “No nos hemos pegado un tiro en el pie, nos lo hemos pegado en la cabeza”, ha dicho el diputado conservador Nigel Evans. Un frase que refleja de forma evidente la victoria pírrica de los tories. Theresa May ha perdido la mayoría absoluta que tenía antes de las elecciones que convocó ella misma para arrasar y ampliar precisamente su mayoría. Ahora la dimisión de May ya está sobre la mesa y no solo por la petición de Jeremy Corbyn. Los conservadores han logrado el 42,4% y los laboristas el 40,08% a falta de cerrar el escrutinio. Los tories logran 315 diputados, lo que supone una pérdida 12 con respecto a las pasadas elecciones; los laboristas 261 (+29), nacionalistas escoceses 35 (-21), Partido Liberal 12 (+4), Partido Unionista 10 (+2), Otros 13 (-2).
May convocó las elecciones para sentarse a negociar el próximo 19 de junio el Brexit duro con la Unión Europea. La confianza en ampliar su mayoría era tal que el día 20 de mayo la líder conservadora dejó escrito que si perdía tan solo 6 escaños habría perdido las elecciones y Jeremy Corbyn tendría que negociar el Brexit.
If I lose just six seats I will lose this election and Jeremy Corbyn will be sitting down to negotiate with Europe: https://t.co/OwbfDseOJh
— Theresa May (@theresa_may) May 20, 2017
Los datos indican que la dirigente ha aumentado en más de 5 puntos los resultados de las elecciones anteriores. El mejor resultado numéricamente hablando desde Margaret Thatcher en 1983. El problema con el que se han encontrado los conservadores es con la vuelta al bipartidismo. Con un laborismo que ha conseguido movilizar al electorado joven y acaparar buena parte de la caída del resto de partidos incluso entre partidos como el UKIP.
Jeremy Corbyn ha salido victorioso en un ambiente tremendamente hostil a pesar de no haber ganado. Partía de una posición de extrema debilidad cuando May convocó elecciones y ha conseguido sobreponerse con una campaña brillante y tremendamente ambiciosa focalizada en la justicia social y en la clase trabajadora. Es decir, en los pilares históricos de la socialdemocracia que el New Labour de Tony Blair y sus seguidores llevaron al olvido. No solo ha tenido que luchar contra los conservadores, los tabloides y la prensa seria, sino contra los «suyos» del New Labour que comandados por Owen Smith intentaron moverle la silla con escaso éxito.
A falta de concluir el recuento, May puede garantizarse un gobierno con los unionistas del Ulster, un partido que no estaría dispuesto a apoyar un Brexit duro por las condiciones geoestratégicas y económicas de su región. Sin embargo, los laboristas de Jeremy Corbyn no descartan intentar un gobierno en minoría que parece muy complicado de fraguar.