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“Entrañable Carmena: póngale a la plaza el nombre de Cipriano Mera”

Lucio Urtubia pide a la alcaldesa de Madrid, en una carta, que rinda homenaje a su amigo, deportado víctima del nazismo.

Cuando Hitler tomó el control de Francia en 1940 con la colaboración del gobierno del mariscal Philippe Pétain, miles de ciudadanos que combatieron el nazismo fueron deportados a campos de concentración, la mayoría en Alemania. Entre ellos había 9.300 combatientes republicanos españoles que en su mayoría fueron enviados a los campos de Auschwitz, Mauthausen y otros centros de retención y exterminio nazis. Otros exiliados republicanos fueron enviados de vuelta a España, donde los tribunales de Franco los condenaron a muerte y a prisión de por vida.

Entre esos deportados estaba Cipriano Mera, albañil desde los 11 años y anarcosindicalista. Durante la Guerra Civil española, Mera se sumó al Ejército Popular Republicano y lideró la 14ª División, con la que logró vencer a los fascistas italianos en la Batalla de Guadalajara. Tras la victoria de Franco, Mera huyó a Argelia, Marruecos y finalmente Francia, desde donde fue deportado a España por orden del Gobierno francés. Las autoridades franquistas lo condenaron a muerte, pero en 1946 fue indultado y regresó a Francia, donde se ganó la vida como albañil hasta la fecha de su fallecimiento, un mes antes que Franco.

El pasado domingo, 24 de abril, el Estado francés celebró el Día Nacional en Recuerdo a la Deportación para homenajear la memoria de esos deportados. Varias localidades de Francia realizaron actos de homenaje, entre ellas París. La ciudad de la luz rindió tributo a la memoria de aquellos deportados con un acto solemne en el Memorial de la Deportación, cerca de la catedral de Notre Dame, al que acudieron los máximos representantes del Gobierno galo, incluida la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, de padres gaditanos, y el primer ministro, Manuel Valls, hijo de republicanos catalanes y favorable a la deportación a Turquía de los refugiados de guerra que actualmente llegan a Europa en busca de paz y asilo.

En 2015 el Congreso de los Diputados solicitó formalmente al Gobierno de Mariano Rajoy que homenajeara a los deportados víctimas del nazismo y el franquismo, coincidiendo con el 70 aniversario de la liberación de los campos de concentración. La petición sigue bloqueada en el cajón del Presidente en funciones.

Lucio Urtubia tiene 85 años y es conocido por haber falsificado los documentos gracias a los cuales miles de exiliados republicanos consiguieron huir del franquismo y salvar sus vidas, entre ellos Santiago Carrillo. Urtubia también fue conocido por haber atracado bancos para financiar la oposición a Franco y por poner en jaque al Citibank, la mayor entidad financiera del mundo en su época.

Durante una visita reciente a Madrid, un camarero le dijo a Lucio que la plaza próxima al Museo Reina Sofía “no tiene nombre”. Consciente del bloqueo del Ejecutivo español, este albañil y militante anarquista exiliado en París decidió enviar una carta de su puño y letra a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid. En la misiva, Urtubia le pide a Carmena que otorgue el nombre de Cipriano Mera a dicha plaza. A continuación La Marea reproduce la misiva de Urtubia para Carmena:

Entrañable Señora Carmena, Alcaldesa de Madrid,

Querida y muy respetada señora,

Los días 9, 10 y 11 d abril estuve en Madrid, hospedado en el barrio conocidísimo de Atocha, en el hotel Mediodía, y uno de dichos días fuimos a comer detrás de dicho lugar, en la plaza situada detrás del Museo Reina Sofía. Cuál no fue mi sorpresa al preguntar por el nombre de dicha plaza y oí que no tenia nombre. Hace varios años tuve el coraje y la valentía de escribirle al señor Gallardón, anterior alcalde de Madrid. Dicho señor no me contestó ni me dio ninguna señal. Peor para él. Y en las mismas condiciones me dirijo hoy día a la alcaldesa, que es otro ambiente, y como digo: lo imposible no existe.

Durante muchos años conocí a un amigo albañil y madrileño, todo un ejemplo. Querido y amado por sus amigos y calumniado por sus enemigos. No era guapo en físico y fumaba como un carretero, pero cuando hablaba lo hacía con el sabor de esos barrios viejos madrileños, los cuales yo personalmente adoraba pero nunca tuve el privilegio de poder practicar. Este amigo, llamado Cipriano Mera, al cual conocí como usted conoce, fue todo un ejemplo por su comportamiento y vida hasta sus últimos momentos. Humilde pero rico, todo un ejemplo de familia. Cansado de trabajar y trabajando y luchando por su ideal republicano y anarcosindicalista, era muy viejecito pero continuaba ganándose su vida y la de su compañera, también humilde y ejemplar. Alguna vez tuve la ocasión de invitarlos a comer y me hacía reír al decirme que su compañera hacía las mejores paellas con muy poco, pues había aprendido trabajando y sabía hacer todo de la nada.

Amiga y respetada alcaldesa madrileña, no deje pasar la ocasión de consagrar dicha plaza al amigo y compañero Cipriano Mera, vencedor de la única de las bellas victorias republicanas. Uno es por lo que hace. Haga, no deje pasar esta ocasión, ella puede ser todo un ejemplo para los jóvenes y aquí me tiene a su servicio si lo necesita.

Hagamos y seamos,

Lucio Urtubia

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