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Pedro Sánchez fracasa y la izquierda le da la espalda
El candidato del PSOE sólo logra los apoyos de Ciudadanos y Coalición Canaria
MADRID// La segunda sesión de investidura no ha proporcionado ninguna sorpresa más allá de un espectáculo parlamentario de dudoso gusto. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, sólo ha conseguido incluir el voto de Ana Oramas, de Coalición Canaria, a su propuesta de gobierno. El resultado ha sido de 131 votos a favor y 219 en contra. A partir de ahora se abre un plazo de dos meses para que se consiga formar ejecutivo antes de convocar elecciones el próximo 26 de junio. Este lunes comenzarán las rondas con Felipe VI, que tendrá que volver a proponer un candidato para otro pleno de investidura.
Sánchez no ha añadido ninguna propuesta o medida que hiciera que el resultado pudiera cambiar. En un discurso plano, en el que no ha aportado nada con respecto al del pasado martes, ha acusado al líder del PP, Mariano Rajoy, de provocar la situación de desgobierno que vive España. El candidato ha prometido que reducirá la tasa de paro a la mitad si resulta elegido y ha realizado una apelación a los 350 diputados: “Voten sí al cambio”.
Rajoy ha anunciado en su intervención el voto negativo a Pedro Sánchez. Como si hubiera dudas. El presidente en funciones ha acusado al secretario general del PSOE de que su candidatura en esta investidura también es corrupción, por negar al partido más votado que pueda gobernar. En un tono socarrón similar al del pasado miércoles ha declarado que en el acuerdo a la carta de PSOE y Ciudadanos “nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con el que cada socio lo mira”. Rajoy ha añadido que este acuerdo pretende la demolición de todo lo que el PP ha llevado a cabo estos cuatro años, algo propio de quien sufre “el síndrome de Adán”. El presidente del PP ha finalizado diciendo: “No nos han votado siete millones para realizar la voladura de lo que hemos hecho durante cuatro años”.
La tensión con la que había comenzado la sesión, y que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, promovió en su primera intervención, fue rebajada en su discurso de hoy. Comenzó con una llamada al amor y al entendimiento que inició con la mención a su beso con Xavier Domènech y al supuesto interés de Andrea Levy en el conocimiento carnal del diputado de Podemos Miguel Vila. Cuando por fin Iglesias comenzó a hablar de lo esencial, pidió a Pedro Sánchez que aceptara a Podemos, Compromís e UP-IU en un gobierno de izquierdas. “He visto a Rajoy poco preocupado hoy, lo que le preocuparía es que se ponga de acuerdo con nosotros”, avisó Iglesias. El líder de Podemos cerró su intervención volviendo a las metáforas amorosas. ”Ojalá el acuerdo al que lleguemos pueda llamarse el acuerdo del beso”.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, apeló al PP para que se uniera nuevamente a su acuerdo, aunque fuera mediante una abstención que construyera y no destruyera. Se lamentó de que Podemos no fuera tan constructivo como el Partido Comunista de la transición y pidió a Pablo Iglesias que imitara al Santiago Carrillo del 78. Fue Rivera el que más críticas recibió posteriormente. Gabriel Rufián (ERC) se mostró tremendamente agresivo con los que llamó «la derecha cool, el hacendado de PP”. El miembro de los independentistas catalanes avisó a Pedro Sánchez sobre sus elegidos para ser socios de gobierno: «Creer que Albert Rivera es Winston Churchill y no Donald Trump se cura en Cataluña”, aseveró Rufián.
Alberto Garzón, el candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular, aprovechó sus tres minutos de intervención para avisar a Sánchez sobre su deriva ideológica: “Nosotros no entendemos que se hayan echado en brazos de la derecha”. A continuación, tendió la mano al PSOE para un pacto de izquierdas: “Nosotros no somos enemigos. Somos posibles aliados si elige la izquierda”. Garzón finalizó su intervención censurando a Albert Rivera: “La democracia no la trajo Fraga, ni Suárez, ni Carrillo, sino la gente luchando en las calles. No use nuestra historia para justificar sus acuerdos”.