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La llave de Unidos Podemos
El autor afirma que nada garantiza que la banca, las grandes corporaciones y las grandes fortunas vayan a permitir a Iglesias y a Garzón poner en marcha sus recetas.
Las cerraduras son preguntas y las llaves, respuestas. Los dientes de una llave son como elementos de una frase: colocados en la manera adecuada abren la puerta (o responden a la pregunta). Por eso las palabras llave y clave son el mismo vocablo. Los ingleses usan key para señalar los dos significados. Las próximas elecciones del 26 de junio son una pregunta: ¿Qué realidad queremos construir? En política, uno puede utilizar muchas llaves para responder a una misma pregunta, para desbloquear una misma cerradura. Lo que haya detrás de la puerta, esa realidad por construir, variará –como en un cuento de fantasía– según la llave o la respuesta elegidas. ¿O quizá no variará tanto?
Ya lo hemos dicho en alguna otra ocasión, la realidad es el relato ficticio más comúnmente aceptado. Ese relato ficticio es el del poder: la banca, las grandes corporaciones, las grandes fortunas y los políticos a sus órdenes. Es el relato ficticio de Rajoy. Para él sólo existe una realidad tras la puerta del 26J y sólo una llave posible. Se encarga de recordarlo a menudo. El periodista Joaquín Estefanía recogía el otro día esta cita, de julio de 2012, del presidente en funciones: «La única opción que la realidad nos permite es aceptar los sacrificios y renunciar a algo, o rechazar los sacrificios y renunciar a todo». En su carta secreta a Juncker de hace unos días, Rajoy vuelve a reiterar esa respuesta única: los recortes. En ella se compromete a reducir el déficit por debajo del 3% para 2017, “a más tardar”.
Una cosa es el déficit (lo que gastamos por encima de nuestras posibilidades para mantenernos) y otra es la deuda (lo que hemos pedido prestado). Hace un par de semanas, cuando supimos que la deuda pública supera el 100% del PIB, muchos fuimos conscientes de hasta qué extremo llevamos décadas viviendo en esa ficción comúnmente aceptada que es el orden económico mundial y sus mecanismos de autodefensa. Muchos descubrimos, con pasmo, que existen registros de la deuda pública española desde 1880.
Desde hace más de un siglo el mundo se organizó de acuerdo a un relato tan ficticio y artificial como todos los demás; pero éste, en concreto, mata al día a miles de niños por desnutrición y está acabando con los recursos del planeta. En ese relato todo es metafórico. Los Estados son como familias, empresas o particulares. Tanto da, porque en realidad toda familia es una empresa y todo particular es una familia.
El caso es que el relato dominante nos hace creer que para poder mantener su nivel de vida, ese Estado/familia debe endeudarse. La devolución de la deuda conlleva una obediencia al acreedor y la renuncia a la autonomía. El endeudamiento se convierte así en un mecanismo de control y, además, sirve de elemento de autolegitimación del propio relato. En otras palabras: quien tiene una hipoteca no se pone gallito en el trabajo.
Ya sabemos qué realidad quiere construir el PP tras la puerta del 26J, la misma que hasta ahora. Idéntica a la que ve la troika. Una ficción comúnmente aceptada que exige un recorte de más de 8.000 millones de euros entre 2016 y 2017 y una amenaza de multa por parte de Bruselas de hasta 2.000 millones de euros si no se ejecuta el hachazo a nuestra sanidad, educación y protección social.
En el llavero del PSOE hay tres llaves, una es exactamente igual que la de Rajoy. Otra se parece bastante a la de Ciudadanos y la otra, la tercera llave, nunca ha sido utilizada.
La llave de Unidos Podemos es diferente. Su respuesta propone crear una realidad muy distinta tras esa puerta del 26J. En Grecia, Alexis Tsipras prometió usar esa misma llave; pero luego ha utilizado la de siempre. Esa sumisión ha funcionado como una gigantesca legitimación del relato dominante. Tsipras ha hecho bueno el There is no alternative que consagró el neoliberalismo de Margaret Thatcher.
Nos dicen que la llave (o la clave) de Unidos Podemos es la confianza en que el peso de España nos otorgará una posición de negociación más fuerte que la griega en un escenario de insumisión ante los dictados de Bruselas. También cuentan en Unidos Podemos con que se les dejará recaudar mucho más de los que más tienen para que no haga falta practicar más recortes.
Sin embargo, nada garantiza que la banca, las grandes corporaciones, las grandes fortunas (y los políticos y los medios a sus órdenes) vayan a permitirlo. Quizá prefieran reventar la cerradura antes que autorizar a alguien el empleo de una llave, o de una respuesta, distinta a la suya.