DESTACADOS 2LVL | Otros | Política
Los protagonistas vascos de los ‘Papeles de Panamá’: “Su bandera es el dinero”
El periodista Ahoztar Zelaieta analiza el 'modus operandi' de la élite económica, política y eclesiástica vasca en el paraíso fiscal caribeño.
Los Papeles de Panamá, que salieron a la luz el año pasado, pusieron en entredicho la aparente diversidad de la élite económica mundial. Entre los 2,6 terabytes de documentos confidenciales recopilados durante 40 años por la firma de abogados Mossack Fonseca en Panamá, el país caribeño aparece como denominador común para fortunas de todo el mundo, desde aristócratas europeos hasta filántropos millonarios y empresarios.
Como viene haciendo desde sus primeras aventuras periodísticas, Ahoztar Zelaieta permaneció lejos de los focos tras la filtración de esos documentos e inició una labor de cirujano para diseccionar y contrastar cada detalle acerca de las fortunas vascas que aparecen en los Papeles de Panamá. El resultado es el libro Evasores, morosos y millonarios vascos. Panamá Connections (Hincapié), una obra detallada que repasa las conexiones de cientos de nombres y apellidos de Euskadi con cuentas opacas en Panamá, desde fontaneros y empresarios evasores a destacados políticos, aristócratas, e incluso miembros de la familia real. Ahoztar responde desde el País Vasco a las preguntas de La Marea:
¿Cómo se las apañó para obtener fuentes de tanto nivel?
Son ya 25 años de trabajo, aunque soy un desconocido para el gran público. Mi abanico de fuentes es fruto de la paciencia, la tolerancia y mucho trabajo. Prefiero hablar con, más que hablar de. Y eso pese a mi estigma de periodista del gueto con el síndrome del Norte. Me empeño en conocer a las víctimas de la corrupción, en lugar de hacer una marca de negocio con ellas solo para ganar dinero y prestigio. Además, cuento con un abanico de fuentes documentales: registros mercantiles, boletines oficiales, sentencias judiciales… Este trabajo de investigación también ha consistido en cruzar nombres entre varias listas: vascos en el registro mercantil de Panamá, grandes adjudicatarios de la administración vasca y navarra, grandes morosos de las haciendas y defraudadores investigados o condenados por evasión fiscal.
En su libro aparece hasta el padre de Mariano Rajoy y el propio presidente…
La saga de los Rajoy ha tenido responsabilidades en el encubrimiento de diversos asuntos que salpicaban al régimen de Franco, como el caso Redondela, y a la financiación del PP en el caso del actual presidente. Soy portador de esas malas noticias gracias al periodista gallego Pepe Rei, mi maestro en el oficio.
¿Qué hace diferente a la élite económica vasca de, por ejemplo, la catalana, la madrileña o la andaluza?
La élite vasca de las cuatro últimas décadas puede radiografiarse a partir de 60 apellidos. No ha cambiado mucho, es un club exclusivista. No admite con facilidad el ingreso de nuevos miembros, muy pocos nuevos ricos consiguen penetrar en ese círculo. Gran parte de este grupo opera desde Suiza, Alemania, Londres o Madrid. Hay diferencias entre las castas. Juegan en distintas ligas y a la champion solo llegan apellidos con pedigrí. Pero son más relevantes los parecidos: tienen conciencia de grupo, van por libre y se intercambian los contactos de su agenda oculta. Su bandera es el dinero y han terminado por fagotizarse: son evidentes las puertas giratorias de la casta política, la casta financiera, la casta energética, la casta de los mass media…
¿Qué nombre destacaría de entre todos los que cita en el libro?
En la base del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (CIPI) encontré muchos registros vinculados a contribuyentes vascos, navarros y del denominado “País Vasco francés”. Es contrastable la presencia en los Papeles de Panamá de Donaldo Nicosia, testaferro de Berlusconi, asociado en el registro a una asesoría bilbaína dirigida por Mikel Mendizabal Ibarrondo, hermano del Bárcenas del PNV, según el diario Gananzia. Añado que Iñaki Otaegui, gerente del club de fútbol Real Sociedad, entidad ligada a los papeles de Panamá, ha sido definido como Iñaki el Bárcenas por el diario Extraconfidencial.
¿Qué rol desempeña la élite vasca en Panamá?
La historia de “lo vasco en Panamá” no comienza con los famosos papeles. Desde la década de los 1970, jesuitas y miembros del PNV y Euskadiko Ezkerra (hoy PSE) han tejido en este país una importante red de influencias políticas y económicas. Muchas grandes fortunas de la diáspora vasca fueron labradas en tiempos de las dictaduras de América Latina, apoyadas por la CIA. Incluso colaboraban en tareas de vigilancia sobre movimientos de izquierda. En la actualidad, esta red de contactos de la diáspora se utiliza como trampolín para la nueva colonización: la internacionalización de las empresas vascas.
Allí los vascos han establecido relaciones variopintas. Un ejemplo lo encontramos en mercantiles panameñas controladas por Enrique Guzmán Gandarias, un empresario afín al PNV conocido como el Florentino Pérez vasco, con la ayuda de Jesús Barderas, un empresario español amigo del expresidente Felipe González que fue condenado por el caso Filesa del PSOE. En Panamá operan empresas con influencias políticas en el PNV, PSOE o UPN. Un matrimonio navarro que figura en los papeles de Panamá ejerce como mecenas millonario del Opus Dei, y entre los vascos también hay desde “empresarios del año” hasta importantes familias de consejos de administración de bancos, mass media…
La élite vasca acude a los mismos despachos de abogados y asesores, ¿por qué?
