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Fin de semana crucial para el movimiento de indignados franceses Nuit Debout

Hay dos corrientes dentro del movimiento, una más politizada, que espera resultados a corto plazo, y una segunda, que busca empoderar a la ciudadanía. Entre los éxitos de la Nuit Debout al cabo de 10 dias destacan sus avances organizativos y la llegada de perfiles más diversos a las asambleas.

Las acciones se repiten a lo largo del día y la noche en la plaza de la République de París. FOTO: TERESA SUÁREZ

“Estoy sorprendida, no esperaba a tanta gente”. Al igual que Marine, ni los más optimistas del centenar de indignados que pasó la noche del 31 de marzo en la plaza de la República de París pudo imaginar que el movimiento Nuit Debout (Noche en pie) llegaría tan lejos antes de cumplir dos semanas de vida. Desde aquel día, y a pesar del borrón y cuenta nueva impuesto por la policía amanecer tras amanecer, en la simbólica plaza parisina los indignados franceses crecen en número. Y sus asambleas ciudadanas ya se han extendido a otras 36 ciudades del país, sin contar las que han surgido en España, Bélgica, Alemania y, a última hora del viernes, Portugal.

Este fin de semana el movimiento Nuit Debout se enfrenta a una prueba de fuego decisiva: ver hasta qué punto los ciudadanos están dispuestos a seguir ocupando plazas para definir medidas concretas con las que poner fin a sus problemas, desde la reforma laboral a la española impulsada por el gobierno socialista de François Hollande, detonante simbólico del movimiento indignado francés, hasta las dificultades para acceder a una vivienda, la desigualdad, el pulso de los agricultores contra la globalización o el abandono institucional que sufren las personas refugiadas, entre otros. A partir del domingo los indignados de París, corazón del movimiento indignado Nuit Debout, no tendrán autorización de la policía para estar en République.

Entre los éxitos de la Nuit Debout al cabo de diez días de vida destacan sus avances organizativos –ya cuentan con una veintena de comisiones activas, radio y televisión-, inspirados en el modus operandi del 15-M español. También la llegada de perfiles más diversos a las asambleas, que al principio estaban compuestas principalmente por estudiantes de clase media y que ahora cuentan con jubilados, obreros, ciudadanos de las afueras, parejas con hijos e incluso refugiados sin asilo y emigrantes sin papeles. “Venimos a République porque aquí todos tenemos derecho a expresarnos”, explica Fedior, senegalés del colectivo Sans Papiers (Sin Papeles). Los indignados de las periferias de París y otras grandes ciudades de Francia ya organizan asambleas, como la que celebraron más de un centenar de personas este viernes en Montreuil, localidad de pasado industrial al este de la capital gala.

A pesar de la alta participación en las 200 manifestaciones de este sábado contra la reforma laboral, la sexta convocada por los grandes sindicatos en menos de un mes, los indignados franceses y de otros países tendrán que demostrar si son capaces de articular propuestas y ponerlas en práctica con suficiente apoyo social. El joven ministro de Economía galo, Emmanuel Macron, lanzó el miércoles pasado su propio proyecto político cargado de elementos que hacen pensar en un Ciudadanos a la francesa y con el apoyo de importantes empresarios franceses.

Otro reto para el movimiento es sobrevivir al desgaste mediático que empiezan a ejercer algunos de los medios más influyentes del país. Tras el desinterés inicial de las principales corporaciones mediáticas, en los últimos días surgieron los primeros artículos y programas en los de desprestigio. El simplismo de las primeras críticas, como las del diario Le Parisien y sus “adolescentes lata de cerveza en mano” que llenan République de “olor a cebolla”, evolucionó hacia desacreditaciones de mayor contenido político. El viernes pasado el conservador Le Figaro publicaba un amplio artículo en el que señalaba que el “disparatado y misterioso” movimiento Nuit Debout estaba siendo dirigido desde la oscuridad por militantes del partido Front de Gauche, homólogo francés de Izquierda Unida, junto con sindicalistas y activistas del colectivo altermundialista ATTAC.

