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Belén Lobeto: “No es libertad de expresión si coartas la libertad de otras personas”
Charlamos con esta diseñadora de arte, multada en aplicación de la 'Ley Mordaza' hace casi un año, sobre la situación en España, las redes y casos concretos como el del autobús de HazteOir. "Da igual que seas Bimba Bosé que Letizia Ortiz. El límite está en el respeto", reflexiona.
A Belén Lobeto la multaron por llevar un bolso con una imagen de un gato y las siglas ACAB junto a la leyenda: All cats are beautiful. Todos los gatos son bonitos. En la denuncia, los agentes concluyeron que esas siglas correspondían a All cops are bastards. Todos los policías son unos gilipollas. El caso, que finalmente fue archivado, es uno de los ejemplos más evidentes de la «barbaridad» de la Ley Mordaza, una de las normas represivas aprobadas por el Gobierno del PP. Casi un año después, conversamos con Belén para #LaMarea47, un monográfico sobre el estado de la libertad de expresión en España. «Me parece mal que siga en vigor esa ley porque en un país supuestamente democrático es increíble ver cómo cada vez se tienen menos libertades y más leyes represoras que no se preocupan de lo que realmente importa, y se basan totalmente en controlar a la gente a través del miedo», denuncia.
¿Cómo están tus gatos?
Xuacu y Lluna están súper bien, a punto de cumplir cinco añitos en unos meses y más cariñosos y simpáticos que nunca. Tanto que mi compañera de piso y yo estamos abriendo una página de Facebook e Instagram que se va a llamar Besos de Gato, donde vamos a ir publicando vídeos y fotos suyas porque es que están súper graciosos y guapísimos.
¿Qué opinas, ahora con el tiempo, sobre la denuncia de la Policía?
Básicamente mi percepción sobre el tema no ha cambiado mucho, sigo pensando que fue un abuso de poder, y una decisión totalmente absurda y fuera de lugar por parte de los agentes, que si bien se ha quedado en una anécdota, tiene un trasfondo que deja mucho que pensar y reflexionar acerca de las leyes y los valores y derechos que estamos perdiendo.
¿Te afectó en tu vida diaria o en tu forma de pensar sobre determinados asuntos?
Me afectó durante esos días por el tema de la presión mediática, las redes sociales, las llamadas, el apoyo de la gente, pero actualmente se ha quedado básicamente en una anécdota y sigo pensando exactamente lo mismo que antes sobre el sistema. También me enseñó que no hay que tener miedo ni callarse porque hay mucha gente dispuesta a ayudar y a luchar contra las injusticias.
¿Qué está ocurriendo en España con la libertad de expresión?
Ocurre lo mismo que antes, hay una libertad de expresión teórica. Pero llevada a la práctica no hay libertad de expresión para la ciudadanía y, en concreto, para ciertos sectores que no interesa que tengan voz, y son censurados sistemáticamente. Las instituciones quieren ejercer un control sobre la población basado en el miedo. Miedo a decir lo que uno piensa, miedo a manifestarse, miedo a protestar, porque en cualquier momento nos pueden denunciar, multar, detener… A raíz de todo esto, conocí a la gente de la plataforma No Somos Delito, que lucha por los derechos de las víctimas de la Ley Mordaza, y en uno de los encuentros organizados por la plataforma conocí por ejemplo a César Strawberry, al compartir mesa redonda con él y otras víctimas de esta ley. Todos estábamos ahí para contar nuestro caso, y el suyo me resultó especialmente sangrante dado el empeño que se ha puesto en perseguirle una y otra vez y convertirle en algo así como el enemigo público número 1.
¿Tú te sientes libre de decir lo que quieras?
No, no me siento libre de decir lo que pienso, al menos públicamente, pero ni yo ni nadie en función del tema que estemos tocando. Hay cosas de las que no quieren que se hable.
¿Has vuelto a usar el bolso?
