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Dios tuitero se queda sin cumpleaños: ¡Elecciones el 25 de diciembre!
"Este año en lugar de villancicos escucharé odiosos himnos electorales", lamenta.
Me habéis descubierto. Ya tengo preparado el plan B. La noticia saltaba el lunes: la NASA descubría un planeta habitable con similares condiciones a la Tierra, orbitando alrededor de una estrella semejante al sol, a 600.000 año-luz de vosotros.
Cuando el diluvio os perdoné la vida. Sí, maté a millones, pero os perdoné la vida como especie. Esta vez voy a lo seguro: nada de inundarlo, volaré el planeta entero. Me trae muy malos recuerdos, fue allí donde me crucificaron.
Y es que no puedo con vosotros: con vuestras guerras, con vuestra forma de ignorar a los más débiles, a los sin techo, a los refugiados. Es cierto que de vez en cuando hacéis cosas buenas, pero no me compensa. Lo mejor es borraros del mapa y empezar de nuevo.
Esta mañana, sin ir más lejos, le he echado un ojo al debate de investidura en España. El candidato a presidente de Gobierno era el líder de un partido doblemente imputado por corrupción, cuya sede está pagada en B y que destruye las pruebas de sus fechorías a martillazos. Había firmado un pacto con un tipo que venía a regenerar el sistema y que acabó reconociendo que a las primeras de cambio ya había perdido toda su credibilidad. Lo curioso es que, al igual que cuando yo creé el mundo, frente a esta opción se abría la nada, en forma de votantes de progreso divididos entre el viejo partido que defraudó tantas veces y el nuevo que aspira a sustituirle para defraudar muchas más.
Y lo peor de todo, por culpa de todo esto voy a quedarme sin cumpleaños. ¡Habéis fijado las elecciones para el 25 de diciembre! Este año en lugar de villancicos escucharé odiosos himnos electorales. En lugar de bonitos christmas, divisaré por doquier repetitivos y orwellianos carteles con la sonrisa de cartón del candidato de turno.
Dicen que no hay dos sin tres, y que a la tercera va la vencida. Yo soy muy de trinidades, eso es cierto. Creo que lo que queréis es completar la trilogía. Es más, visto lo visto, tendréis que dar gracias si al final solo votáis tres veces. Después de 40 años sin votar, los españoles le habéis cogido el gusto a la fiesta de la democracia.
Bueno, me voy, que tengo que devolverle a McGyver el chicle con el que creé el mundo. «Chúpame la minga, Dominga, que vengo de Franciaaa…».