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196 sillas ‘secuestradas’ para denunciar la evasión fiscal de los bancos franceses
Activistas y ecologistas, entre los que se incluye un ex ministro de Economía, desafían el estado de emergencia. La evasión fiscal en Francia asciende a 80.000 millones de euros anuales, cifra similar al déficit público de este país.
PARÍS // Una imagen cargada de simbolismo recorre Francia en este momento: este lunes un centenar de ecologistas depositaron un total de 196 sillas en el Puente del Cambio, junto al céntrico Palacio de Justicia de París, en compañía de una veintena de personalidades destacadas del mundo de la cultura y la política, incluido un ex ministro de Economía, para protestar contra la permisividad del gobierno galo frente a la evasión fiscal de los bancos de Francia y exigir mayores compromisos en la lucha contra el cambio climático.
La acción tuvo lugar apenas dos horas antes de que arrancase el mediático juicio contra el ex ministro de Presupuesto, Jérôme Cahuzac, imputado en 2013 por supuesto blanqueo de capitales y fraude fiscal a través de cuentas bancarias en Suiza y Singapur.
Hartos de la invisibilidad en los medios y de los oídos sordos del gobierno de François Hollande, los activistas y ecologistas franceses desafiaron el estado de emergencia que impera en el país desde la noche de los atentados del 13 de noviembre y que prohíbe todo tipo de manifestación con el objetivo de “mostrar a la ciudadanía que el dinero para la transición energética existe y está en los grandes paraísos fiscales”, según Gabriel Mazzolini, miembro de Amigos de la Tierra y uno de los jóvenes impulsores de esta acción. “Hay que llamar la atención de los ciudadanos sobre este problema, por eso participo en este acto”, explicó a La Marea Christian Sautter, antiguo ministro de Economía a finales de los 90 en el Ejecutivo socialista de Lionel Jospin, mientras acompañaba a los activistas durante el acto.
Pero, ¿qué tienen que ver 196 sillas con el Palacio de Justicia de París, los paraísos fiscales y la lucha contra el cambio climático? La evasión fiscal es uno de los grandes motivos de indignación de los franceses, sobre todo tras la publicación de la lista de grandes evasores filtrada por Hervé Falciani en 2009 y la imputación de altos cargos políticos y empresariales durante los últimos años en causas por blanqueo de dinero y posesión de cuentas no declaradas en paraísos fiscales.
Este malestar convive con datos oficiales nada alentadores: el Ministerio de Economía galo estima que la evasión fiscal en Francia asciende a 80.000 millones de euros anuales, cifra similar al déficit público de este país, mientras que una investigación del periodista Antoine Peillon mostró que hay 600.000 millones de euros procedentes de Francia en Suiza y otras naciones que permiten el secreto bancario.
En septiembre del año pasado un nutrido grupo de ecologistas de Amigos de la Tierra, Greenpeace, ATTAC y otras organizaciones decidió lanzar una campaña para exigir a los bancos que invirtieran sus fondos ocultos en paraísos fiscales en la transición energética para combatir el cambio climático. En primer lugar enviaron una carta firmada por 52 organizaciones a los grandes bancos que operan en el país, que por su parte “respondieron que no eran paraísos fiscales, sino países con regulaciones ventajosas”, explicó Thomas Coutrot, economista y portavoz de ATTAC, que participó en el acto de este lunes y que denunció el despido de 3.000 inspectores fiscales en Francia en los últimos cinco años. Fue entonces cuando los ecologistas decidieron organizarse para secuestrar 196 sillas de las sedes de los principales bancos del país, una por cada país que participó en las negociaciones de la Cumbre del Clima de París de diciembre.
A partir de ese momento y bajo las premisas de la acción no violenta, los ecologistas franceses irrumpieron semana tras semana en un total de 39 sucursales de los bancos BNP Paribas, HSBC, Crédit Agricole, UBS y otras entidades que, además de operar en paraísos fiscales, figuran entre los principales financiadores de la industria del carbón, una de las fuentes de energía más contaminantes que existen. “El lobby bancario presiona y protege la evasión fiscal (…) en democracia los ciudadanos tienen el derecho y el deber de pedir que todos paguen sus impuestos en función de sus capacidades”, matizó el ex ministro Sautter durante la acción de este lunes.
Los “incautadores” exigieron un gesto simbólico a los bancos y el gobierno para que las sillas volvieran a su sitio: mejorar la transparencia de las actividades bancarias, reforzar la lucha contra la evasión fiscal y, por último, financiar la transición energética con los fondos que los bancos franceses poseen en paraísos fiscales. Para sortear la creciente represión policial sobre los activistas y quienes guardaban las sillas incautadas, los ecologistas pidieron ayuda a periodistas, escritores, músicos, filósofos y políticos franceses a quienes, debido a su popularidad y su avanzada edad, los policías tratarían con más diligencia y, en el peor de los casos, despertarían interés mediático.
Aunque la acción de este lunes se desarrolló sin incidentes, la policía impidió que los activistas depositaran las sillas frente a la puerta principal del Palacio de Justicia, sede del Tribunal Revolucionario durante la Revolución Francesa y donde unas horas después arrancó la vista oral contra Jérôme Cahuzac, antiguo ministro de Presupuesto de Hollande imputado por varios delitos fiscales.
Algunos de los detenidos se enfrentan a multas de varios miles de euros y hasta cinco años de prisión por supuesto robo en banda organizada.