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El partido de Ada Colau: de la confluencia a una candidatura catalana
Susanna Segovia, miembro de la Ejecutiva de Barcelona en Comú, explica cómo se plantean la construcción del partido anunciado por Ada Colau: "Respondemos a una demanda que llega desde muchos lugares de Cataluña".
Susanna Segovia vivió 12 años en Ecuador, donde desarrolló un activismo ligado al movimiento indigenista y urbano. En 2014 aterrizó en España y decidió sumarse a un proyecto que aún se estaba gestando y que aspiraba a conquistar la alcaldía de Barcelona mediante una candidatura ciudadana. Segovia es hoy miembro de la Dirección Ejecutiva de Barcelona en Comú, donde, tras los éxitos electorales cosechados en las municipales y las generales, se han marcado un nuevo reto: levantar una nueva confluencia, esta vez a nivel catalán.
¿En qué va a consistir el proyecto de confluencia anunciado por Ada Colau?
A partir de los resultados de Barcelona en Comú y En Comú Podem, en diferentes espacios pero sobre todo en la coordinadora, se empezó a hablar de la importancia de la necesidad de ir más allá y ocupar el espacio de una candidatura ciudadanista en Cataluña. Ésta creemos que fue la fórmula de éxito el 20 de diciembre. En Comú Podem es una candidatura que se concretó jurídicamente en una coalición el 6 de noviembre y que tuvo poco más de un mes y medio para hacer una lista y campaña. Que haya ganado las elecciones en Cataluña una candidatura que dos meses antes apenas existía demuestra que hay ganas de apostar por este tipo de opciones. Es lo que de momento se ha planteado debatir en nuestros espacios internos, en los ejes de los barrios y en el plenario, que lo tenemos el 20 de febrero.
¿Se trabaja sobre algún documento base?
No hay ningún documento todavía, sólo un emplazamiento a hablarlo. El hecho de que finalmente no haya elecciones autonómicas en marzo nos da un espacio de tiempo importante para no tener que hacer las cosas corriendo, como nos pasó con las generales. El trabajo de En Comú Podem estuvo muy bien, pero no es exactamente la manera que tenemos de hacer las cosas en Barcelona en Comú.
¿En qué sentido?
Fue muy diferente, un formato de coalición, algo que a nosotros por nuestro propio ADN nos chirría. No nos gusta cómo se plasma eso en un acuerdo político, por lo que supone de relación entre las fuerzas, sin que realmente haya una construcción de un mínimo sentir común.
Se impone más quizá una lógica de negociar sillones.
Claro, acaba habiendo momentos de tensión. Barcelona en Comú se hizo con más tiempo, trabajando por objetivos, por prácticas. Quien quiera entrar es bienvenido, todo suma. Esa es nuestra manera de entender la política, una perspectiva más ciudadanista. Para que Barcelona en Comú se implique tenemos claro que no podrá ser una coalición, ni una sopa de siglas, ni una alianza de partidos de izquierda. Eso requiere tiempo. No nos hagáis poner una fecha a esa asamblea constituyente. Barcelona en Comú tuvo tres pasos organizativos hasta que se llegó a la confluencia. El primero fue el 26 de junio, cuando se lanzó la propuesta y se abrió el periodo de validación de firmas, donde funcionó un espacio de afinidad política. Después empezó el contacto con todas las fuerzas políticas, la creación de grupos de barrio, de trabajo, sectoriales. De ahí se llegó al acuerdo de confluencia con las fuerzas, que fueron EUiA, IC-EV, Podem y Procés Constituent. Y a partir de aquí se abrió otro proceso en el que se fue trabajando cómo las fuerzas se iban integrando en los diferentes espacios donde se acabaría formando Guanyem, que luego fue Barcelona en Comú. Luego ya tuvimos un trabajo participativo para formar la estructura organizativa.
En ese sentido viene bien que el plazo sea de 18 meses, que es lo que ha marcado Junts pel Sí en su hoja de ruta.
Sí, nos quita tensión. Los tiempos electorales y políticos no siempre coinciden. En un año y medio de construcción organizativa hemos enfrentado dos procesos electorales y en los dos hemos ganado, pero llega un momento en que también necesitas tiempo para las cuestiones organizativas, internas. Eso es lo que se va a hacer ahora.