Miembros del PP, PSOE, PNV, CiU, la Casa Real, la familia Franco y las oligarquías vasca, navarra, catalana, española, inglesa… Acudieron a los mismos abogados para operar en Panamá. Desde narcos de Galicia hasta industriales del sector armamentístico vasco. Varios vascos optaron por el bufete de los Papeles de la Castellana, elegido también por Rodrigo Rato, entre otros, para operar en Panamá. Además, hay registros de vascos en Bahamas Leaks. Las “cañerías de las fontanerías” de las élites vasca y española son comunicantes, igual que las “fontanerías” y redes clientelistas de los partidos. Las élites de Euskadi, Navarra y el Estado español comparten “fontaneros”, asesores e intermediarios porque la endogamia determina estas relaciones y porque prefieren delegar la gestión de su patrimonio en consultores de banca y bufetes de abogados antes de que la dilapide su propia familia. La avaricia puede más que la sangre.
¿Resaltaría alguna anécdota que haya vivido mientras escribía el libro?
La anécdota de este libro, para mí, es la actitud del PNV frente a la presentación pública de los datos sobre contribuyentes vascos en los Papeles de Panamá. El PNV vetó una charla que iba a impartir en la biblioteca de la Diputación de Álava. Y vetó otra presentación en Mundaka, municipio del que fue alcalde el Diputado General de Vizcaya. En cambio, el Gobierno de Navarra sí tuvo a bien recoger la información sobre contribuyentes navarros recabada en la base de datos del CIPI. Tanto en Vizcaya como en Navarra hay expedientes abiertos por Hacienda para esclarecer la existencia de contribuyentes en Panamá que habrían eludido o evadido impuestos.
Durante el franquismo se consolidó buena parte de la élite vasca, ¿qué rol jugaron los grandes empresarios vascos durante la dictadura?
Muchas familias filo-nazis y franquistas de Euskadi han desarrollado un poder camaleónico acercándose a partidos como el PP o PNV. En Navarra siguen con el mismo traje del Opus de siempre. Es curioso que algunos de ellos estafaron al régimen como evasores fiscales ya en los 1950. A algunos los encontré en los Papeles de Panamá y en el registro mercantil de Panamá. Para los empresarios vascos lo importante no era el régimen franquista, sino su propia supervivencia. Muchos fueron expropiados por las dos repúblicas, y algunos participaron en intentonas golpistas pro-monárquicas. Franco premió su actividad con responsabilidades en la dictadura. La patronal de Euskadi está compuesta en gran medida por los herederos de esta élite colaboracionista.
¿Qué tienen que ver las grandes fortunas del País Vasco con el tráfico de armas?
Hay familias vascas que hicieron fortuna exportando armas por doquier. Nuestra industria armera diversificó sus beneficios en sectores como la energía, la aeronáutica e incluso la fabricación de bicicletas. Los Sendagorta de la armamentista Sener manejan varias mercantiles en Panamá, la empresa BH Bicicletas montó una firma en Panamá cuando se dedicaba a traficar con armas… De hecho se apoyó en el bufete de los Papeles de Panamá, pero su registro no figura en la base de datos del CIPI. Tampoco figura la firma Apóstoles, creada por el citado despacho por orden de Iñigo Sagarduy, empresario ligado al Obispado de Bilbao.
Hay grandes nombres del poder vasco desempeñando un papel clave en medios como La Razón e incluso en el Grupo PRISA o Vocento, ¿qué rol juegan las fortunas vascas en los grandes medios de comunicación de España?
En los registros vascos de los Papeles de Panamá encontré a Sulquisa y Minersa, dos empresas en cuyo consejo de administración figuran importantes personalidades del barrio de Neguri: léase BBVA, Vocento… Estos dos consejos de administración cuentan con miembros destacados de la sociedad vasca. Uno de ellos es un eminente columnista de Vocento, Ignacio Marco-Gardoqui. Los consejeros de Sulquisa y Minersa son la casta premiun de Euskadi, que manda más de lo que mandan los partidos. De hecho, manda más que el PNV en su propio partido. En el Olimpo financiero español, la comunidad de banqueros vascos fue y sigue siendo la más influyente del Estado español. Sucede igual en la voz de los bancos: los mass media. El peso del lobby mediático vasco se puede medir en Vocento, Recoletos, Telecinco, Cadena Ser… No hay que olvidar que Berlusconi aterrizó en Bilbao antes que en Madrid de la mano del hermano del exsenador del PNV Iñaki Anasagasti.
La Comunidad Autónoma Vasca encabezó la lista de sanciones por delitos fiscales en 2016, ¿estamos ante el declive de la impunidad de la élite vasca?
Los delitos fiscales y de corrupción han ido acumulándose bajo la alfombra del oasis vasco. Habíamos tolerado y normalizado estos factores criminógenos. Con la crisis económica se desató una indignación cuya demanda para la transparencia ha sido expuesta a una sobredosis de información sesgada. Existe el imaginario de que hemos tocado techo en la denuncia contra la impunidad, pero vuelven a ganar las elecciones los más sospechosos. Las élites tienen bajo control la reacción social y jurídica contra su impunidad. La mayoría de las denuncias por evasión fiscal o corrupción no tienen repercusión mediática. Son un número inmenso de casos sin los focos de fiscalías anti-corrupción (en Euskadi no existe esa figura) o de la Audiencia Nacional. Es un número ingente de casos dilucidados en administraciones de justicia provinciales infiltradas por la corrupción de los caciques locales. Hablamos de fiscalías sin unidad anti-corrupción y sin herramientas para combatir la impunidad. Se han incrementado las investigaciones contra los abusos de poder de la élite, pero son pocos los condenados y algunos terminan indultados. Su poder no se cuestiona.