Revista mensual
Robots asesinos: la realidad ya supera la ficción
La comunidad internacional pospone la decisión sobre la prohibición de estas armas autónomas letales a 2017.
Puedes leer el reportaje completo sobre robots asesinos en #LaMarea45
En 1942 el bioquímico y escritor ruso Isaac Asimov publicó sus tres leyes de la robótica. Primera: un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño. Segunda: un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley. Tercera: un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley. Asimov pensó que estas leyes serían su legado más duradero, pero se equivocó. Entre el 12 y el 16 del pasado diciembre, la comunidad internacional se reunió en Ginebra para debatir sobre el futuro de las armas autónomas letales, robots militares programados para seleccionar y eliminar objetivos humanos. Los llamados robots asesinos violan las leyes que Asimov concibió para sus obras de ciencia ficción: están diseñados para matar y no obedecen las órdenes de un ser humano.
La conferencia se produjo en ausencia de periodistas –La Marea fue el único medio acreditado– en el marco de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, la misma que prohíbe las bombas de racimo, las armas láser y las minas antipersona. Se trató de un acto histórico: era la primera vez que los 123 países ratificantes de la Convención tenían que expresar su posición oficial acerca de estos robots, una tecnología dotada de inteligencia artificial –son capaces de aprender– que ya está cambiando el concepto de guerra pero que aún no está sujeta a ninguna regulación específica.