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Trump y Merkel, pelea programada
El presidente de EEUU busca enemigos a su altura. Descartado por ahora la Rusia de Putin, solo quedan Alemania y China
En apenas dos semanas, la paranoica política del “America first” del presidente Donald Trump ya se ha cobrado muchas víctimas, especialmente los millones de personas de los siete países de mayoría musulmana que ya no pueden entrar en EEUU, incluyendo los refugiados sirios. Mientras, el proteccionismo de vieja escuela ya está golpeando a México, con el desplome del peso y la retirada de inversiones comprometidas de fabricantes de automóviles. Varios gobiernos de Asia estudian ahora qué ponen en el lugar del tratado de libre comercio TPP, volatilizado por el magnate inmobiliario, y hay temores de una guerra comercial con China.
También al otro lado del charco aumenta la preocupación por el imprevisible inquilino de la Casa Blanca, especialmente en Alemania. No es porque Trump vaya a enterrar también previsiblemente el tratado de libre comercio con la Unión Europa, ya que el TTIP también había perdido apoyo en Europa. Lo que ha encendido las alarmas en Berlín son unos cuantos comentarios de Trump y de gente de su equipo dirigidos al gobierno de Ángela Merkel. El último fue la entrevista de Peter Navarro, un alto asesor económico del presidente, que ha descrito el euro como una especie de marco alemán en disfraz. En una entrevista con el Financial Times, Navarro acusa a los alemanes de devaluar la moneda única frente al dólar para empujar sus exportaciones y así “explotar” a otros países.
Es cierto que el balance comercial de Alemania ha sido criticado también por otros gobiernos, muchos economistas y la Comisión Europea. El superávit de uno es el déficit de otro, y en el caso de EEUU el saldo a favor de Alemania subió a 74.000 millones de dólares en 2015. Es el principal socio comercial, del cual dependen cientos de miles de empleos alemanes. Los norteamericanos son compradores asiduos de coches de alta gama, y Trump podría estar tentado a traer de vuelta a casa también estos puestos de trabajo.
Merkel contestó a las acusaciones de Washington que el Banco Central Europeo es absolutamente independiente. En su primera conversación telefónica con Trump el sábado la canciller también expresó su rechazo al veto a los visitantes musulmanes. Muy pocos líderes internacionales se han atrevido a criticar de forma abierta la alocada política del presidente estadounidense. Aunque, visto el cuadro psicológico del multimillonario neoyorquino, probablemente le encante que le provoquen. Parece que siempre anda buscando una buena pelea. Excluido, de momento, la Rusia de Vladímir Putin, los rivales de altura para Trump en el mundo son China y Alemania.
Para atacar a Merkel, el presidente podría intentar dividir a los europeos. De hecho, cree que la Unión Europea ha sido un invento al servicio de Berlín, y el brexit le parece fantástico. Mucho depende ahora de quién saldrá ganador de las elecciones en Alemania y Francia este año. Solo una buena sintonía entre los futuros gobiernos en Berlín y París podría hacer frente a las posibles agresiones de Donald Trump.
Artículo publicado en El Heraldo (Colombia)