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Abusos patronales: desde multinacionales hasta el bar de la esquina
Una plataforma puesta en marcha por un grupo de investigación de distintas universidades andaluzas denuncia las situaciones de precariedad e ilegalidad con las que conviven día a día miles de trabajadores.
Desde multinacionales hasta el bar de la esquina. Desde Bilbao a Sevilla. El proyecto Denunciemos los abusos patronales, puesto en marcha por un grupo de investigación de distintas universidades andaluzas, al que se han sumado personas de distintos ámbitos, es una plataforma para denunciar las situaciones de precariedad e ilegalidad con las que conviven día a día miles de trabajadores. “Contratan siempre 6,45 horas para no pagar jornadas completas. Ahora con contratos temporales siempre. Si no vendes una semana, te despiden, si te pones enfermo, te despiden. Te ponen una categoría inferior en nómina (teleoperador, en vez de gestor) para no pagarte por tu categoría […]. Vergonzoso. Es una empresa que usa a los trabajadores como clínex de usar y tirar”, escribe una persona sobre la empresa acierto.com en la web que recopila todos los casos.
“Nuestro objetivo principal es dar visibilidad a esa precariedad y la pérdida de derechos progresivos y no conformarnos con ello, para que la democracia no se quede a la puerta de las empresas”, explica una de las colaboradoras impulsoras del proyecto, Carmen Botía, profesora de Sociología de la Pablo de Olavide. “Muchos trabajadores que no saben cómo canalizar su situación, publican su caso aquí. Algunos terminan en los tribunales y otros no”, añade la profesora, que sostiene que abusospatronales.es sirve para muchos grupos de trabajadores, además, como foro de comunicación entre ellos.
“Hablo desde la impotencia que siento en este momento. Mi marido trabaja desde hace unos 20 años en la misma empresa. Hace dos años comenzaron a decirles a los trabajadores que tendrían que firmar reducción de salario porque de no ser así tendrían que despedir a algunos. Firmaron esa reducción pero despidieron a tres de los trabajadores. A partir de ahí mi marido cae en una depresión total teniendo que ser atendido en salud mental con constantes perdidas de conocimiento, pérdida de peso, etc. Le conceden una baja laboral y, sin terminar de mejorar, la inspección médica de Cádiz le da el alta […] Estoy desesperada porque no sé a dónde recurrir. Mañana mi marido tiene que ir a trabajar, tomando Diazepán 5mg cada 12 horas entre otros antidepresivos y tiene un dolor horrible”, cuenta una mujer en la web.
Reducir salarios y derechos a las personas más mayores para conseguir que se vayan voluntariamente y no tener, por tanto, que pagarles indemnización es una práctica habitual en los últimos tiempos, según Botía. Tras la reforma laboral del PP, los abusos han aumentado desde todas las perspectivas y, como resume la profesora, situaciones que en el pasado eran ilegales ahora son legales: “Tratar de no pagar ni la reducida indemnización por despido vigente, trabajo sin contrato o durante muchas más horas que las cotizadas, con un ritmo imposible de soportar… Ahora, el mínimo de partida es peor, lo que influye en el aumento de las condiciones de trabajo ilegales. Y esto está sucediendo en empresas de todos los sectores, en las de reconocido prestigio y en las más pequeñas».
Pone como ejemplo un bar que incorporaba sin contrato a los trabajadores cada 15 días en periodo de prueba. «Cuando pasaban esas dos semanas, a la calle con la excusa de no haber superado el periodo de prueba, sin pagarles nada, y después incorporaban a otros en las mismas condiciones. Ese empresario es un abusador, un delincuente que vive a costa de la explotación, que se aprovecha de las personas que no conocen sus derechos, y del miedo al desempleo sentido por muchos trabajadores. Eso no puede ser, tiene que haber un límite», concluye.
Trato de esclavo
Entre las denuncias, un chico alerta de esa misma situación: «La cocina era minúscula, todo manga por hombro, desorganizada y poco higiénica; la cocinera iba a su bola y me dice que en caso de quedarme en el puesto tendría que estar 15 días sin darme el alta en la Seguridad Social, según ella eso lo hacen todas las empresas y es legal, que podía preguntarle a un abogado si quería. Al escuchar esto deduje que era un empresa de poco fiar. Aparte de que el supuesto jefe era una persona muy borde que se dirigía a mí como si fuese su esclavo de toda la vida. Al final le dije que no me veía en ese puesto y que como hablamos por teléfono me pagara las horas que había trabajado, a lo cual él me dice que las pruebas no se pagan y que si quería que fuera a un abogado”.
La confección de las nóminas es otro ejemplo de los abusos de las empresas y que, según denuncia un trabajador de recursos humanos, suele ser sistemático: “Es muy habitual, además del encuadre del trabajador en categorías profesionales muy por debajo del puesto efectivamente desarrollado, que por algo somos el país con más auxiliares administrativos de Europa (o eso se decía hace un tiempo) el hecho de poner parte de la remuneración en conceptos que no cotizan, como dietas o kilómetros. He visto hacer esto de formas muy desvergonzadas, poniendo la mitad del sueldo en dietas, cantidades de dietas fijas… Claro, si el trabajador no sabe cómo es una nómina, muchas veces cuando va a cobrar el subsidio de desempleo se encuentra con una desagradable sorpresa. Sin hablar ya de la jubilación. Ni del fraude que esto supone para la Seguridad Social”.
El proyecto incluye también informes y análisis de expertos y otro apartado en el que los trabajadores realizan consultas específicas y son asesorados jurídicamente.