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Precariedad laboral, falta de prevención y venganzas, un cóctel letal para el bosque

Desde las administraciones se habla de mafia organizada, "pero no hay apenas detenidos, ni hechos que demuestren que así sea", apuntan desde Ecologistas. Los bomberos denuncian la falta de medios y las precarias condiciones laborales.

Vista del incendio de Porto do Son desde el monte de A Curota (A Coruña). Foto: Ruth Montiel Arias

La situación en los montes de Galicia mejora, pero anoche el fuego ya había arrasado más de 6.600 hectáreas. La Guardia Civil detutvo este viernes a la presunta autora de 15 incendios cuando intentaba provocar otros siete en el municipio coruñés de Cerceda. La mujer, de 56 años, fue sorprendida cuando intentaba prender los nuevos focos cerca de un conjunto de viviendas. Los incendios de Galicia, unidos a los desatados el 3 de agosto en la isla de La Palma, que han calcinado 5.000 hectáreas, han empañado el balance de un año en el que se habían reducido considerablemente este tipo de siniestros, según los datos provisionales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA).

«Es una situación similar a la de otros años», explica Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción. «Galicia, y también la zona noroeste de Castilla y León, es una de las zonas con más incendios dentro del Estado español, y tiene una problemática muy específica». Y es que, mientras los bomberos luchan contra el fuego, muchos ciudadanos buscan culpables. «Desde las administraciones se está responsabilizando a incendiarios, y se habla de mafia organizada. Pero no hay apenas detenidos, ni hechos que demuestren que así sea», apunta Oberhuber.

La portavoz de la organización ecologista sostiene que existe una «gran conflictividad» en el monte gallego: «venganzas, rencillas y problemas entre vecinos por los pastos… Además, no se están tomando las medidas necesarias para controlar la quema incontrolada de rastrojos. Hacen falta campañas de sensibilización con los ganaderos y los agricultores. No se trata de poner cuatro carteles en el ayuntamiento de turno, sino de analizar por qué existe esa conflictividad y dar una formación para todos aquellos que utilizan el campo, especialmente agricultores y ganaderos»

Pese a que son muchos los que, especialmente en las redes sociales, recuerdan hoy la modificación por parte del Gobierno del PP de la Ley de Montes de la ex ministra Cristina Narbona que prohibía recalificar terrenos quemados durante 30 años, Oberhuber se muestra escéptica frente a la posibilidad de que ésa sea la causa de los incendios intencionados. «Es cierto: aquella modificación de la ley por parte del PP dio a las comunidades autónomas la capacidad de decidir qué hacer con esos terrenos. Sin embargo, no se ha dado ningún caso en el que se haya dado permiso para construir. No hay precedentes, así que no parece muy lógico que esa sea la causa real».

Nueve años sin convenio

Por su parte, los bomberos denuncian falta de medios y precariedad laboral. «Trabajamos en condiciones penosas, arriesgando la vida», denuncia uno de ellos en conversación con La Marea. Forma parte de la empresa pública SEAGA, perteneciente a la Xunta. «Estamos sin convenio desde hace nueve años», apunta. «Desde que denunciamos nuestras condiciones laborales se ha reducido la plantilla de 2.000 a 500 personas. Muchos han ido a parar a las empresas privadas como TRACSA (semipública), que se dedican a luchar contra el fuego en Galicia. Cada vez se tienda a privatizar más el servicio. Por ejemplo, sólo uno o dos de los helicópteros que operan en los incendios es de la Xunta. El resto está en manos privadas».

El trabajador recuerda que «aunque se diga que hay cinco incendios, la realidad es que hay muchos más. Hay que tener en cuenta que sólo se contabiliza como tal si tiene más de dos hectáreas. Una medida que, recordemos, equivale a dos campos de fútbol». Entre las causas, el bombero señala que «el fuego puede tener miles de orígenes, porque hay mucha gente interesada. Desde un loco al que le da por incendiar un bosque hasta personas con intereses económicos, pasando por cazadores que quieren limpiar la zona o pastores que quieren la tierra para pastar. Por no olvidar que hay empresas que ganan dinero con la lucha contra incendios». Pero más allá de lo que considera un problema «inevitable», recuerda que que «en vez de dedicar el dinero a la extinción, habría que invertir en prevención, lo que sería mucho más sencillo y más barato».

La Marea se ha puesto en contacto con la Xunta de Galicia para conocer de primera mano su evaluación de la situación. No obstante, explican que los responsables del departamento de prensa «están de vacaciones», por lo que invitan a volver a intentar contactar con la Xunta «la semana que viene».

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