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Las Marchas por la Ciencia o la politización de la Academia

Varios investigadores explican cómo ven las convocatorias previstas para el próximo 22 de abril. En España está siendo impulsada por organizaciones como la Federación de Jóvenes Investigadores.

María Almena es una doctora en Bioquímica residente en Francia y participante en la red de trabajadores emigrantes Marea Granate. Ante la convocatoria mundial de March of Science del próximo 22 de abril, lanzada originalmente en Estados Unidos y relacionada con el debate del cambio climático, Almena plantea que la demanda de “políticas científicas basadas en la evidencia” deben llevarnos “a un enfoque materialista en muchos otros aspectos, sociales y políticos, donde las ciencias intervienen: sanidad, economía…”. En España la convocatoria se ha traducido como Marchas por la Ciencia y está siendo impulsada por organizaciones como la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI).

En la Comisión de movilizaciones de la FJI participa la doctora en Neurociencias Saray López Benito, que explica que la movilización “se ha llevado a cabo por grupos de investigadores independientes que se han organizado concretamente para gestionar las Marchas por la Ciencia”. Pero, a pesar de este origen individual de la convocatoria, López Benito reconoce que “numerosas organizaciones han sumado su apoyo, entre las que destaca por ejemplo la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), que ha impulsado un manifiesto por la Ciencia suscrito por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y cerca de 40 sociedades científicas”. El sindicato CCOO y otras organizaciones de científicos como Ciencia con Futuro (CCF) apoyan también las movilizaciones.

El investigador y activista de CCF Javier Sánchez Perona comenta sobre la convocatoria que “en cada ciudad participante se leerá un comunicado con la finalidad de poder adaptarlo a las peculiaridades de cada zona. Desde Ciencia con Futuro hemos organizado la Marcha por la Ciencia en Sevilla”. En esa convocatoria CCF denunciará los problemas particulares que tiene la ciencia andaluza “donde no se han convocado proyectos de investigación ni becas del Plan Andaluz de I+D+i desde hace casi un lustro”. Por su parte, en Madrid el doctor en Químicas Miguel Camblor, del colectivo Ciencia para el pueblo (CxP) reflexiona sobre el sesgo de clase de la convocatoria: “Me parece que el mundo de la ciencia se mueve cuando los científicos senior se sienten amenazados, nunca cuando los amenazados son otros como técnicos o investigadores en formación”.

Otro investigador emigrado, en su caso a Newcastle, es Ángel Goñi Moreno. Según su valoración, en el Reino Unido las convocatorias “tienen mucho apoyo político, sobre todo en Escocia, donde el movimiento anti-Brexit estará muy presente”. Las movilizaciones no son para Goñi las usuales en los movimientos sociales, ya que por ejemplo “se evitan términos como ‘activistas’ que se sustituye por ‘entusiastas de la ciencia’”. Goño lamenta que el debate verse sobre “combatir el ‘anti-intelectualismo’” y que “se esquive la problemática de precariedad laboral en el sector”. También en el Reino Unido habrá presencia sindical ya que el University and College Union (UCU), “sindicato de académicos, apoya la marcha, aunque el apoyo sindical de otros sectores es tímido”, matiza Goñi.

María Almena, en cambio, valora que en Francia “existe un activismo intermitente en ciencia que se organiza en momentos puntuales con bastante energía, como fueron las marchas en todo el país convocadas por Sciences en Marche hace dos años”, y donde hay un discurso “centrado en la función social de la ciencia y contra su mercantilización”. En el contexto de España Saray López Benito recuerda que las Marchas por la Ciencia son una iniciativa “muy necesaria ya que el colectivo científico no suele manifestarse en las calles para expresar su problemática”, a pesar de que “la comunidad científica está sufriendo las consecuencias de una serie de políticas que claramente menosprecian la ciencia” ya que esta debería “ser considerada como uno de los pilares fundamentales de las sociedades modernas”.

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