Hasta hora en las asambleas generales participan ciudadanos de todo el espectro ideológico sin banderas ni embleas partidistas, y tanto los indignados de la Nuit Debout como el colectivo Convergences des Luttes (Convergencia de luchas), impulsor de este movimiento, han logrado mantener una posición apartidista y libre de formaciones políticas y sindicatos, tal y como subraya en sus comunicados de prensa. Desde el jueves 31 los indignados de la Nuit Debout agradecen abiertamente el apoyo inicial del colectivo ATTAC y la asociación Droit au Logement, pariente francés de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

A lo largo de la semana el canal estatal de noticias France 24 llegó a repetir en varias ocasiones que la Nuit Debout está inspirada en “el movimiento de indignados españoles Podemos”. Más allá de que Podemos no sea un movimiento sino un partido político, lo cierto es que Miguel Urbán y Xavier Benito, eurodiputados del partido de Pablo Iglesias, visitaron la plaza de la República el pasado martes pero no intervinieron en la asamblea ni realizaron ningún acto oficial de apoyo. “Venimos a escuchar, a aprender, a ver”, declaró Urbán al diario El País tras participar en la manifestación de estudiantes contra la reforma laboral que tuvo lugar ese mismo día. “Me pregunto si Podemos no es un contraejemplo”, declaró en una entrevista concedida a La Marea el economista e intelectual Frédéric Lordon, una de las voces más respetadas entre los indignados franceses.

Al ritmo que el movimiento gana protagonismo en la agenda mediática, los indignados franceses tendrán que buscar fórmulas para evitar incidentes como el que se registró en la madrugada de este domingo. A medianoche del sábado un grupo de doscientas personas decidió de forma unilateral realizar un escrache frente al domicilio del primer ministro francés, Manuel Valls, ubicado cerca de République. La presencia de violentos y personas ebrias degeneró en ataques a varias sucursales bancarias y en el bloqueo de tres importantes avenidas junto a la plaza, motivando la intervención de los antidisturbios y dejando un saldo de ocho detenidos.

El papel de los extranjeros

Otro de los desafíos de este joven y ambicioso movimiento ciudadano está en el papel de los extranjeros, principalmente españoles pero también de países como Italia, Reino Unido o Turquía. Algunos indignados de la Nuit Debout agradecen los consejos de activistas veteranos del 15-M español y otros movimientos como el de los turcos de la plaza Taksim, mientras que otros creen que lo mejor sería innovar y adaptar la evolución del movimiento a las particularidades sociales y políticas de Francia.

“Somos nosotros mismos los que vamos en busca del saber hacer de los indignados españoles”, defendía este viernes un joven francés durante un debate informal en République en presencia de españoles.“La gente que inició este movimiento se siente atraída e identificada por el 15-M (…) pero creo que la colaboración tiene un límite porque la realidad no es la misma”, opina Ioana, una joven catalana que participa en la Comisión Internacional de République.

Emma es una de las veteranas del 15-M que colabora de forma activa en la organización de la Nuit Debout, en concreto con el centro de medios y redes sociales. “Nos sentamos a trabajar codo con codo, ellos aprenden de nosotros y nosotros también de ellos”, explica desde el Media Center de République tras enumerar ejemplos de colaboración similares durante el movimiento Occupy Wall Street de Estados Unidos y la Primavera Árabe. Añade que hay dos grandes corrientes entre los indignados franceses: los organizadores iniciales, con un perfil más militante e ideológico que espera resultados a corto plazo, y los integrantes de las comisiones, en particular la de Comunicación, integrada por ciudadanos que “intentan empoderar y mandar mensajes de esperanza para que los ciudadanos rompan el miedo y recuperen el debate político”, lo que implica un proceso más largo, explica Emma. Esta activista cree que ambas corrientes seguirán trabajando juntas en beneficio mutuo.

El sábado por la noche los indignados de París acogieron en République a los refugiados que duermen bajo el puente del metro Stalingrad. El pronóstico soleado para el domingo 41 de marzo vaticina el éxito del extenso programa diseñado por los indignados de París, que incluye una asamblea para hablar de la precariedad laboral de las mujeres, la creación de un huerto urbano vertical y la proyección de tres documentales. Sin embargo, la agenda del lunes bien podría ser una metáfora del reto al que se enfrenta la supervivencia de este joven movimiento: el único acto programado es una asamblea general a las 18 horas, un acto ya rutinario en la plaza de la liberté, egalité et fraternité desde el jueves 31 de marzo.

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