DESTACADOS 2LVL | Internacional
El Papa admite que hay “corrupción” en el Vaticano
"En la Iglesia hay muchos Poncios Pilatos que se lavan las manos para estar tranquilos", denuncia Jorge Bergoglio en una entrevista.
El papa Francisco ha admitido que en el Vaticano «hay corrupción», pero que él vive «en paz», al contestar a algunas preguntas de los superiores de las órdenes y congregaciones de religiosos cuya transcripción publicará en su próximo número la revista Civiltà Católica. En esa conversación con los religiosos, de la que el diario Corriere della Sera publica este jueves una pequeña parte, el papa se ha referido también al uso del cilicio, instrumento que causa dolor o incomodidad, sin rechazar su uso.
«Cuando entré en el noviciado de los jesuitas, me dieron el cilicio. Esta bien el cilicio, pero atención: no tiene que ayudarme a demostrar que soy bueno y fuerte. La verdadera ascesis tiene que hacerme más libre», afirma el pontíficie. En esta cita con los religiosos del pasado 25 de noviembre, Francisco explicó que en las congregaciones generales previas al cónclave «se hablaba de reformas». «Todos las querían. Hay corrupción en el Vaticano. Pero yo vivo en paz», admitió.
«No tomo tranquilizantes», bromea Francisco, quien asegura que en «Buenos Aires era más ansioso», pero que tras ser elegido papa sintió una paz interior que todavía le acompaña. Cuando hay un problema, relata, escribe un mensaje en un papel y lo coloca bajo la estatua de San José durmiente que tiene en su habitación. «Ahora él (San José) duerme bajo un colchón de mensajes de papel. Por esto yo duermo bien. Duermo seis horas y rezo (…). Esta paz es un regalo del Señor. Espero que no me la quite», afirmó.
Según el papa, para vivir en paz se necesita un poco de «pasotismo», pero «nunca lavarse las manos de los problemas», aunque «sí, en la Iglesia hay muchos Poncios Pilatos que se lavan las manos para estar tranquilos, y un superior que se lava las manos no es padre y no ayuda». A Jorge Bergoglio no le importan las críticas pues explica «que hace bien que le critiquen a uno» y que «la vida está llena de incomprensiones y de tensiones, y cuando son críticas que sirven a crecer, las acepto, respondo».
En la entrevista, el papa admite que las preguntas más difíciles no las hacen los religiosos sino los jóvenes, que logran ponerle en aprietos en algunas ocasiones. También ha señalado que en las estructuras de la Iglesia se puede encontrar «una atmósfera mundana y principesca», y ha admitido que los religiosos «tienen que contribuir a destruir este ambiente nefasto«. «Y no hay necesidad de convertirse en cardenales para creerse príncipes. Basta ser clericales. Esto es lo peor en la organización de la iglesia», añade.
Respecto a los abusos sexuales por parte de religiosos, Francisco ha señalado que «al parecer dos de cada cuatro abusadores han sufrido abusos y esto es devastador». «En el caso de que estén implicados curas o religiosos está claro que está presente el diablo, que destroza la obra de Jesús a través de quien la tendría que anunciar», ha agregado. Sobre la pederastia, Francisco ha dicho que hay que tener claro que «es una enfermedad» y ha reclamado «atención al recibir a candidatos a la formación religiosa sin verificar su adecuada madurez afectiva». «Por ejemplo, nunca recibir en la vida religiosa o en una diócesis candidatos que han sido rechazados en otra sin pedir información detallada sobre por qué fueron alejados», concluye.