Internacional | Opinión

La ciberguerra electoral

El hackeo frecuente de cuentas en internet con fines de propaganda política y la profusión de las "noticias falsas" condicionan los procesos democráticos. Ya hay respuestas

Muchos internautas se llevaron una buena sorpresa el miércoles por la mañana al ver cómo desde las cuentas de famosos y algunos medios de comunicación alemanes en la red social Twitter se lanzaban mensajes de propaganda en turco. Bajo los hashtags “Nazialemania” y “Naziholanda” se decía “Nos vemos el 16 de abril”, el día del referéndum en Turquía en el que el presidente Recep Tayyip Erdogan aspira a convertir el país en un régimen presidencialista que le daría poderes casi autocráticos. Erdogan ha acusado a Alemania y a Holanda de “prácticas nazis” por prohibir que ministros turcos hiciesen campaña a favor del cambio constitucional en los países centroeuropeos. En esta ciberguerra, entre las cuentas hackeadas están las del futbolista español del Bayern de Múnich Javi Martínez, el extenista Boris Becker, el Borrusia Dortmund, Amnistía Internacional y el diario Die Welt.

Aunque el sabotaje resultó demasiado obvio como para causar estragos, se trata del enésimo fallo de seguridad en internet causado por hackers que persiguen intereses políticos. La preocupación por un posible ataque informático ha llevado a Holanda incluso a volver al recuento manual de las papeletas en las elecciones parlamentarias que se celebraron el miércoles. Temían que el gobierno ruso interviniera para trucar los resultados a favor del candidato islamófobo Geert Wilders. Los holandeses tomaron nota de lo que ocurrió en la campaña electoral en Estados Unidos, donde hackers rusos lograron intervenir la comunicación del Partido Demócrata, sembrando información que beneficiaba al republicano Donald Trump. Ahora el presidente de EEUU se ha convertido él mismo en víctima de los hackers. Primero, la filtración de las prácticas de ciberespionaje de la CIA y ahora la revelación de la declaración de la renta del multimillonario neoyorquino le han puesto en aprietos.

Mientras, en Francia y Alemania también hay temor de intervenciones externas no deseadas en sus respectivas elecciones este año. Allí los esfuerzos se centran en las ya famosas “fake news”, la proliferación de noticias inventadas, o por lo menos manipuladas, que pueden incidir en la decisión de voto de mucha gente. Es lo que ocurrió en EEUU, según algunos estudios. Después de negar la mayor en un primer momento, Facebook ha cambiado de opinión y se dispone a colaborar con medios independientes para detectar “fake news” en su red social y etiquetarlos. Los usuarios alemanes y franceses ya se topan con posts marcados por una banderita roja que remite a un artículo que contradice lo que están leyendo, por ejemplo que la violación de una mujer alemana por refugiados sirios en un determinado lugar nunca ocurrió.

Contrarrestar estas noticias falsas para desenmascararlas es un paso necesario e importante, pero no estoy muy seguro del alcance que pueda tener. Para los expertos en propaganda el objetivo no es tanto que la gente se crea su versión, sino sembrar la duda, confundir y así socavar la confianza en el relato de otras fuentes.

La cibergurrea electoral; Artículo publicado en El Heraldo (Colombia)

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