Revista mensual

La república colombiana del Sagrado Corazón

El rechazo a la 'ideología de género' que explica el no al acuerdo de paz.

La semana previa al plebiscito por la paz, el futbolista colombiano del Alavés Daniel Torres publicó en su cuenta de Twitter un vídeo que se volvió viral entre los diez millones de evangélicos que, se dice, hay en el país. Torres, un indisciplinado mediocampista que asegura haberse redimido con el cristianismo, vaticinaba que el acuerdo de paz no traería «nada bueno» para Colombia porque el «centro de la negociación no era Jesucristo».

Algunos subestimaron a Torres, un opaco jugador que se ha ganado a pulso un puesto en la selección de Colombia, la otra pasión del país. Otros lo matonearon en redes sociales, el nuevo escenario de la confrontación de una nación fracturada.

El vídeo de Torres fue, para otros tantos, la puntilla para que una amplia franja del país decidiera no ratificar la salida negociada al conflicto armado con la guerrilla más antigua de Latinoamérica, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC: una postura que representa un amplio sector del establishment, encabezado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, que se opuso a lo largo de seis años a la paz negociada por Juan Manuel Santos.   

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