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No contrate trabajadores: coja becarios

El imparable ascenso de la figura de las prácticas precariza aún más el mercado laboral. Los sindicatos piden una mayor regularización y control.

Marcos trabaja en un despacho de abogados en Madrid y, como el resto de los miembros de la empresa, ha dedicado durante junio prácticamente toda su jornada laboral a cumplimentar declaraciones de la renta. Por cada una de ellas, explica, el despacho ha ingresado entre 30 y 35 euros. Sin embargo, él no cobrará nada a final de mes. Marcos, que prefiere que no conste su apellido en este reportaje para ahorrarse posibles problemas, no tiene contrato laboral y, por tanto, tampoco derechos.

Estudia cuarto de Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y está realizando prácticas de verano, una vía que los centros de educación superior ofrecen, en teoría, para que el alumno meta un pie en el mundo laboral y –en el caso de las curriculares, como ésta– consiga créditos. Aunque el alumno no debería sustituir a un trabajador en nómina, ésta acaba siendo una práctica habitual. “Estuve algo más de una semana aprendiendo, recibiendo formación, pero a partir de entonces comencé a hacer el trabajo de una persona contratada. Hago exactamente lo mismo que mi jefa”, explica Marcos.

Las facilidades para disponer de trabajadores inexpertos pero a coste cero y sin derechos laborales es una tentación para las empresas, cuyas prácticas no son supervisadas de manera efectiva por ningún organismo. Ésta es precisamente una de las reivindicaciones del colectivo de defensa laboral Oficina Precaria, formado por jóvenes que demandan la creación de un Observatorio autonómico de prácticas curriculares y no curriculares que acabe con la invisibilización que sufre este colectivo.

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