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“Los que hacen atentados se ponen una chilaba para hacerse los musulmanes, pero no se han criado en las mezquitas”
Adel Najjar es el imán de la mezquita de Badajoz, donde lleva casi tres décadas fomentando el entendimiento entre musulmanes y no musulmanes. Admite que el papel de las mujeres es la parte que "menos se entiende" de su cultura.
Adel Najjar (Rafah, Gaza, 1975) salió de su país cuando sólo tenía diez años. “Un viernes 28 de junio”, recuerda con precisión. Niño en una familia expulsada de sus tierras por Israel, Najjar decidió intentar labrarse un futuro y se dirigió a España, con la mente puesta en estudiar una carrera. Finalmente eligió la de Medicina, en la Universidad de Extremadura, en Badajoz, donde pronto formó una pequeña comunidad musulmana con otros estudiantes provenientes de Oriente Medio. En un principio, él mismo comenzó a dirigir las oraciones de los viernes del grupo en un piso compartido en la ciudad pacense. Luego se añadiría un segundo grupo, de senegaleses y, sobre todo con el boom inmobiliario, se verían enriquecidos por la inmigración marroquí.
Actualmente, Najjar es el imán de la mezquita de Badajoz, donde lleva casi tres décadas fomentando el entendimiento entre musulmanes y no musulmanes. Además, ha saltado a los titulares este año tras pasar, a causa del férreo control israelí, ocho meses atrapado en Gaza.
¿Cómo se quedó atrapado en Palestina?
Llevaba cinco años sin ir a ver a mi familia. Aquí en Badajoz teníamos éxitos en el terreno islámico, estaba muy contento, pero tenía una asignatura pendiente, que era la familiar. Mi madre aún vivía [ha fallecido hace un mes] y quería verla desde 2014, pero con la guerra la frontera estaba cerrada por Egipto e Israel. Cuando ya pude, fui con la intención de que fueran dos meses, pero cuando llegué allí la gente me decía: “¿Pero tú sabes lo que hay aquí?”. Resulta que las personas tienen turno para poder salir. Cuando volvía, en el autobús me comentaban algunos que llevaban apuntados un año. Gaza está bloqueada por los vecinos que la rodean. Dentro no hay ocupación, está rodeada. No falta comida, ni vestimenta, pero hay un bloqueo a los movimientos. Y bueno, siempre hay que mirar las cosas positivas. Aquí ha habido un movimiento de reacción y solidaridad con mi caso. Esperaba apoyo, pero no tan intenso. Se trató el tema en la Asamblea de Extremadura, me llamaron instituciones a Gaza… Eso me ha hecho sentir muy orgulloso y pensar que ya no puedo hacer otra cosa sino servir a esta ciudad.
¿Qué problemas ha encontrado en Gaza?
Pues hay problemas que aquí ni se te ocurre pensar en ellos. No quiero entrar en política, pero lógicamente a veces lo político hace daño a lo humano. Creo que es en lo que tenemos que pensar, en el ser humano. Gaza ha sufrido mucho. En cosas como la luz, hay ocho horas con corriente y ocho horas sin ella. En realidad muchas veces hay cuatro horas con y diez sin. Te acostumbras. Llegas a tener mil problemas en la vida cotidiana, como el simple hecho de ver un partido de fútbol por la televisión. Hay alternativas como las baterías pero no todo el mundo se las puede permitir. Tampoco hay gas. He visto cómo las mujeres hacen la masa del pan por la mañana, se corta la luz, y esperan diez horas hasta que vuelve y terminan. Una gran cantidad de jóvenes que tiene becas para completar sus carreras o hacer el doctorado no puede salir. Conocí a un chaval que quería venir a España para hacer el doctorado y me contaba que estaba buscando alternativas para poder hacerlo, lo que le suponía gastos extra. O gente con enfermedades graves. Están atrapados dentro. Israel es el ocupante y tiene que haber una presión contra él. Lo que pasa es que estamos olvidados, la gente tiene sus problemas.
En países como Francia se están produciendo atentados en nombre del islam. ¿Cómo se ven desde comunidades como la de Badajoz?
