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La imagen de la memoria: “Quien no quiera ver esta realidad es porque no quiere”
'El ADN de la memoria' es una exposición fotográfica generacional cuyo objetivo es visibilizar a los familiares de las víctimas del franquismo y su lucha.
Felisa González posa, sonriente, con su familia. Son 17 en la foto y un bebé más que viene en camino. Cuatro generaciones. “Yo creo que ya a estas alturas no podré recuperar los restos de mi padre, fusilado y enterrado en una fosa del cementerio de Sevilla, pero al menos ellos podrán seguir luchando”, cuenta esta mujer de 79 años. Su historia forma parte de El ADN de la memoria, una exposición fotográfica generacional organizada por la asociación Nuestra memoria cuyo objetivo es visibilizar a los familiares de las víctimas del franquismo y de aquellas personas que militan activamente en el movimiento memorialista.
“Los familiares hemos recogido el testigo de los nuestros, para que sus historias no caigan en el olvido. Quien no quiera ver esta realidad es porque no quiere verla. Pero no se puede negar. Ellos están enterrados en las cunetas, pero nosotros estamos aquí para honrarlos, porque después de 80 años del golpe todavía tenemos que soportar la desfachatez del propio presidente del Gobierno”, afirma la presidenta de la asociación, Paqui Maqueda. “Es un negacionista, que niega la historia como la niegan los nazis y no quiere mirar para donde tiene que mirar”, añade en referencia a las declaraciones de Rajoy en Salvados.
La muestra, que será inaugurada el 25 de abril en el Monasterio de San Jerónimo en Sevilla, se compone de una treintena de fotografías. «Desde el punto de vista fotográfico, ha sido un reto que ha dado lugar a una situación única. Porque ha habido exposiciones colectivas con temática libre que no ha supuesto más esfuerzo que mirar en tu archivo y elegir una. Aquí no. Aquí ha supuesto tiempo, desplazamientos… en un gremio que a menudo pasa apuros y no ha dudado en ponerse en marcha con este proyecto altruista. Por otro lado, no han participado todos lo que querían, sino los que ha podido absorber la asociación», explica la fotoperiodista Laura León, coordinadora del proyecto, en el que han participado 31 fotógrafos que han cedido el derecho del uso de las imágenes. «Ha habido una unanimidad entre todos los profesionales. Todos creemos que este proyecto es imprescindible. Muchos han llorado. Ha sido un trabajo muy emocionante que ha salido de las entrañas«, prosigue León. «La respuesta de estos profesionales nos ha desbordado», confirma Maqueda.
Lolo Vasco es el autor de la fotografía que ilustra la lucha de Felisa, una mujer que acude a cada acto que organiza el movimiento: «Mañana cogeré el autobús para ir hasta el cementerio de Sevilla, donde se va a rendir un homenaje a las víctimas por el día de la República», dice por teléfono un día antes de la celebración del 14 de abril. En mitad del campo, con alegría, Vasco ha intentado darle la vuelta a todo ese dolor acumulado durante años: «Quería hacer una foto en positivo, dejar a un lado el desconsuelo y la pena y mostrar que, aunque mataron a su padre, ahí están, una extensa familia. Con una embarazada, además, en este momento. Ese asesinato no ha servido para nada. A pesar de todo, aquí estamos, aquí seguimos pariendo. Eso es lo que he querido captar». En resumen, insiste, ha querido «darle voz a los familiares, reconocer su lucha y hacerles un pequeño homenaje, tanto a ellos como a sus seres queridos asesinados».
Muchas familias ni siquiera conservan fotografías de las víctimas. «A mí le la dio un familiar después de hacer varias averiguaciones», cuenta Maqueda, que destaca la importancia que ha tenido la imagen en la recuperación de la memoria histórica: «La visualización de los huesos de los «nuestros» en los procesos exhumatorios de las fosas comunes, junto a los propios rostros de esas víctimas que por primera vez salían del interior de nuestras casas ha roto, de hecho, los silencios de miles de ciudadanos y ciudadanas, más allá del ámbito familiar y local».
La exposición, acompañada de un vídeo con testimonios de los familiares, tendrá un carácter itinerante. Hay varios lugares previstos en Sevilla, aunque sin fecha aún: el centro cívico El Tejar del Mellizo y la sede de la CGT. También viajará hasta los pueblos, como Castilleja del Campo o La Puebla de Cazalla, aún en tramitación.