OTRAS NOTICIAS
Denuncia que va a perder la custodia de su hijo por mudarse en busca de trabajo
Yanesca Felipe se trasladó de Almería a Sevilla tras separarse y quedarse en paro. Afirma que su caso está lleno de irregularidades.
“Vivíamos en Almería y, tras separarme de mi pareja y estar en paro, me salió una oportunidad laboral en Sevilla que acepté. Pedí el traslado de mi hijo al juzgado y lo cambié de colegio”, cuenta Yanesca Felipe Hernández, natural de Tenerife. Esta es la causa, según denuncia, por la que va a perder la custodia de su hijo, de siete años. Su error, según la justicia, fue mudarse de ciudad sin el consentimiento del padre, al que tenía que consultar todas las decisiones que afectaran al niño, y sin haber puesto en la solicitud el motivo de su traslado. El episodio forma parte de una larga batalla judicial entre ambos progenitores en la que ella llegó incluso a ser condenada por incumplimiento del régimen de visitas, propiciado, según alegó de manera infructuosa, por el padre.
A lo que no da crédito esta mujer de 37 años es al argumento que utilizó la jueza para considerar injustificado haberse mudado de ciudad en busca de trabajo: “[…] Ni se acredita en modo alguno que la solicitante hubiera buscado de forma activa trabajo ya en la localidad de Vícar (donde residía con el menor), en la localidad de Aguadulce (último domicilio común de la pareja) o en cualquier otra localidad de la provincia, máxime cuando su nivel formativo según su contrato de trabajo es ‘1ª etapa ESO con título graduado o equivalente’ que le permitiría acceder a gran diversidad de puestos laborales, habiendo aceptado puestos de teleoperadora (que no requieren pues formación específica) y dedicándose actualmente a agente inmobiliaria, labor profesional que sin duda podría desarrollar en esta provincia sin necesidad de trasladarse a más de 400 kilómetros de distancia del lugar donde hasta la fecha ha residido el menor y donde reside el padre”, dice la entonces titular del juzgado de instrucción 4 de Roquetas de Mar (Almería) en el auto que deniega el traslado del menor y que avala, de esa manera, la versión del padre, quien considera que se trató de una mudanza caprichosa.
Yanesca Felipe, que tiene recurrida la decisión en la Audiencia Provincial, afirma: “La jueza más o menos me viene a decir que me ponga a limpiar escaleras. Yo no tengo ningún problema en limpiar escaleras, porque mi madre se ha pasado toda su vida haciéndolo, pero con la situación de crisis y estando en paro, me tenía que ir adonde fuera. Yo me vine a Sevilla para darle a mis hijos [tiene otra hija de la que él no es el padre] una mejor vida. Soy libre de poder ir donde quiera y aquí me siento libre”.
Tras pasar varios meses en Sevilla, el padre pidió el regreso del menor a Almería y se le otorgó la custodia de manera provisional, que será revisada de manera definitiva en un juicio previsto para este jueves. Yanesca Felipe, a la que se le caen lagrimones cuando cuenta la historia, ha abierto una petición en change.org para frenar lo que ella considera una injusticia. «Se va a decidir sin que la Audiencia haya resuelto mi recurso de apelación», afirma.
En el mismo auto, la jueza -que ha sido sustituida por otro titular tras cambiar de plaza-, expone como un trastorno para el menor que se haya mudado numerosas veces en siete años: “Ha vivido en Aguadulce, luego se trasladó a Vícar, durante un breve espacio de tiempo estuvo en la localidad de Sorbas, en noviembre de 2014 se trasladó a Sevilla para regresar en febrero de 2015, en verano de este año ha pasado las vacaciones estivales con la madre en Sevilla, etc. Y desde el mes de febrero de 2015 convive con el padre en la localidad de Aguadulce”.
Yanesca Felipe, sin embargo, no cree que su mudanza a Sevilla suponga un problema para el niño y pone como ejemplo de traslados continuos el caso de los futbolistas o las miles de familias que han tenido que abandonar incluso el país para buscar trabajo. “De todas formas, mis únicos traslados con mis niños han sido a Canarias, obligada por la separación, y al regresar me voy a vivir a Vícar, de donde salgo 15 días a Sorbas a casa de unos amigos porque me operan. Luego fue cuando me mudé a Sevilla. Sólo me queda pensar que me están castigando como mujer. Porque no entiendo otra cosa. Yo he hecho todo lo que el juzgado me ha pedido y ahora me veo en esta situación. Es increíble”, lamenta.
Denuncia también que el último examen psicosocial al que se han sometido ambos progenitores para decidir finalmente quién es más apto para cuidar del niño no se ha realizado en igualdad de condiciones: «Determina que los dos somos igual de aptos, pero que dada la situación, es mejor que el menor continúe en Almería con su padre. El problema es que a mí me han examinado en Almería, cuando tenían que haber venido a mi casa, a mi entorno, para que vieran el lugar donde puede vivir el niño”.
Yanesca Felipe incide también en otra cuestión que considera fundamental: “Están separando a dos hermanos, están separando al niño de su madre y de su hermana. Y yo no puedo ser muy buena madre de una y muy mala madre de otro”, concluye. En el mismo auto que denegaba el traslado, la jueza asegura que cuando se mudó a Sevilla, su otra hija no vivía con ella, sino con sus abuelos en Tenerife. Según la mujer, la hija se fue porque no soportaba la tensión surgida tras la separación y regresó cuando su madre abandonó Almería. “No queremos ver Almería ni en fotos”, dice Yanesca Felipe un día antes de coger el coche para ir al juicio.