Esto no tiene que ver con la religión, sino con la política. Este mundo actualmente tiene un panorama internacional muy oscuro. No solamente hablamos de los atentados, que nosotros lógicamente rechazamos y condenamos. Son asesinos. A mí no me gusta ponerles la etiqueta del islam. No puedo aceptar que una persona musulmana entre en una iglesia y mate al cura. Ése es un asesino. Y punto. Darle otro nombre no vale. Cualquier persona informada sobre el islam sabe que esto es terrorismo y asesinato. Pero esto forma parte de un panorama internacional de guerras y conflictos. Ahora nos damos cuenta de las malas consecuencias que ha tenido la guerra de Iraq. Estoy contra cualquier sistema dictatorial, pero los cambios no pasan por las guerras. ¿Dónde está Iraq hoy? ¿Y dónde nacen esos grupos?
¿Y las comunidades de aquí no tienen esos peligros?
En una sociedad democrática, con justicia social, no caben esos grupos, no nacen. No tienen éxito. Los jóvenes tienen futuro. Los que hacen los atentados no son gente de mezquitas. Se ponen una chilaba para hacerse los musulmanes, pero esta gente no se ha criado en las mezquitas. Un musulmán es un predicador pero no es un juez. Eso es una locura. No son yihadistas. El yihad es un concepto sagrado que se basa en la defensa, no en la ofensiva. Y también es combatir las maldades. ¿Por qué esta gente no busca hacer una yihad social? ¿No puede ayudar a los huérfanos? ¿A las viudas con hijos? Invito a los jóvenes musulmanes que practiquen el yihad social, que trabajen por la sociedad, por dar una sonrisa a un huérfano. ¿Quieres ir al paraíso? El profeta, la paz sea con él, nos enseña el camino: “Quien mantenga a un huérfano estará conmigo en el paraíso”. Ahora, entrar en una iglesia o coger un coche para matar… eso es ser un asesino. Soy tajante con eso porque estamos hartos. Al final nos afecta más a nosotros. Cuando llego a casa y veo otro atentado… En fin, pero creo que a la comunidad internacional ha llegado el mensaje de que el islam no es eso. Los que quieren romper las relaciones entre musulmanes y vecinos no pueden conseguirlo.
Que se criminalice el islam.
Algunos lo quieren usar para difundir la islamofobia. Pero en general la comunidad internacional creo que se ha dado cuenta. Las declaraciones que se están oyendo son sensatas.
¿Hay unas interpretaciones del islam más peligrosas que otras?
Para mí lo más importante es luchar contra las mentalidades cerradas, de un lado o de otro. Ahí es donde tenemos que estar juntos. Hoy no puedo apartar una ideología en concreto, decir que éste u otro es de una corriente u otra, pero sí tenemos que luchar contra las mentalidades oscuras. En ese tema creo que la comunicación y la educación, el fomento de la tolerancia y el respeto, son las mejores vías de luchar contra el radicalismo.
¿Es compatible el islam con la democracia?
Yo te puedo dar el ejemplo de Extremadura y concretamente de Badajoz. Represento a la comunidad musulmana aquí y defendemos a la sociedad, que está a nuestro favor. Decir compatible… yo voy más allá y digo que estamos en la misma línea, en el mismo camino. Ahora, cada uno que defienda Badajoz de la manera que crea más oportuna. Uno y otro no tienen la obligación de estar de acuerdo en todo. Lo importante es el diálogo. Nosotros defendemos a nuestros hijos, que están en el colegio, montan en el autobús, nuestras familias van al mercado, a los aeropuertos… por eso cualquier daño a la sociedad es un ataque contra nosotros. Eso que quede claro. A mí esos que no me vengan diciendo que son musulmanes. Que lo demuestren. Yo también soy musulmán y estoy orgulloso de mi fe y defiendo al profeta. Pero la defiendo con hechos como sacar una sonrisa a mi vecino. Muchas veces quien habla en voz alta no es el que tiene la razón. Para mí defender el islam es tener una muy buena relación con mis vecinos, facilitar el camino a nuestros hijos.
