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Febrero, por Dios Tuitero
"En España, todo en orden. Ha sido un mes de convenciones políticas, ya sabéis, Vistalegre y 'Pepelandia', mientras en el PSOE a Susanita se le rebela el ratón".
Febrero es mi mes favorito porque es el más corto del año, así tengo que aguantaros menos días. Estas semanas hemos descubierto que, según un amigo de Donald Trump, «París ya no es más París», que a saber lo que era antes para estos tipos. Desde luego, para el Barça, después del 4-0, ya es otra cosa. Nosotros podríamos decirle al Señor Naranja que, tras su elección, «América ya no es más América». ¿Y sus declaraciones hablando del inexistente atentado en Suecia? Ya veréis cuando se entere de que, en Ecuador, Lenin ha ganado las elecciones.
En España, todo en orden. Ha sido un mes de convenciones políticas, ya sabéis, Vistalegre y Pepelandia, mientras en el PSOE a Susanita se le rebela el ratón. El estado de la cuestión es más o menos así, a ver si coincidís conmigo (y si no, me da igual, que para eso soy Dios):
– El PP. La organización criminal conocida como Partido Popular vive días de gloria. Con la izquierda más dividida y desorientada que nunca, no necesitan ni disimular. Tienen muy fácil batir su propio récord de permanencia en el poder, establecido en 36 años por su padre político y guía espiritual Francisco Franco, al que homenajean siempre que pueden.
Este mes han celebrado su Congreso de Adoración Mariana, con gran éxito de crítica y público. Es decir, crítica, ninguna, como siempre en el PP, y público, lo justo, los asistentes, que a ellos lo que les gusta es privatizar. Este febrero además nos han deleitado otorgándole a Santa Rita Barberá, patrona del pitufeo, la «Llave de Oro del Municipalismo», y con la creación del hashtag #YoConPedroAntonio, el primer Trending Topic de apoyo a un imputado por corrupción en España, en relación al presidente de Murcia, qué hermosa eres. ¡Enhorabuena!
– Podemos. ¿Qué os voy a contar que no se haya dicho ya? Del ¡Sí se puede! al ¡Unidad, unidad! Pablo ha entendido lo de la unidad, como referido a uno, él. El partido «de la gente» ha pasado a ser el partido de Pablo Iglesias. Errejón, desterrado a la Comunidad de Madrid 2019, y la transversalidad, el eje del tablero y el núcleo irradiador al trastero. ¿Cómo se pretende llegar a gobernar algún día España sin atraer nuevos votantes y sin pactar con otras fuerzas políticas? Misterio. A lo mejor es que ya no se trata de gobernar, sino de otra cosa.
– PSOE. En el PSOE hay un chico nuevo en la oficina. Se llama Pdr Snchz y ha pegado un giro a su vida. El amigo de Ciudadanos y matarife del artículo 135 es ahora más rojo que nadie, y va por ahí diciendo que sus rivales en el partido no son de izquierdas. Si medio partido te detesta, todos los exsecretarios generales echan pestes de ti, tus antiguos colaboradores te repudian y prácticamente ni una sola figura del socialismo español te apoya, intenta engañar a la militancia diciendo que eres como ellos. Es la única opción que te queda antes de volver a tu puesto de dependiente de El Corte Inglés. ¡Ay, Pedro, si no hubieses mentido a todo el mundo y no hubieses tratado de saltarte a la torera las directrices del Comité Federal a lo mejor te querrían más! Las otras dos opciones no enamoran: un Patxi López que no molesta, pero que tampoco ilusiona, y la versión femenina de Felipe González, la baronesa por excelencia, la mandamás de Andalucía, algo conspiradora y partera de esa criatura que ahora se ha vuelto en su contra: el Lenin de Pozuelo, Pdr Snchz.
– Ciudadanos. La marca blanca del PP, la nada, el cuñadismo hecho política, se ha cubierto de gloria esta semana al no pedir la dimisión del imputado presidente de Murcia, incumpliendo así su famoso «Pacto por la regeneración y contra la corrupción». Tampoco esperábamos otra cosa, la verdad. Y por si era poco, han votado junto al PP para impedir que se revisen los privilegios de mi Iglesia. Da gusto con estos chicos tan modernos. ¡Ah, y han tenido un congreso también, creo, porque no se ha enterado nadie! Ahora dicen que no son socialdemócratas, sino liberales. O algo así, qué más da.
Del resto de partidos hablaremos… la semana que viene. Sed buenos.