Opinión
En el Estados Unidos de Trump, tu privacidad está en venta
La resolución aprobada en EEUU permite que los proveedores de Internet accedan a la información privada de sus clientes.
A menos que estés leyendo esta columna en un viejo y querido diario de papel, es probable que tu proveedor de servicios de Internet (ISP, por sus siglas en inglés) sepa lo que estás haciendo. Los ISP son la rampa de acceso a Internet; es a través de ellos que todos accedemos a navegar por la web. Establecen el precio y la velocidad de tu conexión, pero no tenían autorización legal para compartir o vender detalles sobre tu uso personal de Internet sin tu permiso… hasta ahora. Gracias a una resolución aprobada en el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos por estrecho margen, las protecciones de privacidad en Internet que habían sido implementadas por el gobierno de Obama serán eliminadas por completo.
Empresas como AT&T, Comcast y Verizon ahora pueden curiosear en la información personal de cualquier persona que se conecte a Internet en Estados Unidos, su historial de navegación, dónde y cuándo accede a Internet y qué hace cuando está conectado, y venderle esa información privada a quien esté dispuesto a pagar por ella. Se espera que el presidente Donald Trump, obsesionado con la invasión imaginaria a su propia privacidad (como indican los tuits en los que afirmó que el presidente Barack Obama había intervenido sus teléfonos durante la campaña presidencial), apruebe este proyecto de ley y despoje a cientos de millones de estadounidenses de su privacidad.
Laura Moy, subdirectora del Centro sobre Privacidad y Tecnología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown, expresó en una entrevista para Democracy Now!: “Los estadounidenses pagan por el servicio [de Internet]. No esperan que esa información se comparta o se utilice con otros propósitos, ni que se venda sin su permiso.
Moy continuó: “Sin duda, los estadounidenses necesitan conectarse a Internet en la era moderna actual. Se necesita acceder a Internet para buscar trabajo. Se necesita acceder a Internet para completar la educación. Se necesita acceder a Internet a menudo para comunicarse con el proveedor de salud o realizar transacciones bancarias”.
Todas estas comunicaciones y todo este este uso de Internet pueden realizarse desde la privacidad del hogar. Pero no pensemos que seguirá siendo un uso privado. La empresa proveedora de Internet puede recopilar todas tus búsquedas, intereses, qué películas miras en Internet, tu edad, peso, número de Seguro Social, estado de salud, problemas financieros. Si buscas un abogado para quiebra o un tratamiento para adicciones en Internet, tu proveedor del servicio de Internet puede agregarlo a tu perfil.
Laura Moy concluyó: “Queremos que la gente use Internet y lo vea como un espacio seguro para comunicarse con otras personas, expresar sus puntos de vista políticos, desempeñar sus actividades cotidianas importantes, y que lo haga sin temor de que la información que comparte con su proveedor de servicio de Internet se utilice para perjudicarla de algún modo”.
Bueno, eso sería lo deseable. Las normas de privacidad en Internet que se prevé eliminar ocupan 219 páginas, en las que se trabajó desde la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su sigla en inglés) durante más de un año, con el apoyo de más de 275.000 comentarios de ciudadanos y grupos de defensa y promoción de la privacidad en Internet. Fueron publicadas en el Registro Federal el pasado mes de diciembre. La iniciativa de eliminarlas fue impulsada por Marsha Blackburn, congresista republicana de Tennessee, que preside el subcomité del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, que supervisa las actividades de la FCC. Como informó el portal de noticias Vocativ, durante sus 14 años en el Congreso, Blackburn ha recibido al menos 693.000 dólares en contribuciones de campaña por parte de empresas del sector y particulares de AT&T, Comcast, Verizon y otros miembros de la industria que se beneficiarían de este cambio normativo.
El socio de Blackburn en la avanzada para derogar las normas de privacidad en Internet es el nuevo comisionado de la FCC, Ajit Pai, que solía ocupar el cargo de asesor general asociado de Verizon. Pai fue uno de los dos republicanos designados para ocupar uno de los cinco cargos directivos de la FCC durante el segundo mandato de Obama, y fue ascendido a presidente de la FCC por el presidente Donald Trump. Según Los Angeles Times, Pai pronunció un discurso en diciembre del año pasado donde prometió “erradicar” otra victoria progresista, la neutralidad de Internet. Inmediatamente después de que la Cámara de Representantes votara a favor de revocar las normas de privacidad, Free Press, organización que aboga por la democratización de los medios de comunicación, publicó en un comunicado: “La lucha contra la privacidad en la banda ancha es el primer ataque del gobierno de Trump hacia el Internet abierto. Y ahora que tiene una victoria en sus manos, buscará obtener la siguiente”.
Es completamente chocante que Donald Trump, en medio de sus acusaciones de que su propia intimidad había sido invadida por escuchas telefónicas ilegales, vaya a convertir en ley el permiso para invadir, vender, comerciar y monetizar los detalles más íntimos y privados de cada estadounidense conectado a Internet. Esta ley constituye el hackeo por excelencia: permitirles a las empresas tomar toda nuestra información y venderla con fines de lucro.
En el Estados Unidos gobernado por Donald Trump, la información privada no es robada por hackers en la oscuridad de la noche. Se toma con autorización del gobierno. A menos que la gente se organice para luchar en contra de esta situación, las promesas de un Internet abierto desaparecerán.
© 2017 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.