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Festival Eñe, literatura para todos los públicos
La escritora Marta Sanz dirige una nueva edición del certamen que se celebra los días 4 y 5 de noviembre en el Círculo de Bellas Artes (Madrid).
El Círculo de Bellas Artes de Madrid alberga, los días 4 y 5 de noviembre, una nueva edición del Festival Eñe, que este año dirige la escritora Marta Sanz. Manuel Gutiérrez Aragón, Paula Ortiz y Vicente Molina Foix inauguran un certamen cuyo eje es la literatura, pero que va más allá. «He querido concretar mis incertidumbres y rabias sobre el mundo de la cultura, rodeada de otras voces que puedan aportar su punto de vista», explica Sanz, que por primera vez dirige un evento de estas características.
Así, la literatura está presente en talleres, exposiciones, clubes de lectura, triálogos, mesas redondas, entrevistas, monólogos teatrales… Y lo hace desde una perspectiva interdisciplinar, en la que la literatura se une con otras disciplinas como la ilustración, la música o el cine. La lista de ponentes e invitados es tan extensa como variada: Javier Maqua, Laura Freixas, Jorge Herralde, Pilar Adón, Luisgé Martín, Sergio del Molino, Lorenzo Silva, Ricardo Menéndez Salmón, José Ovejero, Juan Francisco Ferré, Rafael Reig, Helena Pimenta, Cristina Fallarás, Daniel Innerarity, Constantino Bértolo, Remedios Zafra, Paula Bonet, Christina Rosenvinge, Sara Mesa…
«Uno de los objetivos es acabar con las ideas preconcebidas que existen sobre la literatura. Creo que tanto la literatura como los festivales son acciones que sirven para operar en nuestra sociedad», sostiene la directora del evento.
Otro de los asuntos que se abordará en Eñe es cómo ha cambiado el concepto de público, y cómo es la convivencia entre la cultura «oficial» y la cultura más popular. Además, se desarrollará el encuentro «Cuatro editores en busca de autor», en el que escritores noveles tendrán la oportunidad de mostrar sus obras inéditas a profesionales. Porque esto es, precisamente, este festival: un punto de encuentro para escritores, editores, periodistas y apasionados de la literatura… pese a la que está cayendo. «En este país nos lo ponen muy difícil. Hay que intentar generar una estructura desde el punto de vista institucional pero también desde el ámbito alternativo, para que se tome a la cultura con la trascendencia que se merece. Deberíamos ir todos a una en esta cuestión», reflexiona Marta Sanz.
La autora de Farándula (Anagrama) admite que no tiene ninguna esperanza con el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy en lo que a políticas culturales se refiere. En su opinión, Rajoy cerró en su investidura cualquier mínimo resquicio a posibles avances, con un discurso de derecha pura y dura. «Al PP le va a costar muchísimo recular en materia educativa», opina. También se muestra muy «desconfiada» con la posible bajada del IVA cultural, pese a que es uno de los puntos que el PP ha pactado con Ciudadanos para adoptar en la legislatura que ahora comienza. Una situación política que desasosiega y entristece a la escritora, quien se siente «más desasistida que nunca» debido al «estado de descomposición» de la izquierda, que vive «uno de sus momentos más dramáticos y tristes».
La igualdad, un espejismo
Además de por el Festival Eñe, Marta Sanz vuelve a estar de actualidad por su nuevo ensayo, Éramos mujeres jóvenes. Una educación sentimental de la Transición española (Planeta), en el que propone una aproximación subjetiva a los prejuicios y los tabúes que rodean los usos amorosos del postfranquismo y la democracia. Un libro entre el ensayo, la memoria personal y el reportaje en el que la autora concluye: «Hemos pasado de culpabilizar al cuerpo de la mujer a una hiperfetichización del cuerpo femenino. De la opresión nacionalcatólica hemos pasado a una opresión neoliberal».
Sanz argumenta que las mujeres han vivido en los últimos años una «fantasía de igualdad y libertad» que era un puro espejismo. «La brecha salarial sigue abierta, continúan los techos de cristal, sufrimos el terrorismo machista, asumimos como deseos propios aquellos que tienen que ver con las expectativas sexuales masculinas, estuvimos a punto de vivir una contrarreforma de la ley del aborto…», enumera la escritora, quien defiende que esta obra es más necesaria que nunca.