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La gente regaña a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en Vistalegre
El público de Vistalegre pide unidad ante sus dirigentes
MADRID// La asamblea de Vistalegre se presentaba con sus dos máximos liderazgos enfrentados. Unas semanas previas de tremenda dureza en las que el debate llegó a circunscribirse a conspiraciones en Telegram, el modo de vestir o los vínculos personales de las “camarillas” de los líderes. El mandato que los asistentes a las asamblea han dado a ambas facciones ha quedado claro: unidad.
Los gritos pidiendo unidad en Vistalegre comenzaron antes de que el acto arrancara sin necesidad de que ninguno de los dirigentes los escucharan. De forma espontánea. El mensaje predominante de los asistentes parecía quedar claro. Algo que se escenificó de forma evidente cuando en plena presentación de la Asamblea por parte de Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, el público tomó la palabra para, con todos los miembros de Podemos en el escenario empezar a gritar al unísono «unidad». El grito empujó a los dirigentes a corearlo junto a los asistentes.
Asimismo, la gente regañó la imprudencia y las luchas intestinas de sus dirigentes dejando claro que no quieren elegir entre calle o instituciones, entre transversalidad y radicalidad o entre Errejón e Iglesias. Quieren unidad y lo han expresado de forma vehemente.
Con más de 144.000 votos antes de las intervenciones resulta imposible considerar que las intervenciones en Vistalegre vayan a tener alguna incidencia en el resultado del devenir de Podemos. La teatralización de las diferencias políticas entre ambos proyectos quedó en evidencia en las ponencias de los documentos políticos. Los discursos de Íñigo Errejón y Pablo Iglesias apenas se distinguen en algo más que el emisor. Ambos podrían haber firmado lo que su contrario afirmó en la asamblea.
Pablo Iglesias intentó transmitir en su intervención que había captado el mensaje de la militancia: “El ensimismamiento y la división trabajan para el enemigo”.