¿Creen que tienen fuerza para dar el salto a nivel de estructura?
En Barcelona hay mucha gente con muchas ganas de sumar pero sobre todo respondemos a una demanda que está llegando desde muchos lugares de Cataluña. Durante la campaña del 20 de diciembre vimos a mucha gente muy motivada. Salíamos de Barcelona y se nos pedía información sobre cómo hacerse de En Comú Podem, pero claro, era una coalición. Creemos que a nosotros se nos interpela, se nos dice que hay que liderar esto y tenemos el deber de, como mínimo, discutirlo a nivel interno.
¿Por qué no lo hicieron en las pasadas elecciones catalanas?
Porque ahí sí se nos pilló a contrapié. La diferencia entre las catalanas y las generales es de tres meses, pero para trabajar en las catalanas tendríamos que haber empezado en junio. Ada [Colau] tomó posesión el 13 de ese mes. Estábamos conformando gobierno, planes, equipos de trabajo. No se habría podido dar este salto. No estábamos en condiciones de hacerlo sin arriesgar el capital en Barcelona.
Catalunya Sí que es Pot (CSQP), que consiguió unos resultados muy modestos, no tenía una estructura organizativa muy distinta a En Comú Podem, que ganó las elecciones en Catalunya. Al final, la diferencia parece que la aporta la presencia de Ada Colau. ¿Pesa mucho?
Ada Colau no estuvo al frente de la campaña, aunque hubo un rol importante.
Sí tuvo más visibilidad que en Catalunya Sí que es Pot, donde no estuvo Barcelona en Comú.
Es verdad que Ada es una líder política de primer orden, pero también es muy orgánica. Ella tiene que responder a lo que la organización decide, lo que marca una diferencia respecto a cómo funcionan en otros espacios. A Xavi Domènech, se puso a liderar esta lista, nadie le conocía y parecía que iba a quedar como alguien que va detrás de Ada. En cambio, ha tenido una entrada en medios y con la gente espectacular y los resultados lo avalan. No sólo es Ada, es mucha gente que está ahí. El hecho de que participara Barcelona en Comú marcó la diferencia en muchas maneras de hacer campaña, de trabajar el programa, a nivel de barrio y del territorio. También entramos claramente en el tema del referéndum y del derecho a decidir, así como en la construcción de alianzas fraternas con otros lugares del Estado español.
CSQP tendrá que decidir si se disuelve y se integra en esta confluencia.
Nosotros no entramos a valorar CSQP porque es algo de lo que no formamos parte y hay que respetar los procesos y los espacios donde la gente ha encontrado una manera de trabajar. Hay fuerzas que están dentro de CSQP y también de Barcelona en Comú y que a partir de este momento van a participar en los debates.
¿Ada Colau podría acabar encabezando una lista por Cataluña?
Ada, lo repite por activa y por pasiva, es la alcaldesa de Barcelona. Lo dice porque se lo cree. Aunque a mí me parece que centrar el debate sobre quién será el cabeza de lista de unas hipotéticas elecciones en 18 meses… habrá que ver el escenario. Es pasarte muchas pantallas del juego adelante sin haberte pasado la primera. La prioridad de Ada es la ciudad de Barcelona. Tiene cuatro años por delante en un gobierno en el que sigue en minoría y donde es muy importante tener apoyos para la transformación de la ciudad.
¿Creen que hay miedo entre las fuerzas independentistas ante el ascenso de las confluencias?
Barcelona en Comú es sobre todo soberanista. Creemos en el derecho a decidir sobre todo. Cuando hicimos BCN en Comú hablamos con la CUP y cuando se haga esta confluencia catalana se va a hablar con todo el mundo, eso sí, teniendo en cuenta nuestro ADN. No hay ningún problema en conversar y ver cuáles son nuestros objetivos comunes. No sé si hay miedo o no, eso habría que preguntárselo a ellos. Sí sé que muchos compañeros independentistas trabajan en el territorio codo a codo con otra gente de organizaciones y movimientos sociales.