Sí, claro. Y tras el archivo del expediente por la Jefatura Superior de Policía, con mucho más orgullo que antes, que lo llevaba como un simple bolso. Eso demuestra que llevar ese bolso no fue delito nunca, y por lo tanto, otros casos similares tampoco lo son, ni deberían serlo.
¿Crees que se usan mal las redes sociales?
Depende para qué, pero en este contexto, está claro que se han convertido en una herramienta para que tanto instituciones como «posibles enemigos» tengan acceso a información que pueden usar para atacarte. No nos damos cuenta de lo expuesto que estamos publicando ciertas cosas que pensamos que solo ve nuestro entorno. En mi caso concreto, me ayudaron muchísimo, ya que sin los más de 20.000 retweets que tuvo mi tuit, probablemente mi caso hubiera seguido adelante habiendo tenido que pagar la multa. Es un tema delicado.
¿Y por qué crees que se persiguen unos comentarios en las redes sociales y otros no?
Pues depende de los intereses del perseguidor, me imagino.
¿Dónde hay que poner el límite?
En el respeto. Da igual que seas Bimba Bosé que Letizia Ortiz. Está claro que la persecución está totalmente segregada y dirigida hacia un sector concreto. Y lo importante no debería ser el receptor, sino el contenido. Las opiniones nunca deberían ser censuradas, mientras no sean insultos ni amenazas, ya que entonces no estarían basadas en el respeto. Lo que no es normal es leer en Twitter las burradas que le publicaron a Miguel Bosé sobre la muerte de su sobrina y que no pase nada porque «solo era una modelo»… Por cosas mucho más lights dirigidas hacia quien no interesaba he visto a gente meterse en problemas. Es necesario que haya respeto tanto para instituciones como para la ciudadanía. El problema es que no se hace coherentemente.
¿Has pensado dos veces qué tuit o qué comentario en Facebook vas a escribir antes de publicarlo por temor a que te denuncien?
Por supuesto que sí.
Hay gente a la que la situación actual le recuerda a algunos momentos de la dictadura…
En cierta manera sí, si comparamos la censura, la represión y la falta de libertades a la hora de expresarse o manifestarse. Evidentemente no es el mismo contexto, pero aún queda mucho trabajo por delante si queremos llegar a un progreso y un entendimiento basado en el respeto, y no en el miedo, que es el camino fácil, destruir en vez de construir, reprimir en lugar de educar en el respeto. En cualquier caso, es normal encontrar similitudes con las leyes del franquismo cuando la mayoría de quienes están al frente de las instituciones son, de una manera u otra, descendientes de aquello.
¿Crees que ha aumentado la persecución en los últimos años?
Persecución siempre hubo, aunque quizás ahora en mayor medida, porque ahora con leyes como esta y las redes sociales es mucho más evidente y más fácil perseguir. Pero tengamos en cuenta que también nosotros las podemos usar en nuestro favor. Hay que ser listos, al menos más listos que ellos.
¿El caso del autobús de HazteOir entraría dentro de la libertad de expresión?
Todo esto del autobús me parece una auténtica vergüenza y una falta de respeto. Ellos se escudan en la libertad de expresión pero lo que hacen no es dar su opinión, sino la forma más dañina de proselitismo. No puede llamarse libertad de expresión cuando estás coartando la propia libertad de otras personas, sobre todo en este caso, ya que hablamos de la libertad individual de alguien, de sentimientos y decisiones que, te guste o no, no afectan a nadie más que a esa persona. Porque puedes estar de acuerdo o no con el transgénero (en este caso, ya que en este debate pueden entrar más temas como el matrimonio homosexual, por ejemplo), pero que una persona decida cómo se siente con su cuerpo a ti no te afecta en absoluto, y si te molesta tanto que no lo puedes consentir y además pretendes que nadie lo haga, lo que eres en realidad es un intolerante. No se pueden imponer las creencias de uno mismo a la gente. Hay que vivir y dejar vivir a la gente con lo que cada uno sea feliz, siempre y cuando no afecte ni perjudique directamente a los demás.
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