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Alá no me ha devuelto la llamada
"El Estado Islámico continúa sembrando el terror. Le he dicho a Alá que tenemos que hablar, pero nos pasa como a los políticos".
Leo un titular: «Los últimos veranos fueron los más calurosos desde los romanos». Aparte de ponérseme la piel de gallina, recordando mi mala experiencia con ellos aquella vez que bajé a la Tierra en el programa piloto de El Jefe Infiltrado, me da por pensar que os estáis cargando la bola esta en la que vais dando vueltas por el Universo y siento un poco de pena. Os dejé la tierra en alquiler, no en propiedad, así que ¡cuidádmela un poco!
Si acabais con ella y desapareceis no volveré leer otros titulares como «Soy torero por la gracia de Dios», mientras observo la fotografía de un tipo que se hace llamar «matador» abusando de una de mis criaturas con una mano mientras con la otra sujeta a su bebé de cinco meses. «Con las mismas de matar», como decía la canción de Silvio Rodríguez.
Enciendo la tele y observo cómo un terremoto derriba el campanario de una iglesia. Menos mal que no estaba en casa. Otro terremoto se siente en Corea del Sur. Al parecer, su vecina del norte ha estado probando el Apocalipsis de la bomba H.
Echo un vistazo a mi móvil y me entero de que habéis descubierto un número primo de 22 millones de cifras, 5 millones más que el último conocido. Como me descuide, cualquier día me quitáis el puesto.
Todo avanza muy deprisa, menos la formación de gobierno en España. El debate gira entre la caspa y los piojos, y lo que falta es un buen acondicionador. Por si acaso los catalanes han puesto de presidente a uno con pelazo.
Detienen por cuarta vez al Chapo, que ansioso por tener su propia película acabó protagonizando una telenovela barata.
Gano mi quinto Balón de Oro. Sí, a veces juego al fútbol, con el nombre de Mesías. Antes adorábais a un becerro de oro, ahora hacéis lo mismo pero con un balón. Y yo he tenido que adaptarme.
El Estado Islámico continúa sembrando el terror. Le he dicho a Alá que tenemos que hablar, pero no me ha devuelto la llamada. Nos pasa como a los políticos.
Jonás sale de la ballena y es ahora una tormenta que azota el este de Estados Unidos, con nevadas de hasta 60 centímetros, 85 millones de personas sin poder salir de casa y numerosos fallecidos.
Hablando de Estados Unidos, Donald Trump ha dicho que aunque se pusiese un día a disparar a la gente en mitad de la calle, su electorado seguiría votándole. Os reís, pero en Valencia os roban en la puta cara y hacéis lo mismo. Ahora el PP local ha nombrado a una gestora, que es lo que hace la mafia cuando detienen a sus líderes.
Y es que, como decía El Roto, hay gente que no vota, ficha. ¡Bendito rebaño!
Y los inmigrantes siguen muriendo en las costas europeas. Pero eso ya no es noticia.
Hasta el mes que viene. Como diría Pedro Sánchez:»Ser buenos».