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Las cuentas de ‘La Marea’ de 2016
El año pasado La Marea aumentó sus ventas en un 12,3% y redujo gastos. Obtuvo un beneficio neto de 15.700 euros gracias a la campaña de micromecenazgo del proyecto #YoIBEXtigo. Tenemos pérdidas operativas cada mes. Por ello, es urgente que aumenten las suscripciones.
«Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana«, cantaba El Último de la Fila. Ocurre a menudo, pero no siempre. Aquí estamos con el número 50 de la revista dedicada enteramente al Amor con mayúsculas. Basta echar un vistazo rápido a nuestras cuentas del 2016 abajo para hacerse una idea de la precariedad en la que trabajamos las personas que hacemos este medio. Los socios trabajadores han tenido que renunciar a veces a parte de su salario y, por desgracia, a menudo nuestros colaboradores y proveedores sufren importantes esperas hasta cobrar.
La austeridad que reina en la redacción haría las delicias de Wolfgang Schäuble, el implacable ministro de Finanzas alemán. Nuestros vecinos ya se han acostumbrado a los gritos de desesperación cuando por enésima vez se atasca la vetusta impresora A3 en pleno cierre de la revista. Igualmente, nuestros ordenadores, después de horas de uso, emiten un zumbido que hace temer una explosión inminente. La falta de aire acondicionado la suplimos mediante un sofisticado sistema de corrientes abriendo diferentes ventanas, aunque ello conlleve el riesgo de que un golpe de viento acabe revolviendo los papeles del tema en el que estamos trabajando en ese momento.
Una vez vino a la redacción un corresponsal alemán para entrevistarnos ya que La Marea le parecía “una revista de gran calidad”. Al entrar en las oficinas, habitadas por media docena de personas, no escondía su asombro: “¿Esto sale de aquí?”. Pues sí, y ya van 50 números. Desde que vio la luz la primera edición en diciembre de 2012, hemos construido una comunidad fiel de miles de personas, de las cuales alrededor de 3.400 están suscritas a la revista. A todas ellas estamos muy, muy agradecidos, pero hacen falta muchas más para garantizar la sostenibilidad de este medio.
Porque la limitación de la publicidad por nuestro código ético implica que dependamos de la gente que nos compra. Y eso es a lo que aspiramos. No nos conformamos con garantizar la supervivencia de La Marea. Queremos crecer y no tenemos miedo ni servidumbres. ¿Os imagináis lo que podríamos hacer en los próximos 50 números con el doble de recursos?
En números negros, pero continúan las pérdidas operativas
Primero la buena noticia. En 2016 La Marea tuvo un beneficio de 15.719 euros. Las ventas de revistas, libros y otros productos subieron un 12,3% respecto al año anterior a 177.544 euros, pero la diferencia del resultado la marcan los 98.285 euros que nos dieron más de 3.300 mecenas a través del crowdfunding para lanzar el proyecto #YoIbextigo, cuya página web propia acaba de ver la luz. Además, ingresamos 4.102 euros por cursos, charlas y tareas de documentación. Desde nuestro primer ejercicio en 2013, la facturación ha subido un 7,4%. Los gastos, que incluyen el coste de la campaña del #YoIbextigo, se redujeron respecto a 2015 un 7,8% hasta 261.793 euros y un 6,1% desde 2013. Es decir –y esa es la mala noticia–, que seguimos teniendo un déficit operativo.
Aumentan las suscripciones pero baja la venta en quiosco
Siempre hemos dicho que la mejor forma para apoyar a La Marea y disfrutar de sus contenidos es suscribirse a la revista, bien en papel o en formato digital. Por suerte, hay cada vez más personas que nos quieren leer y no pocas optan por las tarifas más altas para manifestar su complicidad con la causa. Ya contamos con unos 3.400 suscriptores y los ingresos por este concepto aumentaron un 29% en 2016 respecto a 2015. Por otro lado, como todos los medios impresos, La Marea nota que cada vez menos gente acude a su quiosco para comprar prensa. La venta directa cayó un 14%. En nuestra tienda online, recientemente remozada, vendemos ejemplares sueltos y otros productos, como los libros que reúnen los magníficos relatos de Isaac Rosa, camisetas, tazas o las joyas de la República. Gracias a la red de nodos la revista llega también a lugares que no podemos cubrir a través de la distribuidora.
El precio del código ético, que limita los ingresos por anuncios
El año pasado ingresamos un total de 10.725 euros por anuncios publicitarios, menos que en 2015, pero en lo que va de 2017 esta cantidad ha vuelto a aumentar. Aun así, representa un porcentaje pequeño de la facturación. Una de las explicaciones es que no aceptamos anuncios que no concuerden con nuestros principios, sean de empresas altamente contaminantes o bancos que desahucian a la gente. Este código ético fue definido por los socios de la cooperativa en asamblea para evitar cualquier intento de presión externa. Y ya se sabe que la coherencia tiene un precio muy alto.
Los sacrificios económicos de una plantilla más que ajustada
La mayoría de los gastos se destina a pagar al personal. En la actualidad, la plantilla está compuesta por seis personas, dos de ellas a jornada parcial. Tres trabajadores son socios cooperativistas y los otros tres tienen contrato indefinido y salario según convenio. En total, en 2016 el gasto en personal se elevó a 98.044 euros.
Intentar pagar tarifas dignas: la cuadratura del círculo
Un medio como La Marea depende de colaboraciones externas, tanto de autores para los artículos de la revista y la página web, como para diseño, fotografía y otros servicios. Este apartado creció en 2016 hasta llegar a los 75.458 euros. Desde que salió a los quioscos el número uno de la revista en diciembre de 2012, hemos defendido pagar tarifas dignas a los colaboradores para todas las piezas que encargamos. Como ha demostrado un reciente estudio del sindicato CNT pagamos más que muchos otros medios y, probablemente por encima de nuestras posibilidades. Intentamos estar al corriente de los pagos, aunque a veces la falta de liquidez provoca demoras. Desde aquí queremos agradecer a las compañeras y compañeros afectados su paciencia.
Distribuir en quioscos supone un considerable gasto adicional
En la era digital puede parecer algo anacrónico editar una revista en papel, sobre todo cuando se mira lo que cuesta. La impresión y la distribuición se llevaron 48.718 euros el año pasado, algo menos que en 2015, porque hemos reducido ligeramente la tirada a 11.400 ejemplares.
La necesidad de invertir en promoción y marketing
En 2016 conseguimos bajar en un 21% los gastos corrientes, que incluyen el alquiler de nuestra redacción en el centro de Madrid, teléfono, servidores de internet, transportes y material de oficina, entre otros conceptos. A cambio, invertimos 5 .324 euros en el desarrollo de la web, así como en promoción y marketing, una cantidad ciertamente insuficiente para lograr que más gente concozca y se suscriba a La Marea. Pero es lo que hay, una economía de guerra.
La cooperativa MásPúblico ya cuenta con 166 socios
El proyecto que dio lugar a La Marea nació en 2012 de una iniciativa común entre periodistas y lectores del diario Público que crearon una cooperativa mixta, de trabajadores y usuarios. Desde los 98 socios del primer año, la Sociedad Cooperativa MásPúblico ha crecido hasta alcanzar los 166 miembros en la actualidad. La Marea está abierta a cualquier persona que desee convertirse en copropietaria del medio. Para ello, debe hacer una aportación única de 500 euros al capital social (con un primer pago de 125 euros). La asamblea de socios y socias, que se reúne habitualmente dos veces al año, toma las grandes decisiones estratégicas. Los socios usuarios representan la mitad del consejo rector.
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