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La justicia absuelve a la cámara de La Sexta: no tenía por qué entregar su cámara a la Policía
Ni con la ley mordaza, dice el juez. Ana García fue detenida en 2012 tras cubrir una manifestación en Sevilla de apoyo a las familias sin vivienda que concluyó con una carga policial. La Fiscalía pedía nueve meses de prisión.
«Aún no he podido pensar. Pero ha sido como cuando te gastan una broma larga. He estado sin dormir bien desde que me enteré que tenía el juicio. De eso hace un mes», dice Ana García tras conocer que ha sido absuelta de un delito de desobediencia por el que la Fiscalía pedía nueve meses de prisión. García, cámara de televisión de La Sexta, fue detenida en 2012 tras cubrir una manifestación en Sevilla de apoyo a las familias sin vivienda que concluyó con una carga policial. Los agentes le pidieron su cámara, ella se negó y terminó subida a un coche patrulla directa a la comisaría. Pasó 21 horas en el calabozo, de donde salió rodeada de decenas de periodistas que acudieron a apoyarla. «Yo solamente estaba haciendo mi trabajo«, le dijo al juez.
La sentencia sostiene que García no tenía por qué entregar la cámara a la Policía ni siquiera con la conocida como ley mordaza. «La ley de seguridad ciudadana 4/2015 que obviamente no estaba en vigor a la fecha de los hechos, pero que es más estricta que la anterior ley 1/92 y ha sido objeto de contienda en forma de recursos, y puede servir como base para entender la acción policial, viene a establecer en los artículos 17.1, 19.2 y 36.23 las posibilidades que hay para incautar, por ejemplo, una cámara de vídeo, siempre y cuando sea un instrumento utilizado para la comisión delictiva que en este caso sería el uso que de esas imágenes se hubiera podido dar o estar dando y que comprometiera la seguridad de los agentes. Esto no acontece y por ello la petición de la incautación de la cámara no se sostiene«, afirma el juez.
Según las imágenes grabadas por la propia Ana García -y que han servido como prueba-, la detención obedeció a su resistencia a entregar la cámara y no al hecho alegado por la policía, que fue que no quiso identificarse -desmontado también por el juez-. Es coherente con el desarrollo de los hechos -añade el juez- que García gritara expresiones como ¿veis cómo me están llevando?, ¿veis lo que me están haciendo? por sentirse «injustamente tratada» por la Policía. Pero de ahí -prosigue el magistrado- a determinar que es ella y esta expresión la que «enciende la mecha» que da lugar a las agresiones posteriores, como mantenía la Fiscalía, no está acreditado.
«El delito de desobediencia no se sostiene y ello porque el Ministerio Fiscal parte de la base de que el agente de Policía Nacional quería intervenir el material grabado y realmente consta acreditado que lo que quería intervenir era la cámara, para lo cual no tenía ningún tipo de legitimación», insiste el juez, que destaca que García no ocultó su condición de periodista y, aunque carecía en ese momento de acreditación -trabajaba en ese momento como freelance– podía subsanarse en cualquier momento: «El instructor de las diligencias podía haberse dirigido a la propiedad de las imágenes para pedirlas o bien haberlo solicitado a través del correspondiente mandamiento a la autoridad judicial, pero no se hizo así y por ello este juzgador entiende que no hay ningún delito de desobediencia», repite. La jueza sí la condena por una falta de daños a 12 días de multa con cuota diaria de seis euros y a una indemnización de 109, 41 euros por los daños causados al vehículo policial.
La sentencia, contra la que cabe recurso, condena al resto de los acusados, participantes de la manifestación, a penas de entre cinco y doce meses de cárcel.
Una buena noticia desde luego, aunque la ley mordaza todavía sigue cometiendo muchas injusticias y debería ser modificada por el actual gobierno.