¿Qué importancia tiene un imán a la hora de facilitar la integración de una comunidad musulmana?
Es fundamental. Lógicamente el imán es el representante de la comunidad y sus pasos los contemplan todos.
¿Qué reivindicaciones tienen como comunidad?
Quiero un plano social de igualdad absoluta para todos. Quiero que los musulmanes se integren de una forma total, pero lógicamente manteniendo nuestra identidad. Una de las cuestiones es, cuando muramos, a dónde vamos. Aquí no hay cementerio musulmán, en Extremadura. Este tema preocupa mucho. El mensaje creo que ya está maduro, creo… no estoy tranquilo del todo pero creo que se hará pronto. Otra cosa que se puede mejorar es el papel de la mujer musulmana y de los niños. A lo mejor hace falta un centro cultural islámico más grande donde la mujer musulmana tenga su espacio y su papel. Que sea mejor para todos, no sólo para los musulmanes. Que sea un centro de Batalyaws [nombre que daban los andalusíes a Badajoz]. Trabajo desde el punto de vista de que la mezquita es de Badajoz. Tenemos una relación muy cordial con los vecinos. Tenemos algunas reuniones en la mezquita, otras en la iglesia y otras en los colegios e institutos y las asociaciones de vecinos.
¿Cuál es ese papel de la mujer musulmana en su comunidad?
Con este tema siempre digo lo mismo: el día de mañana no quiero que nadie me pregunte por la mujer musulmana. O vais directamente a una mujer musulmana, formada, educada, culta, que pueda defender sus intereses. De momento no hemos dado a la mujer musulmana lo que corresponde. Ni nosotros, ni la sociedad. La mujer musulmana vino a acompañar a su marido, el que emigró hace unos años para trabajar. Ella vino a un terreno desconocido, no tiene proyecto. Además la sociedad la señala: “Mira su vestimenta”, dicen. Parece que queremos imponer, que tiene que vestir igual que la otra. No le hemos dado su voz. Tampoco muchas de ellas conocen el idioma. No podemos exigir o preguntar dónde está la mujer musulmana, pero sí se lo vamos a preguntar a nuestras hijas, que han nacido aquí, que están en los colegios, que conocen las mentalidades de sus amigas. Cuando cumplan 20 años nos gustaría tener a mujeres líderes, con las que puedan hablar los periodistas. En la segunda generación de musulmanes es en la que yo confío y en la que trabajo.
¿Qué edades tienen ahora?
Unos 12 años. Nos quedan seis años (ríe). Lo necesitamos. Yo como imán de una mezquita necesito una mujer musulmana líder. Porque me llaman mujeres españolas para hablar sobre el islam y la cultura islámica. ¿Quién mejor para hablar con ellas y resolver sus dudas que una mujer? [Enseña un papel donde tiene apuntado dos requerimientos de información de mujeres] Les digo que bueno, que aquí hay libros, pero quién mejor que una mujer para estar solas. Yo lo que estoy haciendo contigo no puedo hacerlo con una mujer. Es más cómodo que una mujer lleve ese tema.
¿Es conflictivo una mujer con un hombre solos en una habitación?
No, yo no quiero pensar en lados negativos, pero es mucho más cómodo. Yo puedo hablar con ellas por la mezquita, no hace falta cerrar las puertas [señala a las puertas de su despacho]… Vamos a decir que es más cómodo o nos ayuda bastante más encontrar a una mujer musulmana que atienda a las necesidades de las mujeres españolas que están interesadas en el islam. Eso sí, recibimos a cualquier persona.
¿Y las mujeres musulmanas de Badajoz dónde se reúnen para rezar?
Tenemos en la propia mezquita un espacio con cortinas y cuando vienen… en el mes de Ramadán, el viernes… pero repito, que una mujer lleva ese terreno mucho mejor.
Ésta quizá es la parte más conflictiva a la hora de integrar la cultura musulmana con la no musulmana, el tema de la mujer.
Es la que menos se entiende, a la gente todavía no le llega. Quizá en esta parte aún no hemos podido llevar el tema a los demás o ellos no se han acercado para conocerlo.