Opinión | Otros
Nos afecta a todas
"Las comunistas seguimos gritando que las violencias machistas condicionan la vida de las mujeres, que estamos doblemente explotadas, que nos siguen asesinando y las calles no arden".
UNIÓN DE JUVENTUDES COMUNISTAS DE ESPAÑA // En el año 2011 saltaba a los medios de comunicación una sentencia de la Audiencia Provincial de la Región de Murcia que revocaba una condena por amenazas a un hombre que llamó “zorra” a su mujer, a la vez que aseguraba al hijo de ambos que “la vería en una caja de pino”. La condena, que inicialmente era de un año de prisión, pasó a ser de ocho días de localización permanente por una falta de amenazas leves, y llamar “zorra” a su pareja fue considerado, en palabras del juez Del Olmo, como un adjetivo que no siempre proyecta «desprecio o menosprecio a la dignidad de la mujer» porque tiene otras acepciones, como por ejemplo la de «persona astuta». El acusado tenía antecedentes de malos tratos en el ámbito familiar.
Tras esto, lejos de que la alarma sirviera para poner cauces que asegurasen que no se volvieran a dar situaciones similares, se han sucedido una gran cantidad de revocación de condena a hombres acusados de violencia de género, en lo que podemos considerar sentencias de carácter machista, o más bien, partes de defunción de mujeres maltratadas. Y lo son porque afirmar que “rociar a una mujer con gasolina no es intento de homicidio” y que se cuestione a menudo la relación de dominación a razón de género en situaciones de violencia, es condenar a muerte a las mujeres que han dado el paso, tan valiente como doloroso, de denunciar a su agresor. Es ejercer complicidad directa con las violencias machistas, porque supone dejar claro que, pese a contar con una Ley Integral Contra la Violencia de Género desde 2004, las vidas de las mujeres no precisan de mayor protección en un país en el que se cuentan por decenas los feminicidios cada año y por cientos las denuncias por violencia de género. Supone dejar claro que nuestras vidas, simplemente, no importan.
Como mujeres, se nos condena a que sea el patriarcado y no nuestros derechos los que atraviesen nuestras vidas, que sea la violencia y no el vivir sin miedo lo que tengamos presente desde que nos levantamos, que forme parte de nuestro día a día y que se asuma como algo normal.
Se nos maltrata, y cuando denunciamos, se nos ignora. Se nos mata, y la luz a al final del túnel no llega, nos quitan la vida antes de que podamos verla, antes siquiera de que podamos divisar la intención de poner medidas para frenarlo. Nos vemos las medidas cuando se vulneran nuestros derechos, cuando es evidente la ausencia de formación y de medios para el tratamiento de las violencias machistas en el sistema judicial. No la vemos cuando queda claro que los procesos judiciales son lentos y la justicia no está preparada, cuando siguen existiendo obstáculos para la prevención y protección. No la vemos cuando se hace evidente que los juzgados no están preparados, pues si bien la creación de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer supuso un paso positivo, la saturación y la falta de medios de los mismos no aseguran protección ni condiciones dignas para estos procesos. Pero tampoco lo hace el machismo que impregna las paredes de los juzgados, las sentencias que firman los jueces y a un gobierno que no asume la dureza de esta situación como una cuestión de Estado.
Se nos anima a que denunciemos, pero la situación no mejora. Es por ello, que desde la UJCE hemos decidido tomar la iniciativa de dar mayor visibilidad a sentencias que pasan como meros titulares en la prensa. Hemos decidido denunciar públicamente la realidad que atravesamos las mujeres en un Estado en el que nosotras vivimos con miedo permanente, en el que se nos agrede y se nos mata sin que se actúe de manera contundente para que podamos desarrollarnos sin el temor y la amenaza de que se nos violente.
Y es que, la alianza del patriarcado y el capitalismo se estrecha conforme nosotras avanzamos, pero somos conscientes del potencial de la lucha feminista, unitaria, amplia y diversa, para romper con su dominación. Sabemos de la necesidad de organizarnos para darnos voz, luchar y vencer. Por ello, damos el paso de visibilizar esta realidad para denunciarla, visibilizar para saber que no estamos solas, que nos afecta a todas y que juntas venceremos el miedo e impulsaremos los cambios que están por llegar.
Porque en este tablero se nos condena a muerte, nuestra jugada es la de plantar cara. Nos afecta a todas, responderemos todas.
Artículo escrito con motivo del lanzamiento de la web Nos afecta a todas.