Sociedad
Un vecino de Valladolid se autoinculpa en una comisaría de enaltecimiento del terrorismo
"Algo hay que hacer porque es un escándalo que nos quieran cerrar la boca hasta estos límites", dice José Bastián, que se ha denunciado tras reproducir los chistes sobre Carrero Blanco por los que ha sido condenada Cassandra Vera.
«En Valladolid, siendo las 16 horas y 45 minutos del día 30 de marzo de 2017, ante el Instructor y Secretario, comparece en calidad de denunciante José Antonio Bastián, que manifiesta que se persona para denunciar que hace dos días ha publicado varios mensajes en la red social Facebook, que son los mismos por los que ha sido condenada una mujer llamada Cassandra en la Audiencia Nacional con un año de cárcel y siete de inhabilitación». Es la denuncia que un vecino de Valladolid se ha puesto a sí mismo para denunciar a su vez la reciente condena a Cassandra Vera por publicar en su cuenta de Twitter varios chistes sobre Carrero Blanco.
«Creo que es lo que toca y espero que seamos muchos quienes inundemos las comisarías de autoinculpaciones. Está muy bien que políticos, sabiéndose aforados, pidan a la Fiscalía que tomen las mismas medidas que tomaron contra ella, pero esto es cosa de la ciudadanía», escribe Bastián en Facebook.
En conversación telefónica con La Marea, este hombre de 51 años explica que, cuando expuso el motivo de su denuncia en la comisaría, el agente que lo estaba atendiendo llamó a un superior: «Se quedó un poco descolocado el hombre y llamó al jefe para ver cómo lo tramitaba». Bastián asegura que entregó a los agentes varios folios con los mensajes publicados en su perfil de Facebook: «Quiere que quede constancia por si pudiera ser un posible delito de enaltecimiento del terrorismo«, prosigue el escrito.
Bastián insiste en que las muestras de solidaridad no son suficientes y que considera que hay que poner a la justicia en esta tesitura: «Algo hay que hacer porque es un escándalo y una vergüenza que nos quieran cerrar la boca hasta estos límites. Hay que ir a la comisaría y que se vean en la obligación de tomar medidas». No teme -añade- las posibles consecuencias de su acción: «Las asumiré con gusto porque no quiero que esto quede solo en un gesto. Ojalá no me quede solo y, si es así, pues mira, me quedo con la cosa de haber actuado de acuerdo a mis convicciones».