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Más de cinco meses en prisión provisional por cultivar marihuana
“Pero cómo me voy a fugar yo, que llevo 25 años viviendo en la misma casa, con una hipoteca, tres hijos, el recibo de la luz, el agua…", cuenta Isaac Rodríguez, que acaba de salir de la cárcel sin fianza. Esta medida, excepcional, se aplica ante riesgo de fuga.
“Pero cómo me voy a fugar yo, que llevo 25 años viviendo en la misma casa, con una hipoteca, tres hijos, el recibo de la luz, el agua… Y no sé qué pruebas voy a destruir, si se llevaron todas las plantas”, cuenta a La Marea Isaac Rodríguez Carretero, un vecino de Los Palacios (Sevilla), que ha permanecido en prisión provisional por cultivar marihuana desde el 25 de octubre de 2015 hasta el 6 de abril de 2016. Cinco meses y doce días. La medida, únicamente aplicable en los supuestos de riesgo de fuga, de ocultación de pruebas, de reiteración delictiva y de posible daño a la víctima, fue acordada por un juzgado de Utrera en su caso y en el de tres compañeros más. Ninguno tiene antecedentes penales.
“La prisión provisional, como se refleja en el auto del Tribunal Constitucional del 9 de diciembre de 1987, es una excepción, y el derecho fundamental a la libertad, la regla general. Debe ir dirigida a la preparación y aseguramiento del buen fin de la causa criminal y no debe tener nunca carácter punitivo. Supone, además, un perjuicio añadido para los que la padecen: que nunca saben cuándo podrán salir de la cárcel, ya que carecen de una sentencia en firme y dependen de la velocidad procesal, la mayoría de las veces, muy lenta”, denuncian sus abogados, del despacho sevillano Rull y Zalba. Tras varios recursos, la Audiencia Provincial acordó la puesta en libertad sin fianza de ambos*. Ahora esperan la fecha del juicio. «La fiscal aún no ha hecho acusación. No hay escrito de calificación», confirma José Luis Rull.
La Guardia Civil contabilizó 1.400 kilos, aunque, como alega la defensa, aún está por clarificarse cuál es el contenido de Tetra Hidro Cannabinol, es decir, la sustancia cuya producción podría ser ilegal. “Eso es como si pesas, en vez de las naranjas, un naranjo entero. Para que se vea la dimensión, un ejemplo: si de todo eso sale 80 kilos, al convertirlo en chocolate, en hachís, se quedaría en 8 kilos”, compara Isaac, aún sin dar crédito a lo que le está pasando.
“Yo llevo toda mi vida trabajando, de albañil, de camarero, haciendo chapuzas donde me salen. Unos amigos y yo plantamos tomates y otras verduras en un invernadero y decidimos plantar también la yerba, como una ayuda para la casa. Entonces creamos una asociación de consumo propio. Todo legal. Somos unos 60 socios. Compramos las semillas a granel, unas que crecen en dos meses o tres. Pero nos dieron las grandes y aquello se lió a crecer y a crecer… Quillo, esto no para de crecer, en el mismo invernadero que los tomates. Yo no tenía ni idea, inocente de mí. Un día intentaron robarnos y decidimos cortarla, no estaba terminada de encogollar. Y la llevamos a una nave que teníamos alquilada para secarla. El cocinero de un bar que hay en la esquina lo olió y ahí empezó todo”, explica por teléfono. Tiene 41 años y tres hijos: de 18, 16 y 6 años.
Asegura haberse sentido totalmente indefenso, como si fuera un criminal, sin saber cuándo saldría de la cárcel -Sevilla I-, sin saber cuándo sería el juicio. “Te hacen montar una cosa legal y luego te hacen ver que no es legal. Nosotros pagamos y tenemos arreglados todos los papeles de la asociación. Esto es una hipocresía”, añade. “Te venden la semilla, los líquidos, las tierras, los focos… y luego es delito. Estamos hablando de una sustancia que es como una valeriana, que tiene función terapéutica y que es aceptada socialmente. No estamos hablando de cocaína o de heroína. Drogas que no se pueden legalizar. Yo soy el primero que estoy en contra de que se legalicen esas drogas”.
En el recurso, los propios abogados inciden en la alta tolerancia social: “La gravedad de esta pena provisional colisiona de frente con la realidad cotidiana en España: cuatro millones de personas declara cada año que consume cannabis”. Según Rull, el frecuente retraso en el funcionamiento ordinario de la justicia por falta de recursos, unido a algunas decisiones procesales de fiscales y jueces, revela “una laguna en el derecho a la defensa que aleja la presunción de inocencia de muchos imputados, especialmente de los involucrados en casos de cultivo de marihuana”.
- Actualización a las 12h. Por error de la fuente informante, se decía que habían sido puestos en libertad con una fianza de 12.000 euros. Sin embargo, no les ha sido impuesta ninguna fianza.