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Los hermanos Scholl contra la nueva ultraderecha en Alemania
La celebración de un acto del partido xenófobo Alternativa por Alemania (AfD) en un colegio que lleva el nombre de los hermanos Scholl, que lucharon contra Hitler, provoca indignación en Düsseldorf.
DÜSSELDORF // Una alfombra de rosas blancas recibió a los militantes de Alternative für Deutschland, Alternativa por Alemania (AfD), este domingo a la llegada a un colegio en Düsseldorf donde el partido xenófobo celebraba su congreso local. Sin embargo, no era un gesto de bienvenida amable, como pudieron comprobar los participantes al ver a unos 800 manifestantes en las afueras de la escuela y descubrir que durante la noche alguien había cambiado las cerraduras de la sala para sabotear el acto.
La indignación y las rosas blancas tienen que ver con la carga simbólica del lugar. AfD había alquilado el aula en el Geschwister-Scholl-Gymnasium, nombrado en honor a Sophie y Hans Scholl, los dos hermanos que crearon el grupo de resistencia Weisse Rose (Rosa Blanca) para luchar contra el nacionalsocialismo de Hitler. En febrero de 1943, en plena guerra, la policía nazi les detuvo cuando repartían octavillas en la Universidad de Múnich. Poco después fueron ejecutados. Son uno de los pocos referentes morales de alemanes que arriesgaron su vida para luchar contra el Tercer Reich.
Por todo esto, la noticia de que la AfD, un partido abiertamente racista que está subiendo en popularidad desde la última ola de refugiados que llegan a Alemania, pueda celebrar su congreso local en un colegio con este nombre escandalizó a muchos habitantes de la capital de Renania del Norte-Westfalia.
«Si queremos honrar el legado de los hermanos Scholl es importante que hoy planteemos resistencia contra los demagogos de la derecha y su ideario inhumano», dijo Christian Jäger, portavoz de la plataforma Düsseldorf stellt sich quer (Düsseldorf se pone enfrente), una de las organizadoras de la manifestación de este domingo. También la dirección y los profesores del colegio, así como la asociación de alumnos antiguos y actuales, se movilizaron para protestar contra la usurpación de su centro escolar.
AfD nació como un partido para exigir el fin de la unión monetaria pero tras la salida de parte de sus fundadores ha degenerado en una formación descaradamente xenófoba. Su líder Frauke Petry provocó un escándalo recientemente al plantear que los guardias fronterizos en Alemania podrían emplear armas de fuego en ciertos casos para evitar la entrada de refugiados (otra dirigente luego matizó que esto no debería incluir disparar a los niños).
En las encuestas AfD no para de subir. Un sondeo del diario sensacionalista Bild, publicado este domingo, le da el 11% de los votos a nivel nacional. El 13 de marzo, la formación de ultraderecha probablemente confirmará su ascenso al entrar en los parlamentos regionales de Baden-Württemberg y Renania-Palatinado, en el oeste del país, donde ya entró en los senados de Hamburgo y Bremen, y en Sajonia-Anhalt, en el este, donde está presente en tres Länder.
El ascenso de AfD preocupa a buena parte de la sociedad alemana y amenaza a la Unión Democristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel. Dado que ningún partido quiere pactar con la formación ultra su entrada en los parlamentos podría complicar la gobernabilidad. Merkel tiene ciertos problemas a la hora de tratar a AfD ya que un enfrentamiento frontal podría alienar a parte de sus votantes, proclives a dejarse seducir por los mensajes populistas anti-establishment.
En una entrevista, que también publicaba este domingo el dominical de Bild, Merkel esquiva la pregunta de si AfD le parece un partido democrático o no. «AfD es un partido que no une a la sociedad y que no plantea soluciones sino que divide y alimenta prejuicios», fue la respuesta de la canciller. Frente a algunos dirigentes políticos, especialmente de sus socios socialdemócratas en la gran coalición, que se niegan a participar en tertulias con representantes de la ultraderecha, Merkel aboga por el diálogo.
Las 800 personas que se manifestaron delante del Geschwister-Scholl-Gymnasium, protegido por la Policía, consideran que no hay mucho que hablar con dirigentes políticos que cargan contra los extranjeros con mensajes de odio. En la protesta también participó la agrupación local del Partido Socialdemócratas (SPD), que gobierna en Düsseldorf.
Mucha gente se había enfadado porque el Ayuntamiento hubiera accedido a alquilar la sala a AfD. El alcalde Thomas Geisel explicó que no podía negárselo legalmente a AfD ya que es un partido oficial y el colegio, como otros, ya había sido usado por otras formaciones. Eso sí, el dinero del alquiler será donado a una residencia de refugiados.