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EEUU desperdicia la mitad de la comida que produce
Una investigación pone el foco en el afán por mostrar en los supermercados frutas y verduras de aspecto impecable. En España, Oxfam denuncia que se desecha un tercio del total de la producción.
Sólo la mitad del total de la comida que se produce en Estados Unidos acaba siendo consumida: la otra mitad se descarta o termina en la basura. Es la conclusión de una investigación que ha hecho pública el diario británico The Guardian, y que señala como culpable directo del problema al «culto a la perfección».
Según explica el reportaje, las frutas y verduras, principalmente, han de lucir perfectas en el supermercado, lo que provoca que millones de toneladas se descarten desde las primeras fases del proceso de recolección. Productos frescos que, al no cumplir los citados estándares, se abandonan en el campo hasta la putrefacción, van directamente a parar al vertedero o, en el mejor de los casos, sirven de alimento para el ganado. Si pasan esa criba, otra parte importante se pierde en el proceso de almacenaje, embalaje y distribución, así como en los restaurantes y los hogares.
La investigación se ha basado en datos oficiales del Gobierno de EEUU, así como en las entrevistas realizadas a granjeros, transportistas, investigadores, activistas y funcionarios de todo el país. Todo ello, para llegar a la conclusión de que las normas cosméticas que han de cumplir los alimentos son «irreales», lo que provoca que se desechen inmensas cantidades de alimentos de alto valor nutritivo.
«O es absolutamente perfecto, o el alimento queda automáticamente descartado», explica a The Guardian Jay Johnson, que se dedica al cultivo de frutas y hortalizas en Carolina del Norte y Florida. Otro productor de California, Wayde Kirschenman, que siembra principalmente patatas, reconoce que es habitual desechar hasta un 25% de la producción.
Desde organizaciones como Imperfect Produce, que se dedica a repartir alimentos que no cumplen con el citado estándar de producción en la zona de San Francisco, apuntan a que al menos una quinta parte de las frutas y verduras frescas terminan en el vertedero. Y aunque no existen datos oficiales al respecto, otras fuentes apuntan a que la cifra podría ser mucho más elevada, informa The Guardian.
La situación en España
Al igual que en EEUU, en España no existen estudios fiables de cuánta comida se desperdicia. Pero sí informes que, de forma parcial, pueden servir para hacerse una idea de la magnitud del problema. Según un informe del Ministerio de Agricultura de 2013 basado en la encuesta del Barómetro de Confianza, el comercio mayorista de alimentos retira el 7,1% de los productos que llegan a sus lineales. La industria transformadora descarta un 7,7% y los agricultores y ganaderos, un 8,1%. Según Eurostat, España es el séptimo país más derrochador de la UE, con 7,7 millones de toneladas. Pero el organismo europeo señala que el principal agente en ese problema está en los hogares, responsables del 42% del desperdicio, con una media de 76 kilos por hogar al año.
«Según los datos que que manejamos, en España se desperdicia un tercio de toda la comida que se produce. Es menos que en EEUU, pero sigue siendo una barbaridad», sostien Francesc Mateu, director de Oxfam Intermon en Cataluña. Entre toda esa comida que se desecha, Mateu destaca especialmente la fruta, de la que producimos «mucha más» de la que necesitamos. Incluso de la que el país exporta al exterior.
En opinión de Mateu, el desperdicio en los hogares al que se refiere Eurostat representa «la parte más pequeña de toda la cadena». Aun así, considera que siempre es posible «reducir el desperdicio en el hogar: comprando mejor y examinando las fechas de caducidad». Unas fechas que, denuncia, «muchas veces son más comerciales que reales».
Para Oxfam, el gran problema es precisamente esa mayor importancia de los criterios comerciales sobre las necesidades de la población. «El sistema de producción alimentaria está completamente roto en todo el mundo», reflexiona, con un 80% de la producción en manos de apenas una decena de empresas». Por ello, para el director de Oxfam Cataluña «es fundamental introducir en todo el sistema de producción de alimentos criterios que no sean meramente comerciales».