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Aporrea.org, entre dos hegemonías mediáticas en Venezuela

El portal fue tomado como espacio de visibilización de las luchas y logros del pueblo en el marco de su revolución, pero guardando su independencia del aparato del Estado y del Gobierno.

Cuando el movimiento popular venezolano se dispuso a defender a Hugo Chávez y las conquistas de la revolución bolivariana, frente al golpe de la oligarquía en el año 2002, lo hizo con una línea propia.  El Gobierno-Estado, en ese momento, infiltrado por los golpistas, se mostraba confundido. Personeros oficiales le decían al pueblo, en la víspera del 11 de abril, que se mantuviese en calma y que todo estaba controlado, incluyendo a las Fuerzas Armadas. Pero las organizaciones populares de Caracas se articularon por la base en la  Asamblea Popular Revolucionaria, y promovieron un «Tapón Popular» para proteger la presidencia. Dos días después convergieron con grandes movilizaciones del pueblo que, en conjunción cívico-militar, rescataron a Chávez para restituir su gobierno constitucional.

Mientras tomaba posesión la dictadura de Pedro Carmona, con apoyo de EEUU y de José María Aznar; Venezolana de Televisión, que respondía al gobierno de Chávez, había sido cerrada y los grandes medios privados, involucrados en el golpe, imponían un silencio total. Algunos medios de corte social o alternativo intentaron romper ese cerco. Desde la Asamblea Popular Revolucionaria surgió la iniciativa de una web para la resistencia. La insurrección del 13 de abril llegó antes que la página, con el retorno de Chávez a hombros de las mayorías victoriosas.

Esta web, luego identificada como Aporrea.org, apareció en mayo y se dedicó a promover un Encuentro Nacional de Organizaciones Populares con Chávez, para compartir con él las propuestas de los movimientos. Se constituyó en su cartelera de difusión de documentos, denuncias e inteligencia social, noticias populares, artículos, convocatorias y propuestas programáticas para la etapa posgolpe, hacia una radicalización democrática de la revolución.

Aporrea.org se convirtió en un fenómeno comunicacional. Aparecieron espontáneos reporteros y reporteras de calle. Chávez la nombró en su programa de televisión Aló Presidente, y eso le dio impulso. Luego, en la batalla contra la operación golpista del sabotaje petrolero, Aporrea fue un arma de información destacada, sin las trabas de la comunicación estatal. A partir de ahí quedó instalada como medio masivo de comunicación alternativa, logrando abrirle una brecha a la hegemonía del resto de medios.

El portal fue tomado como espacio de visibilización de las luchas y logros del pueblo en el marco de su revolución, pero guardando su independencia del aparato del Estado y del Gobierno. También se ha caracterizado por mostrar el cuestionamiento de comportamientos antiéticos o maltratadores, exhibidos por cargos públicos. Esto le ganó el aprecio de la gente que encontraba cómo hacer valer su voz, y a la vez la irritación de sectores autoritarios y corruptos.

Hoy en día, casi 15 años después, a través de Aporrea, la gente sigue debatiendo y reparte porrazos a ambos lados: la oposición de derecha y la burocracia oficial. Y, por supuesto, también se reciben ataques de unos y otros. Por eso ha sido señalada como «traidora» y «de la CIA» por algunos dirigentes maduristas, típico recurso estalinista. Ha sufrido sospechosos hackeos, de procedencia no determinada. Sencillamente, por tratar de ser honestos con la información y reflejar al pueblo bolivariano que le dio vida como un medio esencialmente crítico. Es una tarea bastante difícil en una situación tan complicada como la que se vive en Venezuela tras la ausencia de Chávez, entre los choques (y pactos) gobierno-oposición, violencia y amenazas intervencionistas.

Una de las consignas de Aporrea.org es «¡Rompiendo los cercos mediáticos!», en plural, porque tal y como lo recoge la Exposición de Motivos de la Ley de Comunicación del Poder Popular, promovida por los medios comunitarios y alternativos, «la Comunicación Popular es la comunicación ejercida por el pueblo… y no por entes comerciales privados o por organismos del aparato del Estado… ni por agentes burocráticos o capitalistas con fines hegemónicos».

Más allá de la contienda política entre la derecha clásica, que actualmente promueve una ofensiva vandálica, y la dirigencia gubernamental que también vulnera el juego democrático –como parte de la pugna entre el capitalismo neoliberal y el gestionado por la Nomenklatura que congeló el proyecto de Chávez–, hay una ancha franja de la sociedad que está harta de las dos cúpulas políticas. El pueblo con el cual Aporrea asumió la misión de visibilizarlo en su expresión autónoma, está cruzado por fuertes contradicciones y debates. Todo eso aflora democráticamente en la página web, como reflejo de la sociedad. Alguien comentó una vez que padecíamos un «trastorno bipolar».

Entre quienes se identifican con la revolución hay dos posiciones diferenciadas, sin negar un abanico de matices. Están los que creen que defender la revolución es defender a Nicolás Maduro y al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV),  pese a sus graves errores y al malestar creciente en el pueblo. Así como quienes buscan construir una nueva referencia, convencidos de que el PSUV extravió el rumbo, capturado por la corrupción y asimilado por el capital. Éstos le ven como un barco que naufraga en aguas turbulentas, con un terco y autoritario capitán, empeñado en repetir la tragedia del Titanic. Asomarse a Aporrea es presenciar este vivo debate.

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Comentarios
  1. aporrea fue infiltrada por la derecha alli escriben gente que estan recibiendo verdes para ir contra el pueblo de manera disimulada, digame el tal vivas salas infiltrado y tarifado, aporrea perdio su condicion ahora juega al restablecimiento de una derecha burguesa se convirtieron en un panfleto aliado al nacional

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