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Orgullo de ser minero
Producciones Bernardas estrena en la sala Cuarta Pared la obra La Mina
MADRID // El telón no se abre. Se encienden las luces de cuatro cascos mineros y como una letanía, comienza a sonar la famosa canción-himno de la minería: “Santa Bárbara bendita, Santa Bárbara bendita// Patrona de los mineros, mira, mira Maruxina, // Mira, mira cómo vengo yo, patrona de los mineros, // Mira, mira Maruxina, mira, mira cómo vengo yo”.
Así arranca el montaje La Mina que producciones Bernardas ha estrenado en la sala Cuarta Pared de Madrid y que estará en cartel los días 15 y 16 de enero. Una obra de teatro en la que Aldara Molero, quien dirige junto a Juanje de los Ríos, consigue una puesta en escena impecable, donde las transiciones actorales están al servicio de la historia y logran una atmósfera que contribuye a engrandecer el texto.
La Mina huye de la sensibilidad gratuita y la lágrima fácil, y ahí radica uno de sus grandes aciertos. El relato sitúa el conflicto más allá del riesgo de la profesión de minero. Retrata el significado y el orgullo de una lucha que supera a la propia mina y que se expande por todo el modelo social y económico. Una reivindicación que apunta, como hace referencia en varias ocasiones uno de sus protagonistas, a “los de arriba”.
Sería imposible hacer un montaje de este estilo sin conocer de primera mano la profesión de minero. Aldara Molero lo sabe y de ahí el interés de su propuesta. Las gotas que suenan en la mina, a modo de banda sonora, la cotidianidad, el hastío del trabajo y la ducha como elemento de transición entre el mundo de abajo y la realidad exterior, son algunos hechos claramente reconocibles para quien ha estado allí. No en vano, la responsable del montaje es hija y nieta de mineros en la cuenca turolense. De mineros y de familia minera, de ahí las referencias que abundan durante el espectáculo a aquellas que no bajan a la mina pero que sufren y luchan desde fuera. Madres, hijas, parejas y abuelas de la lucha minera.
Como en toda buena obra , el final del montaje arranca al espectador del asiento y remueve los estómagos, incluso los menos sensibles a los impactos emocionales. La letanía inicial toma cuerpo, fuerza y sentido tras esos 74 minutos de homenaje sincero, documentado y real a la profesión. Ahora es el momento de que el montaje crezca y despegue. Que se expanda ese orgullo de ser minero.
Trailer «La Mina» from Producciones Bernardas on Vimeo.